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Yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola.


Te conocí un día que no había sido bueno.

De esos días que se lleva una mezcla extraña entre tristeza y mal humor. Melancolía por nada. Extrañar algo, pero sin qué es lo que extraña. Se sentía como si el suelo a mí alrededor se estuviera desmoronando y yo estuviera de pie, solo en algún lado y con los ojos vendados. Sin estar seguro de qué ocurría; sin estar seguro de dónde ir y sin saber a quién recurrir.

Lo que más me jodía era que no había ninguna razón en específico, por lo que tampoco sabía cómo solucionarlo. Era innegable que mi ánimo en los últimos meses no había sido el mejor, pero ese día había sido distinto. Especial. Y es que cuando desperté en la mañana y me vestí, me di cuenta que lo único que no abrochaba bien era yo mismo. Mi vida. El rumbo que le estaba dando.

Estaba de pie en la ventana solo en el departamento, mirando a las personas caminar en el Seúl nocturno y usando el alfeizar a modo de cenicero. Era el jodido cuarto cigarro de la noche siendo para ese tiempo ni siquiera acostumbraba fumar.

Una tarde unas semanas antes de esto Jimin me dijo "Tae, ven a pasar las vacaciones de invierno conmigo en Seúl". Acepté y no entendía por qué lo había hecho, si no tenía ganas y estaba haciendo exactamente lo mismo que haría en mi propia casa. Ni siquiera podía decir que pasaba el tiempo con Jimin porque había salido a algún lado y sabía que no volvería hasta el día siguiente.

Recibí un mensaje en el celular. Era Jungkook invitándome a ir a algún lado antes de que volviera casa en Daegu y beber algo de pasada. Lo mandé a la mierda de forma amable con un simple "Tengo cosas que hacer". Me di cuenta que no era totalmente mentira; me quedaba más de media cajetilla y tenía ahí fuera una ciudad completa por recorrer. Fue ahí donde caí que en realidad salir no era lo que me molestaba; el tema era que no quería ver a nadie.

Ir a algún lado en el que nadie me conociera y hacer una estupidez. Emborracharme, meterme en una pelea, algo, algo, cualquier cosa. Sólo quería que mi corazón bombeara con tanta fuerza que creyera que iba a salir del pecho. Sentir algo distinto a esa soga que parecía tener atada al cuello en todo momento.

Tomé una chaqueta sabiendo que era probable que lloviera esa noche. Tomé las llaves, cigarros, encendedor, algo de dinero y me preocupé de dejar el celular sobre la mesa antes de irme. Sólo yo, Seúl y la cabeza tan ahogada en pensamientos que se amotinaban y no podía escucharlos.

Mi plan esa noche era salir y matarme un poquito.

Tan sólo un poquito.

y nos dieron las diez y las once 愛. vhWhere stories live. Discover now