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Eri x Possesive!Reader.

Categoría: Amor obsesivo.

Aclaración: Los personajes no me pertenecen| NO ES LA PALABRA CON P. |

Advertencia: Spoiler del manga.

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Me pertenece.

No se trataba de él, era algo más sanguinario que se había desatado al mantenerla alejada de la luz.

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La miraste fijamente, estabas nerviosa al igual que aquella pequeña figura frente a ti, veías como sus pequeños ojos rojizos estaban llorosos y sus manos temblaban sin control alguno. Te moviste ligeramente notando como una cadena rodeaba uno de tus pies, miraste aquel objeto sin parpadear, totalmente shockeada por la situación en la que te encontrabas.

Volviste tu mirada a la pequeña niña frente a ti, la cual te miraba llena de miedo.

----Disculpa...----Tembló ante tu llamado.----¿Podrías decirme dónde estoy?----preguntaste con calma, notando como la menor se encogía en su lugar.

Soltaste un ligero suspiro al no recibir respuesta alguna. Decidiste gatear hacia ella lentamente, estirando lo que más se podía aquella cadena.

----¿Q-Que...? N-No... N-No te acerques...--- balbuceó la pequeña niña, alejándose de ti con un claro terror reflejado en sus ojos.

----Tranquila, no te haré daño.---- aseguraste con una sonrisa, intentando brindarle confianza. ---- Dime, ¿cuál es tu nombre? el mío es (T/N).

Observaste como ésta te miraba con desconfianza y con su voz temblorosa finalmente te respondió.

----E-Eri.

Lo notaste rápidamente, se sentía intimidada por tu presencia y probablemente te contestó por miedo.

----Es un muy lindo nombre, Eri.----contestaste sonriéndole sincera, colocando tu mano en su cabeza provocando que brincara exaltada, además de que su cuerpo había comenzado a temblar aún más.---- Tranquila, no te haré daño. Además, tu presencia me relaja. Me haces sentir cómoda. Eres como la pequeña luz que necesitaba.

Eri levantó su mirada hacia tus ojos, sintiendo como estos comenzaban a derramar lágrimas mientras su pequeño y delicado corazón comenzara a latir. La abrazaste dejando que la pequeña se desahogara y se sintiera segura entre tus brazos, acariciaste su cabeza brindándole apoyo, por que eso era lo que necesitaba, el calor y cariño de una persona.

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Miraste a aquel hombre frente a ti con una mirada seria, éste no había dicho palabra alguna cuando entró a la habitación, como era habitual. Simplemente se había acercado a ti, dispuesto a arrebatarte a Eri de tus brazos. Pero, era imposible. Te resistías lo más que podías y era imposible usar su quirk contra ti.

Más todo cambiaba cuando un hombre castaño y de ojos color ámbar llamaba a Eri, ésta rápidamente se alejaba de tus brazos y iba con él. Por que ese era su mayor miedo, que tú sufrieras por su causa.

Y nuevamente aquella niña abandonó aquel lugar.

Después de un buen rato volvieron a traerla, siempre con sus bellos y carmesíes ojos denotando cansancio, rápidamente la arrebataste de los brazos de aquel tipo, tomándolo desprevenido mientras que Eri se aferraba a ti y tú la mecías entre tus brazos mientras acariciabas su cabello y te alejabas lo más posible de aquel hombre.

----Tranquila, todo está bien... Yo estoy aquí, no pueden hacerte daño si yo estoy aquí. Solo... No debes alejarte de mí, Eri.---- hablaste suavemente, mientras tus manos acariciaban su espalda y su pequeño cuerpo temblaba entre tus brazos.