Capítulo 1: El casting final

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Llevaban horas leyendo aquellos papeles, viendo las fotos de los candidatos y repasando sus actuaciones cuando sonó el teléfono de nuevo. La mujer presidiendo la mesa observó la pantalla unos segundos y finalmente descolgó, sin apenas saludar. Escuchaba atentamente a su interlocutor mientras los demás esperaban expectantes, intercambiando miradas. La tensión e incertidumbre eran evidentes.

—A ver mi arrrma... —habló finalmente Ricky, con su acento andaluz bien marcado, abanicándose con los folios— que yo te entiendo de verdad lo que estas disiendo Tinet, hijo mío, pero no me seas sieso, no podemos meter a nadie más.

Los demás profesores observaban la escena con resignación, deseando poder encontrar alguna solución a aquel entuerto. En cuanto se anunció la nueva edición de OT fueron miles las personas que acudieron a los castings, estuvieron meses para encontrar gente fresca, diferente, con talento... La misión fue dura, más de lo esperado, pero habían logrado encontrar a los 11 candidatos perfectos. ¿El problema? La productora pedía 12 concursantes y ellos eran incapaces de encontrar a esa persona que estuviera a la altura de los demás.

—El resto no valen —insistía Ricky—¡Nos hemos repateao España entera, más de 10.000 personas achicharraas en las colas que parecía eso una romería en agosto y te lo digo yo, que no sirven, no hay por dónde cogerlos, carajo! Por mis muertos que no meteremos a nadie solamente pa rellenar aquí dentro, tenemos a 11 ni uno más ni uno menos.

Roi se acercó a la mujer, apoyando las manos sobre sus hombros para calmarla. Si Ricky no fuera tan cabezota a veces, pensaba él... Así llevaban todo el día, eran cerca de las 18h y en unas horas debían grabar varias cosas y comunicar a los aspirantes quien llegaría al casting final en plató, dónde solo 12 podrían acabar la noche durmiendo dentro de la academia de OT.

—Quizás podríamos ceder un poco —dijo Ana tímidamente, moviendo la cabeza bruscamente de forma aleatoria— y elegir los menos malos, hacer el ¡PUTA! casting este e intentarlo así.

—Claro —añadió Mimi sin apartar la mirada de su compañera—, sí, qué buena idea.

Ambas se sonrieron, aportar soluciones era justo lo que necesitaban para tratar de convencer a la futura directora de la academia. Ricky enfurruñó el rostro, soltó las hojas sobre la mesa y se dirigió a los demás. Quería escucharlos.

—Estoy de acuerdo —dijo Agoney, fijándose en las fotos de nuevo— son feos, les falta gimnasio y cuidar el cuerpo pero alguien tiene que entrar o Tinet nos cancelará el programa y España no verá mis clases. Terrible.

—¡Chicos! —interrumpió Roi dando un brinco, mirándoles con emoción — Lo tengo, lo tengo... Tengo lo que necesitamos. THE SHOW MUST GO ON! –gritó– Luces al máximo, deslumbrante ¡PAM! Humo inundando el plató ¡TCHAS! Un fallo de sonido y... nadie les verá! Estarán sin estar.

Les miró esperando unas alabanzas que no llegaron, todos parecían incrédulos.

—¿No lo entendisteis? —preguntó el gallego aun impresionado por su propia genialidad— Elegimos a los tres que faltan al azar, qué más da, y no dejamos que nadie desde casa les vea bien el día de la gala con las luces, el humo y esas cosas, nadie sabrá que son realmente malos y Tinet tendrá a sus concursantes para la gala.

Tardaron unos segundos en procesarlo todo... ¡Y de golpe la alegría estalló! Todos aplaudieron, gritaron, lo celebraron, la idea era maravillosa pero...

—Nos sigue faltando el 12, éste sí entrará —dijo Ana dejando de saltar—¡MIERDA!

—¿Eso no fue un tic, verdad? —quiso confirmar Agoney, ella lo negó con la cabeza.

—Ya está —dijo Ricky sonriendo, feliz al fin— Tinet también cederá un poco, acaba de mandarme un mensaje y tenemos a los 12, su hijo entrará pa hacer bulto y servir los calamares ¡Por fin, después de 7 años volveremos a revolucionar este país!

En otra sala, ajenos a los gritos y a la celebración que acontecía, esperaban nerviosos los candidatos. Al casting se había presentado gente de todos lados, con edades distintas, gustos, procedencia y experiencia tan variada que parecía imposible adivinar quién conformaría el grupo de los elegidos. De uno en uno, iban a llamarlos para hacerles una breve entrevista, prueba de cameras y entregarles un sobre con la decisión del jurado. Faltaba poco para dar a conocer públicamente las caras que llenarían horas y horas de televisión, a las futuras nuevas estrellas musicales del país.

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Capítulo cortito para empezar a calentar motores, en el próximo empiezan las entrevistas con los concursantes.

EL OTRO OT, el que pudo ser y no fue (afortunadamente)Where stories live. Discover now