XII

203 23 3
                                    


Había tenido que dejar a Chester solo por un rato, se mareaba demasiado así que fue al hospital para que le miraran la herida de la cabeza y al menos se la vendaran.

La enfermera que lo atendió casi lo golpeó al verlo con semejante herida y que no hubiera ido directamente al hospital.

Les coló una pequeña mentira y se dejó vendar la cabeza, era un arreglo bastante aparatoso, pero al menos dejaría de sangrar.

- ¿Te estás escuchando?

- Sí, y sé lo que te estoy pidiendo, perfectamente.

- No puedo hacer algo así, Mike... Es una locura.

- He estado con él, lo he visto reaccionar en la calle, por que salga un poco más no tiene...

- ¡Es un enfermo! Si lo dejamos correr a su libre albedrío...- Se negó, Joe.

- Es mi paciente...

- Recuerdo que tú mismo te despediste.

- Sin mí, Chester no se va a curar.- Contraatacó.

- ¿Y cuál es tu terapia? ¿Follártelo?

Mike fulminó a Joe con la mirada apretando los puños, tensó la mandíbula y respiró con fuerza por la nariz. Intentó serenarse, retar a su jefe avanzando unos pasos.

- Eso es problema mío.

- Es problema de todos, Chester es un maníaco, y cree que tú eres parte de él, por eso depende tanto de ti.

- No sabéis casi nada de él, puede que yo al principio tampoco me acordara, pero Chester y yo hemos sido compañeros de curso, sé que lo que está contándome es verdad o puedo creérmelo, sólo necesito que confiéis vosotros en mí.

- Pero no puedes pedirme que de buenas a primeras deje salir a Chester del hospital.

- Sólo por los alrededores, ver cómo evoluciona y si sale bien, que venga conmigo.

- Es una completa locura.- Bufó de nuevo pasándose las manos por la cara.

Mike salió del despacho de Hahn, que meditara su propuesta con tranquilidad incluso que la comentara con Brad y Phoenix, a él no le importaba si ellos también iban, vigilando, sabía que si estaban cerca, Chester estaría más intranquilo, pero también, si se alteraba demasiado, podría controlarlo mejor teniendo la fuerza de Phoenix cerca.

Subió al sexto piso restregándose las manos contra el pantalón para quitarles el sudor. Inspiró hondo, y abrió entrando en la misma habitación.

Chester estaba allí, como siempre, de pie mirando por la ventana, anhelando en silencio la libertad del resto del mundo.

Suspiró con cierto pesar y se acercó a él despacio acariciándole la nuca. Él se giró y sonrió tocándole el vendaje de la cabeza.

- Menuda facha, parece que te hayan dado una buena paliza.

- Bueno, que te peguen con una caja de acero en la cabeza no es muy agradable, ¿sabes?-Rió.- ¿Cómo estás?

- Aburrido.- Se encogió de hombros.- Tampoco he hecho mucho, sólo me dejan salir si tú estás en el hospital, ¿Y tú? Menos mal que te has puesto algo en la cabeza.

- Casi me caigo por las escaleras antes, así que ya iba siendo hora.

Chester rió y Mike no pudo evitar sonreírle bajando la mirada. Era extraño, como de unas horas había cambiado tanto todo entre ellos, ahora se hablaban con más tranquilidad, como viejos amigos, Mike incluso se sentía más cómodo al conocer su historia y el por qué de esa pequeña obsesión con él.

SyquiatricWhere stories live. Discover now