Escribiendo Amor,Dibujando Odio || Karmagisa

....Y estos hilos enredados....

—Anguis...­..

Era tan claro...

Sostuve mi cabeza con mis manos, sin poder creerlo, totalmente anonadado.

—¿Q-que? — Feles hablo y levanté la mirada, pude ver su expresión sorprendida, sus ojos abiertos de par en par ­— ¿Qué acabas de decir?

— Anguis...mi espíritu protector...el— No sabia como explicarlo, No podía ponerlo en palabras.

Todo este tiempo, desde mi nacimiento hasta ahora aquel chico albino de ropas antiguas me había acompañado, cuidado y protegido; Jamás lo había visto de esa manera, jamás había visto aquella delicada contextura, pero, aquella paciencia, aquellos ojos rojos ....

Todo estará bien

Y aquella voz.

Trague saliva.

¿Hace cuanto no escuchaba esa voz? ¿Hace cuánto no veía aquel vibrante color rojo?

—Entremos, Feles. — Hable con una voz firme y decidida, levantando mi cabeza en dirección a aquel portal.

Poco a poco el pasado volvía, en mi cabeza todo estaba empezando a tomar sentido, pero...

Aun había una pieza que faltaba, algo que no terminaba de encajar en todo este rompecabezas, Alguien que hacía falta para de una vez empezar a mover estos engranajes, Para liberar estos hilos.

Hacia falta aquel brillante y apasionante color

Observe aquella brillante ventana de madera carmesí

Una ventana tan peculiar de entre todas las demás, con una fina madera de color rojo sin ningún tipo de candados en ella, tan solo brillaba intensamente en medio de la ahora oscura habitación y en ella de nuevo...

Estaba yo.

Pero de una manera que jamás había visto, estaba colgado de cabeza, con antiguas ropas griegas y una gran capa roja.

De entre todas las ventanas, esta era la única en la que mi figura también tenía color propio, pero había algo más extraño, algo que recorría todo mi cuerpo, dos delgados y brillantes hilos que rodeaban todo mi ser.

Me fije en ellos.

Uno era aquel que me mantenía de cabeza, tomándome por un pie y terminando en un circulo alrededor de mi cuello, Un brillante hilo azul.

El otro era un hilo de radiante rojo, que parecía salir de uno de mis dedos y se enrollaba alrededor de mi pecho y de mi cabeza para luego bajar y acabar en el marco de la ventana.

—L' appeso— Feles hablo, casi como inconscientemente e interrumpiendo mis pensamientos, mirando a lo alto de la ventana, donde grabado en rojo vivo, estaban marcadas las palabras L'Appeso, y debajo de ellas el número 12 en números romanos

—l'appeso...¿El colgado?

—Esto... ¿esto es en serio? — La voz de Feles sonó cortada y voltee a verlo de nuevo, su cuerpo temblaba y parecía estar apretando sus diente uno contra otro, como si tuviera la intención de romper la magnífica vidriera— ¿por qué?

—¿e-es algo malo?

Pregunte asustado. Feles me dirigió la mirada y negó con la cabeza.

—No..., No, necesariamente, Es una carta del Tarot.

—¿Tarot?

—Si...la carta numero 12, una de las más importantes de la baraja, Su número es significado de iniciación y su simbología....