¿Castigo?

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Inmóvil y coaccionado, Karma (Alias Mr.Castigo) se encontraba en medio de Maehara e Isogai que le impedían moverse mientras el cuchillo de Irina le rozaba el cuello. Detrás suyo un joven le miraba furiosamente.

—¡N-Nagisa! —dijo el pelirrojo temblando mas de frío que de miedo—¿¿¡¡que paso!!??

Pasé la mano por mi cabello.

¿Como habíamos llegado a esto?

--- 30 minutos antes ---

El suave golpeteo de una puerta me despertó.

Con los ojos entrecerrados revise la manilla del reloj. Eran las cuatro de la mañana. Bufé.

La primera vez que puedo dormir ocho horas seguidas y viene alguien a fastidiar mi pobre existencia.

La puerta siguió sonando.

—¿por que a mi? —me quejé, con la cara enterrada en la almohada.

De todos los días posibles hoy, precisamente, Irina y Karasuma tenían una misión mientras que Maehara e Isogai habían salido en lo que, se negaban a admitir, era una cita, la noche anterior.

Me hice un ovillo sintiendo la suave cobija que había sido puesta sobre mi. Definitivamente no quería dejar aquel cálido espacio.

La maldita puerta volvió a ser golpeada

—aghh

Lance una larga queja y me levante del sofá con fastidio, arrastrando los pies por el frío suelo, mientras me dirigía a la estúpida puerta.

Amablemente alguien me había quitado los zapatos cuando me desplome en el mullido sofá la noche anterior.

Una amabilidad que ahora era un infierno helado para mis pies.

El sonido, insistente, venia de la puerta trasera, que estaba una habitación mas allá.

El repiqueteo continuo.

—¡ya voy!, ¡ya voy!

Abrí la puerta deseando que el alma frente a mi se pudriera en lo más profundo del infierno.

Vale Nagisa,cálmate. Puede ser un pobre empleado que ha olvidado las llaves.

Abrí la puerta y frente a mi una cabellera roja se balanceaba.

—¡Nagisa!
— ¿Mr.Castigo divino?— Mi voz, rasposa, mostró confusión.
—¿M-mr.castigo divino?— El muchacho sonrió, divertido.
—Bueno.....— no iba a admitir que fue lo primero que se me vino a la cabeza
—Esto...No importa ¿Por que te tardaste tanto? ¡Me estoy congelando ahora mismo! ¿Y por que estas?...
—Karma— Puntualice, reprimiendo el impulso de golpearlo. — ¿tiene idea de que hora es?
—La hora de que me dejes entrar. No es bueno un invitado afuera.
—Tiene razón—dije meditándolo mientras el asentía— Es una lastima que no sea uno. Fin.

Chasqueo la lengua

—Hmmm ¿Acaso olvidaste la apuesta?

Por favor. Por supuesto que la había olvidado, pero ...

—C-claro que no. Pero, aun así, no le voy a dejar entrar. Podemos discutir eso afuera, en otro momento.
—Pero- Pero ¡Nagisa! ¡Esta haciendo demasiado fríooo!!¡Dejame entrar ya!
—Es su problema por haber venido a esta hora, más aún si avisar. Debió haber venido cuando le dije, hace una semana. —dije intentando cerrarle en la cara,sin embargo el puso su pie en medio de el marco y la puerta, abriéndose paso.

—Dije que me dejes....—Karma abrió la puerta. Quiso empujar mi curpo con sus manos pero...

—¿ah?—dijimos al unisono.

Escribiendo Amor,Dibujando Odio || KarmagisaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon