Escribiendo Amor,Dibujando Odio || Karmagisa

...Maldito por...

Despertó en una habitación sucia y caliente. Sus manos y pies se encontraban atados a una silla. Y en su piel se dibujaban cortaduras más largas y más profundas de lo que recordaba.

Hilos celestes yacían en el suelo y el frío que sentía en su nuca le indicaba el nuevo corte que su cabello había recibido. Pero lo peor era el éter, envenenando sus venas.

—¡Despertaste!—Una voz resonó en toda la habitación, la voz de su secuestrador.

—Asano...—El susurro de Nagisa era apenas audible y sin embargo transmitía  un toque de determinación y fuerza que sacudió  a su victimario
—¡Oh! ¿Así que puedes hablar? Eso es bastante interesante...—El joven sonrió, divertido— Eso es bueno, es bueno... Estaba preocupado de haber excedido la dosis y haber encendido demasiado el ambiente.

Así que esa era la razón de que estuviera en medio de un infierno, su cuerpo blanquecino se derretía en medio de las invisibles oleadas de calor.

—¿Sabes, Nagisa? En todo este tiempo juntos he observado varias cosas. He visto que eres rápido,tal vez demasiado—Asano empezó a rodear la silla en la que se encontraba el chico de ojos azules—Que te llevas bastante bien con los animales y como olvidar tú don para saber si las personas mienten—El joven se detuvo al lado de Nagisa y sostuvo el rostro del peli azul en sus manos tiernamente—He notado que eres especial.

Asano soltó al joven y continuo su monólogo, caminando a una esquina oscura la cual Nagisa no podía distinguir correctamente.

—Y no me refiero a especial como lo diría una madre, o un profesor; No.

Asano desapareció en medio de la oscura esquina riendo débilmente.

—No. Tú eres especial por que has evolucionado. No eres como todos los sucios humanos. Has sido esculpido con delicadeza por la ciencia y te has convertido en una verdadera estatua de David

El noble arrastraba que Nagisa no podía identificar más que como una bolsa sucia y de gran tamaño

— Por tus venas corren los químicos que te han dado las habilidades que tienes hoy en día, la ciencia ha reclamado tu ser y marcado tu vida.

Nagisa se sorprendió. Mas no por recordar los experimentos crueles por los que había pasado,  después de todo  finalmente se encontraba en paz, con una misión que valía la pena. No, lo que sorprendió a Nagisa fue el conocimiento que poseía Asano sobre su persona ¿Cómo lo sabía? ¿De qué forma había averiguado los demonios de su pasado?

—Oh, por favor Nagisa—Asano dejo la bolsa de arpillera frente a él y miro directo a sus azules ojos —¡No me mires de esa forma! Por supuesto...por supuesto que yo sabía de tí, ¿Y sabes por qué? ¡Por que eres especial! Tan lejos del nivel de todos nosotros ¡Por que eres un experimento que ha diferencia mía ha triunfado!  ¡Todo lo que se esperaba de mi lo eres! ¡Todo lo que no pude ser! y aún así...aun con todo ese poder has sido amable, aún cuando soy una escoria de conejillo de indias extendiste tu angelical  mano! ¡El primero que realmente me aceptó! ¡Mi esperanza! Mi razón de respirar y vivir.

Una sonrisa se mostró en la cara de Asano, Una sonrisa dulce,suave y amable,Llena de cariño.

— Mi amado. 

Asano sonrió aún más ancha mente

—Y por eso, ¡debo de saber todo sobre ti! —La risa de Asano resonaba en la silenciosa habitación

—Es por eso que he mirado tus expedientes, es por eso que yo he viajado a Japón, a China y a la India, he visitado cada laboratorio, he escuchado cada conversación, ¡ he estudiado cada libro y he memorizado cada palabra durante todos estos años!—El tono de voz de Asano se elevó con euforia —Por eso es que asesine a mi padre, ¡Por esa razón la conservadora y respetada  familia Asano quedó enterrada bajo  la corrupta y temida familia Gakushu! Una familia llena de asesinos a disposición de la reina.

He investigado,robado, asesinado e incluso he dado parte de mi, ¡He cambiado y manchado el nombre de una familia milenaria!

Asano se acercó a Nagisa y tomo su barbilla 

—Todo por ti.

Asno se arrodilló y puso su cabeza en los muslos del peli azul.

Normalmente Nagisa no podría si no sentir miedo, asustado de que alguien tomará tantas molestias con el, de que alguien fuera tan lejos por esta a su lado. ¿Pero ahora mismo? Solo sentía lástima por el joven pelinaranja y recordó la verdadera razón por que le temía tanto a la cercanía con otros, Al cariño y al deseo.

—Asano...

Acarició el cabello del joven y este empezó a tararear una dulce canción.

¿Acaso Nagisa se hubiera vuelto igual de loco por Karma en alguna otra situación? ¿Le hubiera perseguido?¿Estaría dispuesto a robar por el? ¿Estaría dispuesto a matar por el? 

¿Estaría dispuesto a sacrificar todo por él?

Desde su regresión Nagisa sintió como su piel se erizaba y un escalofrío lo recorría.

Recordó por que le temia al amor.

Por que aunque quisiera negarlo sabía que haría todo aquello por karma y más. Por qué el joven en su regazo era el reflejo de lo que pudo ser.

—Asano...—Nagisa repitió y el joven levantó su rostro, el cual a pesar del ambiente de la habitación, parecía el de un niño pequeño mirando una joya preciada

— Tu y yo...

Su voz se estanco, Con las palabras luchando por salir. Acarició el cabello de Asano y dejó que las palabras escaparan.

—Somos iguales.

Asano rió.

—No, no.  Yo soy algo fallido, un trozo incompleto de un boceto imperfecto hecho solo para ser desechado, pero tú...

Asano le miró, con su corazón palpitando cada vez más rápido.

—Tu eres la perfección misma.

Nagisa cerró los ojos, y solo pudo atestar a reír

—No Asano...— Nagisa acarició de forma maternal su mejilla. ¿Si alguien hubiera sido de la forma como el fue con Asano el hubiera sido de esa forma? Si la familia en la que confiaba lo hubiera manipulado.. Sí Karma le hubiera traicionado después de todo lo que había pasado...¿Habría actuado de la misma forma? Sabía que sí.

No le justificaba pero no podía evitar comprenderlo

—Yo...

No pudo hablar más. De aquella oscura esquina emergió Feles con la tristeza de aquellos que conocen las futuras desgracias.

—Ya es hora

Nagisa volvió a cerrar su ojos y pudo escuchar como una puerta en la habitación se abría mientras una presión de posaba en su pecho y las lágrimas inundaban sus ojos.

—...lo siento.

El plan ya estaba en marcha.