Capítulo I

336 20 3
                                    

Jaqueca

Escuché un sonido molesto proveniente de alguna parte del lugar donde estaba. Se oía lejano, distorsionado, pero de todas formas me despertó malhumorado. Me inquietaba y lentamente me sacaba de mi ensueño. Necesitaba averiguar de qué se trataba.

Abrí los ojos y lo primero que moví fueron mis manos. No sé por qué era lo primero que quería ver. Luego miré mi cuerpo vendado, cubierto por unas sábanas blancas hasta la mitad de mi torso. Me senté descubriendo lo que quedaba de mi cuerpo bajo la cobija. Estaba en una camilla, conectado a una máquina que medía mi pulso y suero conectado a mi brazo izquierdo. Las piernas también las tenía vendadas hasta los pies. Lo único que vestía era ropa interior, por lo que el frío prontamente se apoderó de mi cuerpo al destaparme.

Tenía los párpados pesados, me dolía fuertemente la cabeza. No recordaba nada de lo que había pasado antes de llegar a este lugar, no sabía quién era o con quiénes estaba, ni por qué mi cuerpo estaba tan malherido. Hasta por encima de las vendas se podía ver algunas manchas de sangre.

Estaba desorientado, pero quería levantarme de la cama a toda costa.

Miré a mi alrededor y no vi absolutamente nada fuera de lo común. Si no mal entendía este lugar era un hospital o sala de emergencia, pero me extrañaba que no hubiese alguna persona.

Permanecí solo en aquella habitación, hasta que la puerta se abrió de forma bruta, dándome un gran espanto. Me sobresalté y me giré un poco aún sentado en la camilla para mirar hacia la puerta detrás de mí.

Ya dentro del cuarto había un sujeto de baja estatura, vestía una bata y en la mano tenía unos papeles. Con esfuerzo trataba de cerrar la puerta otra vez. Al parecer del otro lado había gente intentando ingresar, pero él lo impedía, gritando entre suplicas que se detuvieran de una vez.

Por suerte nadie había podido entrar. Con la puerta totalmente cerrada puso el pestillo y se sacudió la bata quitando el polvo. Después miró hacía la camilla donde yo estaba sentado, se enderezó, dejó de limpiarse e hizo una reverencia. No supe por qué hizo eso último, pero de repente su mirada denotaba terror y preocupación.

-Príncipe Vegeta -dijo tartamudo. Se acercó a mí a paso lento, hasta que finalmente se quedó parado a los pies de la camilla.

-¿Príncipe Vegeta? -por primera vez escuché mi voz. Ni siquiera de eso tengo memoria y, ¿quién era al que había nombrado? ¿Yo?

-Sí, señor. Usted, el príncipe Vegeta del planeta Vejita, ¿no lo recuerda? -cuestionó absorto. Intenté pensar en su pregunta y la información que brindó, pero nada venía a mi cabeza-. ¿Se encuentra usted bien?

-¿Quién eres tú?

-Soy el doctor personal de la realeza.

-¿Y dónde estamos?

-Ahora estamos en una sala de emergencia, dentro del palacio donde su majestad vive con el rey de Vejita.

-Rey de Vejita -deduje que obviamente se trataba de mi padre-. ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Por qué estoy así y no recuerdo nada?

-Lo siento, su alteza. Me pidieron que no dijera nada al respecto de lo que pasó, pero su amnesia se debe a un golpe en la cabeza. Sabíamos que afectaría su memoria, porque había muy pocas posibilidades de que eso no pasara.

-¿Quién te ordenó no decir nada?

-El rey, su majestad.

-¿Sabes por qué?

-Tampoco lo sé, príncipe. Lamento no poder servirle de mucho en cuanto a la información que me pide, pero solo soy un doctor y se me pidió seguir el protocolo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 02, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

AMNESIA [hiatus]Where stories live. Discover now