☆×~"Ámame como lo hago yo"~×☆ ✔✔

"¿Problemas?"

Volvimos a la escuela, una muy aburrida escuela, pero se volvió totalmente diferente. Estaba mi pareja Butters, eso cambiaba todo. Daban ganas de estudiar, de ir temprano, estar más de dos horas encerrados ¡Todo valía la pena cuando él estaba!

Íbamos de la mano, parecíamos Craig y Tweek pero más especiales y diferentes. Llamamos la atención de todo aquel que nos veía pasar. Leo, cuando sentía la mirada de los demás, se apegaba a mi y tomaba mi brazo. Me hacía feliz, el simple hecho de que se sienta protegido conmigo me alegraba mucho.

-Hey- llamaba su atencíon- ...Está bien...- dije en voz baja para que solo escuche él.

-Y-ya sé... Es solo que...- no dijo nada, un pelinegro con un rubio paranóico se acercaban.

-Interrumpen algo- dije serio, no estaba enojado solo dije la verdad.

-Perdón Romeo, es solo que les queríamos avisar algo- dijo Craig.

-E-el pro-profesor ACK n-no viene... Hoy- finalizó Tweek, su pareja le sonríe.

-Mmmh- me puse pensativo pero al segundo puse una sonrisa y miré a Leo- ¿Quierés hacer algo, Sweety?

-S-si... ¿V-vamos a casa?- me le acerqué y besé su frente.

-A donde tú quieras.

Tomó mi mano, más fuerte, y me arrastró hacia fuera de la escuela, no sin antes despedirnos de Tucker y Tweek. No comprendían que pasaba pero su sonrisa por nosotros no se borraba de sus caras.

-Sabía que me querías pero nunca imaginé que quisieras llevar la iniciativa- dije tratando de alcanzar su paso, estaba corriendo.

-C-calla... Falta poco.

Llegamos a un tipo de descampado, no había gente y estaba todo nevado, si girabas la cabeza te encontrabas con South Park, el pequeño pueblo, en unos segundos ya nos alejamos bastante.

-¿T-Te gusta?- miro a Leo, su respiración estaba acelerada y se le veía cansado.

-Me encanta pero... ¿Era necesario correr?- ladeo un poco la cabeza.

-S-si, teníamos que salir antes de que ce-cerraran el colegio- dijo y comenzó a cavar en la nieve, sin dudar, lo ayudé. Nos encontramos con una pequeña caja, húmeda y bastante infantil.

-¿Qué tienes aquí?- pregunté curioso.

-M-mis más grandes tesoros... Creí que ya era tiempo de m-mostrarte- dijo y abrió la caja, me sorprendí bastante al ver su contenido.

-¿S-soy yo?- señalé las fotos, cartas y flores, él asentía con una sonrisa.

Muchas fotos mías, cartas dirigidas a mi escritas por él, el símbolo de interrogación de mi viejo traje de Mysterion, un par de guantes de la primaria, una campera pequeña igual a la que tenía puesta y muchos corazones hechos a mano.

-No es algo de ahora- dije mirando las cartas-... Son de hace años- miré a Leo sorprendido y él mostraba una sonrisa simpática.

-S-si... M-me gustas de hace mucho... K-Kenny... ¿E-estás llorando?

-Si, pero no es nada malo son... Solo son muchas emociones juntas- solté tratando de limpiar mis lágrimas y de un pequeño salto, me abrazó, le correspondí alegre.

-...Lo se...- dijo en mi cuello.

-¿Por qué no me llegaron ninguna de estas?- tomé una carta y se la mostré- Es más, algunas de seguro fueron escritas mientras estabas castigado.

-Y-Ya sé, es solo que... P-Para ese entonces... Tenías novia- desviaba su mirada, abrí una carta y comencé a leerla.