|C E R O|

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La Secundaria Pinkon ha vuelto a abrir sus puertas para un nuevo año escolar. Estudiantes viejos y nuevos entraban al edificio, algunos alegres de volver a ver a sus amigos mientras que otros deprimidos por volver al tan llamado infierno.

Una figura femenina y bastante relajada caminaba por los pasillos que conocía desde hace tres años. Todos a su alrededor la saludaban y ella les devolvía el saludo con una gran y brillante sonrisa.

─¡Hola, Jisoo! ─Se escuchaba a su alrededor.

Kim Jisoo, una de las chicas más populares de toda la escuela por su amigable aura. No había una persona que hablara mal de ella, pues no tenían razones para hacerlo, y aunque se lo inventaran, nadie podría creerlo. Kim Jisoo era un amor de chica y una potencial actriz. Era el personaje principal en todas las obras teatrales de la escuela, otra de las razones por la cual era muy conocida.

Subió al segundo piso y llegó a su casillero. Colocó su característico candado rojo, del cual se sabía la clave de memoria. Al abrirlo dejó dentro una carpeta y dos libros de texto. Dentro de su mochila roja dejó una carpeta y otros dos libros de texto para las dos clases que tenía antes del almuerzo.

─¡Jisoo! ─una chica llegó junto a ella.

Jisoo cerró su casillero y le sonrió.

─Hola, Lisa.

─¿Cómo estuvo tu verano? ─le preguntó mientras ambas se dirigían a su primera clase.

─Genial ─respondió Jisoo─. Aprendí a bucear. ¿Puedes creerlo? ¡Vencí mi miedo a los peces! ─alzó los brazos al aire, orgullosa─. ¿Y tú? Dijiste que ibas a Tailandia, ¿no?

─¡Sí! Pasé todo el verano allá. La pasé de maravilla. Mis amigos me hicieron una gran bienvenida. Mentiría si digo que no lloré. Son tan lindos ─su amiga habló con emoción, e internamente sintiéndose nostálgica.

Lalisa Manoban. Conocida por todos como Lisa. Era una chica, que al igual a Jisoo, muy amigable. ¿Quieres pasarla bien y reír sin parar? Acercate a Lisa. Entró a la escuela a mediados del año pasado, pero fue rápidamente aceptada por la mayoría de los estudiantes. Junto a Jisoo no eran las más listas de clase, pero sí las más divertidas.

Se dirigieron al tercer piso del edificio, donde se encontraba la clase de Historia, o mejor dicho, la clase en donde podrían continuar durmiendo.

─¿Trajiste un cubre ojos? ─Lisa le preguntó.

Jisoo buscó en su mochila y le mostró el cubre ojos negro.

─Siempre ando preparada ─Ambas se echaron a reír.






─¿Necesitas dinero?

─No ─respondió la castaña con un suspiro y abrió la puerta del auto.

─Te recogerá el chófer. Yo estaré ocupado ─le informó su padre.

─Lo sé.

Salió del auto y sin siquiera despedirse cerró la puerta. Se arregló la corta falda de su uniforme y caminó hacia el edificio con la cabeza en alto. Aquellos que se encontraban en su camino se apartaban al verla y la observaban. Su caminar era perfecto y elegante, su apariencia era hermosa. Sin embargo, como muchos la admiraban, muchos otros la despreciaban.

─Regresó la bruja ─se escuchó una voz femenina comentar lo suficiente alto para que la escuchara.

La ignoró y continuó su camino hasta su casillero. Colocó un espejo en la puerta de este y dejó los libros que no necesitará hasta un par de horas.

─La preciosa Jennie Kim ─una voz masculina llamó su atención.

Al ver de quién se trataba, respiró profundo y cerró la puerta de su casillero para irse a su clase. Jeon Jungkook, uno de los chicos más codiciados de la escuela, y el más molesto e insistente para Jennie.

─Hey, hey ─la siguió─. ¿No saludas siquiera? No nos hemos visto en dos meses.

─Y tampoco quiero verte ahora ─respondió y le dio una falsa sonrisa.

─Oh vamos. Sé que me extrañaste ─La abrazó por los hombros.

Jennie detuvo su andar y apretó los puños.

─Tienes un segundo para dejar de tocarme.

Jungkook suspiró y bajó su brazo.

─¿Sabes? Desearás que tenga mi brazo alrededor de ti para protegerte.

─El día que quiera que me protejas será el día que me vuelva calva ─le respondió y siguió su camino.

─Pronto estarán aquí ─Esto causó que se detuviera y se girara sobre sus talones para verlo con confusión. Jungkook tenía una media sonrisa en sus labios, se acercó unos pasos a ella y jugó con un mechón de su pelo─. Se dice que volverán. Y si es cierto, querrás tener a alguien que te proteja. Ese soy yo, preciosa ─le guiñó un ojo y se alejó de ella.

Jennie se quedó como piedra ante la noticia. Sabía a la perfección de quiénes hablaba, y vaya que le dio mucho miedo. O quizás Jungkook solo quería asustarla, porque él sabía lo mucho que esos chicos llegaron a traumarla y lo mucho que la hirieron.

Y cuando creyó que solo era una evil mentira del chico que tanto la irritaba, los vio.

Entraron por la puerta del edificio en grupo, como siempre lo hicieron cuando estaban en la escuela. Vestían el uniforme escolar a su estilo y sus expresiones faciales como sus posturas radiaban seguridad sobre sí mismos y peligro para los demás. Todos a su alrededor dejaron salir expresiones de sorpresa y miedo, y rápidamente se apartaron de su camino.

─Es iKON ─exclamó con terror una débil voz cerca de ella.

─Han vuelto ─murmuró Jennie sin poder creerlo.




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