61

5.4K 266 13
                                    

Kate

Otro golpe me hace escupir más sangre. Coloco mis manos en el suelo tratando de ponerme de píe, nuevamente. Sin embargo, un fuerte golpe en mis costillas me hace caer y quedar sobre mi propia y poca sangre que está en el suelo. Las ganas de toser se combinan con toda la sangre que está acumulada en mi garganta, así que escupo sintiendo una baja presión.

Tyler toma una de las botellas de vino que tiene a su alcance y la avienta a mi lado. Aquella botella de vidrio se quiebra en mil pedazos que caen en gran parte de mi cabeza causandome un ardor soportable.

Acto seguido, Tyler me toma por el cuello levantándome y poniéndome en ambos pies para después soltar un golpe en mi cara. Dejo de sentir, hace no se cuantos golpes que deje de sentir el dolor que Tyler me ocasionaba.

—Basta Tyler.— habla alguien pero no logro visualizar bien quien es. —La vas a matar.

El ultimo golpe que recibo cae en mi cabeza y es cuando dejo de estar consciente de todo lo que me rodea. Escucho voces cerca de mi pero no las distingo a la perfección. Mi vista se nubla por las lagrimas que han decidido salir después de tiempo.

Toco mi pecho, y la herida de bala que Tyler me había ocasionado, se ha abierto. Me estoy desangrando de todas partes y no estoy recibiendo ayuda de nadie.

Voy cayendo en un profundo sueño del que no quiero despertar nunca.

Siento que voy a morir aquí.






Abro mis ojos cuando empiezo a sentir incomodidad con la luz solar que traspasa las ventanas del techo.

Me remuevo en el lugar en que me encuentro para volver a sentir mis manos atadas atrás de mi espalda y los pies pegados a las patas de las sillas.

Todo me da vueltas, no soy consciente de que hora es, día o que es lo que me ha pasado con exactitud. Tampoco logro mantener la vista a la perfección. Veo borroso, pero logro distinguir al ser detestable que se encuentra frente a mi con una sonrisa enorme.

—¿Cómo estás, amor?— interroga irónicamente.

—Pu-pudr... pudrete.

Es lo unico que sale de mi.

Mi cabeza está agachada, no logro mantenerla firme. No se que es lo que me hicieron.

No tengo fuerzas, me siento y estoy completamente débil. Mover un solo musculo me parece un problema complicado.

—Deberías de aprender a ser más educada.— él habla. —Yo te voy a enseñar...

—No la toques.— escucho la voz de Irina a su lado. —Tyler, ya le hiciste mucho daño.

El hombre frente a mi se gira para encarar a la mujer que le ha llevado la contra.

—¿Y ahora te interesa?— pregunta con cierto tono de burla y sin interés.

—El doctor lo dijo, fue un peligro que la herida en su pecho se abriera. Y tú, le estás causado más daño. Un golpe más y la vas a matar.

—Hazlo— musito. —. Hazlo, como la última vez.— él me mira directamente. —Déjame al borde de la muerte o matame, eso es lo que quieres ¿no?

—Cierra la boca...

—Ésta vez nadie va a salvarme.— empiezo a reírme sin ganas. —Así que disfrútalo, estoy... en bandeja de plata para ti. Consigue lo que no hiciste la ultima vez.

—¿Qué es lo que quieres lograr? ¿Qué me apiade de ti?— una risa socarrona sale de sus labios. —. Te amo, pero entre tú y yo... siempre, seré yo.

—¡Tyler!— un hombre detrás de él le llama. —. Tu padre se ha enterado que no estás en Gran Bretaña. Viene hacia acá...

—¡Mierda! Tenemos que irnos Irina. Kate, espero que no te mueras de hambre durante horas.

Las dos personas que se encontraban en la habitación junto a mi, desaparecen dejándome sola.

El dolor de cabeza es constante y cada vez se hace mucho más grande. Siento punzadas en la cabeza como si estuvieran estrujando mi cerebro entre manos.

Escucho como las suelas de unos zapatos chocan contra el suelo a cada paso que dan. Y, frente a mi, logro visualizar al hombre que me ha contado su historia.

Siento como desatan mis manos y mis pies, dejando ambas extremidades libres.

—Vete.— habla él.

—Pero si Tyler...

—Cuando Tyler se entere, tú estarás lejos. Se fue a reunirse con una persona que nunca llegará.

Una sonrisa maliciosa se forma en sus labios. Es entonces, cuando recuerdo el motivo por el que Tyler se fue.

—¿Tú...?

—¡Tienes que irte! Soy José, por cierto.

Aplaude seguidamente haciéndome entrar en razón. A lo que, me pongo de píe rápidamente pero fallo, cayendo nuevamente en la silla.

Estoy en tres de mis cuatros sentidos. Aún siento adormecido todo mi cuerpo. Así que, escapar será un duro trabajo. Mis piernas están frágiles y lo único que me mantiene de píe y sin tocar el suelo; es la silla en la que estoy sentada.
   En el segundo intento de levantarme, no fallo. Me mantengo de pie tratando de tener mis piernas activas por si necesito correr en cualquier situación.

José, a mi lado, saca un faje de dinero y un arma con suficientes balas.
  Yo lo miro, y él hace acciones para que yo lo tome, aún que dudo, lo hago.

Guardo el arma fría entre mi espalda y mi pantalón junto a la ropa interior. Ésta, se pega a mi piel como imán haciéndome estremecer por el contacto.

—Suerte.

Es lo único que escucho de su parte, para después salir corriendo del lugar con intentos demasiado torpes. Y esta vez, no hay un arma que me apunte.

El mejor postor | Luke E.Where stories live. Discover now