•°·˚୭ ❪🗡❫ El Arte de la Guerra ೃ࿐*･
❝𝐒i conoces al enemigo y a ti mismo,
no debes temer el resultado de
un ciento de batallas.❞
⪨ marvel cinematic universe ⪩
「bucky barnes x oc 」
Duología ᠁᠁⧼ El Arte de la...
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CAPÍTULO 11
❝ ANÉCDOTAS QUE CONTAR ❞
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Descendimos por las escaleras, él se fue a la cocina. Agarre la portátil y empecé a investigar sobre el cerebro, que era lo que más hacía en las últimas semanas, investigación y más investigación, buscaba un modo de recuperar sus memorias y borrar algunas de su cerebro, crear una especie de red que conecte las memorias buenas y dejar las cosas malas pasar por ella. Temía que fuera una pésima idea, no pudiese conectarme con mis padres y pedir ayuda sin contar al menos cómo me había metido en todo esto.
Sabía que el tejido cerebral es imposible de recuperar una vez destruido, pero la última vez que vi los rayos-x de su cabeza no estaban completamente oscurecidas, eran opacas lo que indicaba que el tejido no había sido completamente destruido. Necesitaba mirar dentro de su cabeza, pero sólo yo podría hacerlo, como explicar a una banda de médicos lo que había sucedido, ni yo podía inventar una excusa para aquello. No habría una justificación para los resultados.
Me desvíe de mis investigaciones por el olor de comida que inundaba en el ambiente. Al principio fue fácil de ignorar, mi mente todavía estaba ocupada en posibles conexiones o planes para poder ver dentro de su cabeza, pero después el olor a salsa de tomate había llenado completamente el ambiente. Con cuidado bajé del sofá tratando de no hacer ruido con mis pies descalzos que ayudaron en eso, el olor venía de la cocina, donde James estaba —para mi más absoluta sorpresa— cocinando. Varios ingredientes esparcidos por la mesa de mármol blanco, parecía bastante concentrado en la estufa.
— ¿Qué estás haciendo? —pregunté cruzando los brazos y alce una de mis cejas, él me respondió con un "uhum" claramente no prestándome atención—. ¡James! ¿Qué estás haciendo?
—Barriendo —dijo con ironía.
—No sabía que cocinabas.
—Ni yo. Pero abrí la nevera, vi estas cosas y pensé: ¡Caramba! Nací cuando no existía la comida congelada, debo saber hacer algo. Tome cosas y empecé a hacer esto, y realmente no sé cómo lo estoy haciendo —dijo, maravillado consigo mismo. Apenas pude contener una sonrisa—. Y me siento con ganas de hacer esto, pero al mismo tiempo siento que no debería hacerlo.
— ¿Por qué no deberías?
—Tú eres la chica de la casa —Me informó, ganando un par de risas mías. Me miro confundido—. ¿De qué te ríes?
