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CAPÍTULO 16

❝ SI ENTRAR EN PÁNICO ❞

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Me alejé, acercándome más al baño, agarrando mis gafas de lectura en el camino.

—Todo está borroso —dijo, sentándose—. No recuerdo nada de eso.

—¿Cuál es su última memoria, soldado?

—El porta aviones. Estaba en América, en una misión —Me miró, sus ojos perforando mi piel.

—Su misión fue concluida con éxito. El objetivo eliminado, usted regresó a la base de Piasa.

—No. No la terminé, Doctora Alaxwell —Se levantó.

—Sí has finalizado, es por eso que estamos aquí hoy. Ahora realmente tengo que terminar esto.

Apenas pude ver sus movimientos, cuando volví a mirar a Bucky estaba viniendo en mi dirección a una velocidad increíble. Agradezco por estar tan cerca del cuarto de baño y haber dado tiempo suficiente para que corra y me encierre dentro.

Los golpes en la puerta eran ensordecedores, la madera soltaba polvo a cada golpe y sabía que no habría mucho que pudiera hacer para defenderme del soldado. Mi corazón golpeaba completamente acelerado y sentía mi respiración fallar. Necesitaba ser racional, con los pocos segundos que sabía que había abierto el armario del baño y tomé algunas cosas, un poco de mi maquillaje y la botella del enjuague bucal, mezclé algunas cosas y sólo necesitaba un catalizador para tener un explosivo. Blacky estaba fuera. No podía explotar el apartamento y no tenía nada para hacer cloroformo.

No podía desesperarme, había una solución que sólo necesitaba pensar, cuando el brazo metálico pasó por el agujero que había hecho en la puerta e intentaba agarrar cualquier cosa a su alcance. Me alejé de la puerta, entrando en la ducha y pegándome a la pared, mi hombro izquierdo tocando la encimera donde quedaba el champú y los jabones. Bueno podría echarle champú en los ojos, lo que me daría tiempo para correr a algún otro rincón de la casa.

La puerta se destrozó en un millón de pedazos, volando por todas partes, me agache sosteniendo un frasco de champú para que él no me viera. Al colocar sus ojos en los míos camino en mi dirección y sentí el mundo venirse abajo y un deja-vu empezando en mi cabeza. Al principio agarró mis piernas, mientras me retorcía como un pez fuera del agua en desesperación. Intenté patearle, con fuerza, pero mis patadas eran en vano.

Bucky era descomunalmente más fuerte que yo. En cuestión de segundos ya había jalado mi cuerpo casi fuera de la bañera, e intentaba colocarse encima de mi torso, mientras me retorcía y golpeaba su cabeza y hombros con el champú, fue cuando empecé a gritar. Grité su nombre para que de alguna manera pudiera oírme y despertar. Lo que no sucedió.

Mi mente vagaba entre el terror absoluto y la esperanza ciega. Cuando una de sus manos sujetó mis muñecas sobre mi cabeza, cerré mis ojos y grité "Sputnik" unas tres veces para asegurarme de que realmente funcionaría. Su cuerpo cayó inmóvil sobre mí, aplastándome con su peso, comprimiendo mis pulmones. Un suspiro aliviado salio de mis labios, el mecanismo de Sputnik fue implantado en el soldado para apagarlo cuando las cosas salían de control. Nunca había tomado realmente en serio hasta que realmente fuera necesario.

Empuje su cuerpo hacia un lado, sentándome y poniendo mi cabeza entre mis rodillas. Sabía lo que tenía que hacer. Antes de que el pánico me consumiera corrí hasta el armario de la cocina y cogí la cinta gris, amarré sus manos y pies y salí del baño. Agarre a Ginger contra su voluntad y le hice acostarse conmigo, explotando en un sin fin de lágrimas.

Lloré todo lo que había atrapado hasta ahora en relación con Bucky. Eran lágrimas iguales a las que solía derramar de dolor al perder algo y no estar segura si un día iba a volver, el llanto de la incertidumbre era el peor tipo de dolor. Podría pedir a Dios o algo parecido que no apartasen a Bucky de mí lado, pero mi mente científica rechazaba eso, me rehusaba a creer en algo que no pudiera probar su existencia. Era difícil. Pero de igual manera le pedí.

"Querido Dios. Sé que he sido una mala oveja, pero tengo que pedirte que no me quites a James. Déjalo encontrar su camino de regreso" 

Me levanté tres veces para asegurarme de que todavía estaba respirando. James había caído en el suelo del baño y lo cubrí con su edredón y alrededor de las cuatro de la mañana me acosté dentro de la bañera, no pude cerrar los ojos el resto de la madrugada.

Bucky sólo se despertó cuando eran alrededor de las siete de la mañana, al principio se asustó por estar atado. Espere hasta que estuviera segura de que era James para poder quitarle la cinta. Él pudo haberlas roto, pero no lo hizo.

—Disociaste —Le avisé, cortando la cinta con una tijera, percibí que él intentaba procesar mis palabras—. El Soldado del Invierno tomo tu cuerpo.

Oyó cuidadosamente, mientras desataba sus pies. Cuando se levantó se alejó de mí como el diablo huye de la cruz.

—Yo te...

—No —mentí, no podía dejarlo sentirse más culpable por algo que no era culpa de él. Era un efecto secundario del trastorno post-traumático—. Sólo te confundiste. Dije la palabra con "S" y te dormiste, de esa manera proveche en amarrarte con la cinta.

—Y mi confusión te dejó con los brazos rojos, Vania —preguntó con desprecio. No había notado que mis brazos estaban lesionados. Él evaluó el estado de mi cuerpo, no podía ver las posibles marcas de sus manos en mis piernas a causa de mi pantalón del pijama.

—Historia divertida. Fue solo un accidente...

—No tiene nada gracioso que te lastimé, cuando te había prometido que no lo haría.

—No fue tu culpa, eso fue contra tu voluntad Bucky. No tienes elección o control sobre él, no puede culparte por esto, fue un accidente —Me acerqué a él. Se alejó una vez más, con sus brazos erguidos diciéndome que no me le acercara—. Bucks, de todas las víctimas de él, tú eres la más herida, durante años fuiste abusado, tratado como un arma desechable, deshumanizado, nunca tuviste cómo elegir tu camino, ahora estás recogiendo las consecuencias de ello. Desafortunadamente.

Le mostré mis brazos, una vez más.

—Esto no es nada comparado con lo que podría haber sido —Él desvió la mirada—. Encontraste tu camino de regreso. Estoy feliz de que tu mente ha encontrado una forma de regreso, se está recuperando.

—Pero te puedo matar en el proceso —Había amargura y asco en su tono de voz.

—Pero, sé que no lo harás.

—Quería que fuese diferente —respondió dejándome sola en el baño. 

¹ 𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐆𝐔𝐄𝐑𝐑𝐀 ━━ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora