Capítulo Uno.

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La cama crujía gracias al movimiento de la misma, producida gracias al fuerte vaivén de sus caderas contra el cuerpo debajo de el. Los gemidos y gruñidos llenaban la habitación, estaba tan cerca de venirse, ya casi podía sentir su orgasmo acercándose, formándose en su vientre bajando hasta sus bolas y finalemente liberándose fuera de su pene, muriendo en el condón. Jadeando se dejó caer sobre el suave cuerpo bajo el, abriéndo los ojos, vio los pequeños ojos café de Sandara mirándolo, con una sonrisa satisfecha en su rostro, sentía los pezones erguidos de la mujer en su pecho así que se levantó antes de conseguir otra erección.

—Tan increíble como siempre—dijo la mujer, Sandara, el amor se su vida. Bajó para darle un largo y mojado beso antes de salir de ella con un chapoteo obsceno, había estado tan mojada que sus fluídos corrían desde su vagina bajando por sus muslos, sonreí satisfecho al saber que aún conseguía ponerla tan excitada como en la universidad.

—Te amo—dijo ella, sentándose en la cama. Me levanté y me saqué el condón.

—Yo también bebé.

—¿Vas a llevarme a cenar esta noche?

—Ahora no puedo, tengo una cita con mi padre—dije mientras me acomodaba el traje, ella recogía la ropa interior del suelo y se la ponía. Se volteó hacía mi con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Entonces, ¿cuándo me llevaras al nuevo restaurante de la ciudad? Además, recuerdas aquel bolso que vimos de Channel, me preguntaba si ibas a regalármelo ya que sabes que no puedo permitirmelo—dijo haciendo un puchero.

—¿El bolso de 15 mil dolares? ¿no crees que es demasiado caro para un simple bolso rosado?—ella puso una mano en su pecho ofendida.

—¿Caro? ¡claro que no! ¿o qué? ¿no me lo merezco?—cuestionó.—no es nada para ti, además hace mucho no me regalas cosas—mencionó fingiendo una triste expresión.

—Hace dos días te regale el nuevo iPhone Dara, ni si quiera ha salido en Corea—cuando le vio abrir la boca para discutir de nuevo, decidió pararla.—Esta bien Dara, te comprare el nuevo bolso-ella chilló de la emoción y empezó a darme pequeños besos demostrándome lo mucho que lo amaba.—Prepárate para el sabádo, tendremos una cena especial.

—¿Una cena especial? ¿qué cena especial?—preguntó con incertidumbre.

—Es una sopresa.

—¿Sorpresa? ¿qué clase de sorpresa?—dijo caminado al cuarto donde tenía toda su ropa.

—Si te lo digo, no será una sopresa—dije sonriendo, ella fue a la sección de vestidos y su cara cayó.

—¿Qué está mal?—pregunté preocupado.

—Ya use todos mis vestidos—dijo triste, yo observe la cantidad ridícula de vestidos que poseía, vestidos que el mismo le había comprado. Le vi taparse la cara con las manos y empezar a sollozar.

—¿Qué ocurre?—pregunté abrazándola.

—Que no tengo ningún vestido que usar en nuestra cena especial—dijo chillando.

—¿Ninguno? Pero tienes un montón de vestidos—dije confundido, ella me empujó, soprendiéndome.

—Pero dije que ya he usado todos, ¿no me has oído? ¡No tengo nada que usar!—exclamó afligida.

—No te preocupes amor, yo te compraré un lindo vestido que usar en nuestra noche especial—aseguré, aunque seguía pensando que ella ya tenía una rídicula cantidad de vestidos, no le negaría nada a mi princesa.

—¡Gracias eres el mejor!—dijo para después besarme profundamente, saboree su boca y después, me separé.

—Lo siento, tengo que irme, quedé con mi padre, te veré el sábado, te haré el vestido llegar con mi chofer un día antes, ¿esta bien?—ella asintió y me despedí dándole un beso en la frente.

Puedo Tratarte Mejor [ChanBaek]Where stories live. Discover now