XVII

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—¿Está todo bien?

Se acercó Elián con tres envases con café. Gislena le sonrió dulcemente y se acomodó sobre el asiento. Elián dejó los envases sobe la mesa y tomó asiento enfrente de ella.

—Está todo bien.

Le mintió. Elián no estaba seguro de que ella decía la verdad.

—¿Ya no tienes pesadillas?

—No.—Sonrió. Tomó su café y le dio un sorbo.—Desde que tuve el sueño raro en el que apareciste y estabas con ese tipo, ya no lo he soñado.

—Hasta en tus sueños soy un héroe.

Río con gracia al saber la verdad. No había sido un sueño, pero Elián se encargó de que lo pareciera. Después de que mandó a dormir a Gislena, acomodó todo como si él no hubiese estado y nada hubiese pasado. Gislena lo creyó como sueño.

—Sí, eso parece.

Se encogió de hombros. Su ánimo se esfumó cuando vio a Fraidh llegar. Ella tomó asiento al lado de Elián y sonrió mientras tomaba su café.

—¿De qué hablaban?

Los miró a ambos.

—De que soy su héroe.

Respondió Elián con una ligera sonrisa. Ella notó aquella sonrisa y miró amargamente a Gislena.

—Lo es.

Comentó y dio un sorbo a su café mientras miraba a Gislena. Gislena mantenía su mirada baja.

Elián comenzaba a querer a Gislena, pero sus ganas de venganza podían más que cualquier sentimiento. Él dejaría que Fraidh matara a Gislena y sólo viviría de recuerdos que tuvo con ella. Las heridas sanan, el tiempo pasa y todo habrá sido como un sueño para él, un sueño que no volverá a tener y que no se harán extensos.

-Flashback-

Elián vio a Gislena pasar por la recepción. Él ignoró todo su alrededor menos a ella, la escena parecía ir en cámara lenta. Ella estaba llorando.

Cuando ella lo vio, no dudó en correr hacia él y chocó con un abrazo.

—¿Qué sucede?

La abrazó, estaba en shock. Ella enterró su rostro en su pecho y suspiró intentando controlarse.

—¡Me robaron!—Murmuró.—Querían hacerme más, pero logré escapar.

Elián quedó petrificado ante ello y absorbió la esencia de la escena para identificar al agresor.

—Estás bien, sólo fue material.

Le susurró al oído.

—¿Por qué la gente de mundo es cruel?

Cuestionó a llantos desesperados. Él plantó un beso sobre su frente.

Ese mismo día, en la noche, Elián fue a las calles y se paró a mitad de avenida. No había autos alrededor. Tomó un suspiro y estiró sus brazos a los costados, haciendo que la ciudad se transformara en un lugar seguro para Gislena.

Al terminar el trabajo, Elián tomó un suspiro profundo y cayó de rodillas al piso. Se sentís agotado, usar mucho sus poderes lo casi mataban. Salió sangre de su nariz, algo que no había pasado antes y subió su mano hacia las gotas de sangre que se asomaban. Observó sus dedos pintados de rojo y se desvaneció del lugar, yendo a su casa.

ELIÁN [Libro 1]Where stories live. Discover now