CAPÍTULO 4 "Un ángel para los Winchester"

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—¡Baja el arma ahora!—le ordenó la bruja rubia. Benny observó a la mujer quien estrangulaba con un hechizo a Sam, sin pensarlo dos veces la bajo.

—¡Eres un asco! Tú eres de los nuestros y nos estas cazando juntos con estos cazadores.

El vampiro ni se inmuto ante las palabras de ira y rabia por parte de la bruja, pero si la miraba atento, a ella y a Sam quien empezaba a ponerse azul.

Aún no estaba del todo claro la relación de amistad que tenía con el menor de los Winchester, pero de algo Benny estaba seguro y era que no dejaría morir al hermano de su amigo. Así que lanzó el arma al otro lado de la habitación, sorprendiendo a la rubia.

—Ya solté el arma. Ahora deja a mi amigo.— la bruja sonrió con burla. En un hechizo lanzó al castaño cazador contra la pared de enfrente, tomando por sorpresa al vampiro lo hechizo como hizo con Sam.

Mientras Benny estaba en el piso intentando inútilmente llenar sus pulmones con oxígeno, la bruja aprovechó en tomar el arma cargada de balas mata brujas para dirigirla hacia el vampiro. Disparó, pero el rubio como pudo giro para evitar que lo matara quedando solo un pequeño roce en su brazo.

Pero antes de que el vampiro pudiese prepararse para otro ataque la mujer ya estaba en frente apuntando directamente a su cabeza. La bruja sonrió, quería acabar con el vampiro traidor y el cazador inconsciente en el piso.

Los ojos azules de Benny se enfrentaron con los fríos de la ella. En estos momentos el vampiro se arrepentía de no haber traído a Dean, ahora estaban en problemas.

Un disparo resonó y el cuerpo ya sin vida de la bruja cayó haciendo un ruido seco, en frente estaba Sam bajando el arma recién disparada.

—¿Estás bien?—le consultó, acercándose a él para ayudarlo a levantarse. Benny asintió y le sonrió agradecido.

_*_

El sonido chispeante del aceite en el sartén inundó la cocina, ya era el tercer día en que Dean estaba completamente solo en el bunker. Así, el rubio provecho en desayunar un crujiente bacón sin que lo criticaran, mientras cocinaba se puso a pensar en que tarde o temprano tenía que contarle a su hermano todo su viaje.

El cazador lanzó un suspiro mientras se servía la montaña de bacón y huevos revueltos. Con una taza de café se sentó a disfrutar de su comida cuando una mano hurtó un poco de su comida.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Dean con brusquedad, a lo que Gabriel se limitó solo a mirarlo con una ceja levantada.

Por un momento se arrepintió de tratarlo tan mal, pero estaba cansado. Lo ocurrido con Castiel lo dejó demasiado devastado para su gusto, tanto que no quería ver a ningún ángel de nuevo, pero el destino se burlaba en su cara una vez más con el arcángel justo enfrente suyo.

—¿Cómo estás Dean?—Gabriel rompió el silencio con esa pregunta, obteniendo una mirada fría por parte del ojiverde—lo siento, mala pregunta. Seguro estas mal por Castiel.

—Si vienes a joderme desde ya prepárate para que te atraviese con la espada.

—¡Hey! Tranquilo.—el arcángel levantó las manos en señal de paz.

—¿Qué quieres?—le cuestionó con una mirada curiosa, ya que no era buena señal que el castaño estuviera ahí.

—Pues yo....hablé con Castiel.—el rubio lo miro, su respiración se detuvo ¿acaso...? Y como adivinando lo que ocurría por la mente del Winchester, negó con la cabeza—no te ilusiones, me dijo casi lo mismo que a ti.

El rubio apartó la mirada avergonzado, se había ilusionado un momento para regresar a la realidad. Entonces Dean le lanzó una fría mirada al arcángel.

—Y si yo también quiero golpear a mi hermanito. La verdad esperaba que cambiara de opinión.

Justo cuando iban a tener una profunda charla sobre Castiel, la puerta del bunker se abrió. Ambos salieron de la cocina directo al encuentro con Benny y Sam, que aparecieron muy golpeados.

—¿Fue una buena caza?— Dean le sonrió ambos. No lo admitiría pero se había preocupado por ambos.

—Hey Dean, estás mejor.—Sam hizo una sonrisa torcida por el dolor, hasta que el arcángel castaño se acercó y lo curó con un toque—¿Gabriel?—el cazador estaba sorprendido.

—Hola pequeño Winchester.— con una sonrisa ladina sacando a su vez de su bolsillo una paleta roja. Ambos se quedaron mirando al otro, Sam le sonrió.

—Puedes curar a Benny también.—el rubio atrajo la atención del arcángel que con un asentimiento se acercó al vampiro para también curarlo con un toque.

—Soy Gabriel.—se presentó al único miembro que no lo conocía.

—Benny. Gracias.

—¿Qué les pasó?—el Winchester mayor observó ambos esperando una respuesta.

—Una bruja poderosa.

—¿Se enfrentaron a Rowena o qué?— Sam le sonrió a su hermano. Aparentemente los tres días en solitario le sentaron bien al rubio ya que un poco de su humor había regresado.

—No, esta bruja era menos problemática que Rowena.—Benny los miro sin entender quien es la bruja nombrada—por cierto ¿Qué haces aquí Gabriel?

Los tres hombres dirigieron su atención al castaño que tenía una sonrisa.

—Pues me enteré que el cabeza dura de mi hermanito dejó el puesto libre como "ángel de la guarda de Los Winchester" y pensé que sería genial...molestarlos desde cerca.

Sam suspiró, mientras que Dean caía aún más en la cuenta de que Castiel no volverá.

—Bueno... Bienvenido.—dijo Benny inocente extendiendo su mano.

Con una sonrisa Gabriel acepto apretando la mano del vampiro, quien con rapidez lo soltó. Había sentido un extraño pinchazo, con una risa Gabriel le mostró el aparato de su mano que transmitía una pequeña descarga eléctrica.

El arcángel desapareció y Benny se giró a mirar a los hermanos, estos se encogieron de hombros.

—Tiene un extraño sentido del humor.— le contestó Sam a la muda pregunta.

—Más bien siniestro sentido del humor. Vamos a desayunar.— dijo el Winchester mayor.

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N/A:

¡Hola!! Por fin nuevo capítulo.

Esta vez aparece Gabriel al equipo.

Espero les guste :D

La decisión de un ángel - Denny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora