Cartas de amor a los muertos

4.

De : Eren Jaegar

Para : Carla Jaeger, mi adorada mamá.

Mamá, sé que en el cielo, sé estas bien, pero aquí me haces mucha falta.
Si pudiera te devolviera la vida siquiera por un momento pero lamentablemente no puedo.
Mi linda mamá, como te extraño.
Cada día que pasa tu ausencia hace eco en mi interior y la culpa me mata lentamente, pues aquel día no me pude despedir, aquel día no pude hacer nada por ti, no te salve porque era débil, no fui lo suficientemente fuerte como para salvarte.
¿Sabes algo?
Es en las noches cuando más te pienso, cuando más te extraño, cuando más entiendo que mi vida no es la misma desde que ya no estás en ella pues ya no hay quien cocine mi comida favorita, ya no hay quien me regañe por haberme peleado con los matones de siempre, quien limpie mis moretones, que me obligue a comerme las verduras, que jale mi oreja cuando miento, que me levante de la cama,  y me de el beso de las buenas noches, ya no hay nadie que lo haga.
Ya no estas tú para hacerlo.
Recuerdo cuando ella me traías la comida con tu sonrisa tan sincera, que rebosaba de amor y ternura, sin importarte si minutos antes habíamos discutido.
Recuerdo tambien que cuando yo estaba triste, de mal humor o algo malo había pasado tu me decías : “Cierra los ojos y piensa solo en las cosas hermosas"
Hoy los cierro... y sólo pienso en ti... Lo mas hermoso que este mundo cruel pudo darme es ser tu hijo.
Gracias mamá, por haberme educado con tus valores, por enseñarme a usar los "buenos días", las "buenas tardes", el "hasta luego" y las "gracias" por inculcarme el respeto a los mayores y a tratar a la gente con amabilidad.
Por hacerme entender que a las personas debemos valorarlas por lo que son y no por lo que tienen.
Por enseñarme a ser feliz con lo que tengo y con lo que puedo obtener.
Gracias por sacar lo mejor que había en mí.
Aunque ya no estas a mi lado como estuviste todos aquellos años de mi vida, los cuales fueron los mejores de mi vida, siento tu presencia y tu recuerdo me acompaña y lo hará siempre.
Desearía volver a aquellos días y detener el tiempo  y poder estar contigo hasta mi último día.
Desearía volver a soñar una nueva vida, en un lugar para estar en paz, como lo hacia cuando era niño.
Pero las cosas cambiaron, repentinamente
Perdí mis sueños en este desastre...
A causa de la crueldad del mundo.
Ahora estoy de pie solo, sin un camino que seguir.
Todo lo que sé es que mi vida se ha ido junto contigo.
Aquel día pensaba...
“¿Llegó el final?
Se quedan tantas palabras dentro de mis labios, quiero pedir perdón, quería decirte que te quiero, decirte que gracias por haber sido mi mamá.
Que me digas en qué me equivoque y lo arreglaría.
Espera... Solo un segundo que te sacaré de allí...
Yo no lo sé.”
¿Cómo quieres que sea fuerte si te perdería, te irías y no me llevarías contigo? Que me dejarías solo con el corazón roto y sin arreglo alguno. 
En aquel momento supe que mi vida acabaría.
Sabia que el llanto en mis ojos no te detendría los sucesos.
¿Como podía decirte adiós si este cruel mundo te separó de mi? 
¿No ves? Allí mi vida se había acabado. 
Sabia que te ibas,
que ya no importaba cuanto luchara porque me quedaría atrás 
con el alma rota, ya sabia, no había nada que hacer 
Debí haberte amado más, debí valorarte, debí pedir perdón.
Pero ahora es tarde para arrepentirse.
Como quisiera... 
A veces quisiera... 
Haber podido ser mas fuerte aquel día...
Esto...
Esta carta es para ti, mamá, que hoy descansas luego de tantos años de sufrimientos y amarguras  por mi culpa.
Espero que desde el cielo puedas ver cuánto te extraño, te quiero, te agradezco y te recuerdo por todo lo que fuiste para mí.

Con amor.

Tu niño...
               Eren.