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Me desperté y miré a mi alrededor. Fotos de mi padre y mi madre, ropa por el suelo, una pequeña lámpara, un colchón un poco incómodo... Esta era la mejor habitación que había tenido nunca. Irónico. Salí del cuarto y mi hermana estaba desayunando en la cocina.

—Buenos días.— sonrío y le revuelvo el pelo.
—¡Buenos días!— me sonrió y siguió comiendo.
—¿Hoy quieres acompañarme al castillo?— me siento a su lado. Cojo una galleta y le doy un mordisco.
—¡Claro que sí! Quiero ver a la princesa y al príncipe...— me dice con ilusión.
—Claro, mi niña.— le echo la lengua.

Termina de desayunar y yo me como mi galleta. Me pongo mi única camisa de cuadros, abierta, con un top de deporte negro por debajo y un pantalón vaquero negro. Visto a mi hermana con su vestido favorito, azul, de tul. Le hago dos pequeñas coletas bajas y nos vamos.

Nos quedamos justo en la entrada del castillo. Yo, me quedo embobada.
—¡Janette!— mi hermana me llama la atención y salgo de mis pensamientos.
—Sí, dime.— le sonrío.
—¿Entramos?— me coge de la mano.
—Claro.

Nos acercamos a la puerta, donde habían unos guardias aguardando. Dios. Que buen juego de palabras.
—Buenos días.— sonrío, un poco nerviosa.
—Buenos días.— ese señor ni siquiera me miró a la cara.
—He venido a ver al señor...— saco un pequeño papel de mi bolsillo con un nombre.— Leo... Miller, Leo...
—¿Es usted la señorita Janette Hallow?
—La misma. Y ella es mi hermana.— sonrío un poco más relajada.
—Síganme.— el guardia nos lleva por el enorme pasillo.

Mi hermana me va diciendo todo lo que le parece increíble... Mas bien, todo le parece increíble. Llegamos a una sala donde hay varios sofás, de gran tamaño y una mesita de café también bastante grande.

—Espere aquí, el señor Miller llegará en un momento.— el guardia se va.
Mi hermana se tira en el sofá.
—Ten cuidado, Alice. Podrías romper algo...— miro al rededor, bastante maravillada.
—Tranquila, soy delicada cual pétalo de flor.— antes de que diga nada, una voz de adolescente en proceso, contesta a mi hermana.
—Es una buena metáfora.— miro hacia atrás. Allí se encontraba un chico de cabello claro, como un castaño mezclado con rubio; y, sobretodo, una gran sonrisa tierna.
—¿Es usted el señor Leo Miller?— pregunto sonriendo.
—No, soy su hermano. Pero él vendrá enseguida, estaba en la biblioteca.— el chico se acerca a nosotras y revuelve el pelo de mi hermana.— Disculpa mis modales, señorita. Yo soy Momo.
—Encantada, yo Janette.— me da dos besos y yo a él. Mi hermana se queda mirando a Momo.
—¿Y tú eres un príncipe?— él ríe.
—Algo así.— yo también río.

De nuevo, una voz más grave suena y me giro para ver quién es. Un hombre un poco más alto que Momo y uno o dos años mayor. De cabello albino y ojos azules claro.
—Siento haber tardado tanto. Tenía que hacer unas gestiones.— se sienta en un sofá y me indica en otro para que me siente. Hago caso.
—¿Por qué me ha citado? Solo soy una humilde campesina y juro que no hemos hecho nada...— me interrumpe.
—Tranquila, si la he citado aquí es porque hemos descubierto algunas cosas sobre su legado. Y, si no me equivoco, tiene dieciocho años, ¿no?— me fulmina con la mirada. Está serio y eso me pone nerviosa. Trago saliva.
—Sí, señor...— Momo sonríe y hace un gesto indicándome que esté tranquila.
—Pues, enhorabuena, tiene la edad necesaria para reinar.— se levanta.— Oficialmente, es la reina de "White-Light".

Mi hermana se pone a saltar y a chillar; mientras que yo, solo estoy con la boca abierta, mirando a aquel chico.
—¡Pero es imposible! ¿Se puede saber por qué yo?— agarro a mi hermana por la cintura, elevándola en el aire, para que esté quieta.
—Eres Janette Hallow, ¿verdad?
—Sí, pero...— me interrumpe.
—Pues entonces, eres nuestra princesa. Ella supongo que será tu hermana... Puede quedarse.

AGAIN [Pausada]Where stories live. Discover now