Capítulo 4

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—Entonces te quedas. —Dije mirando su expresión de niña desobediente.

Todos podemos jugar ese juego mi amor tu tranquila tarde pero seguro volverás a mi. 

—Sí, me quedaré aquí ¿te molesta?

—No, me parece perfecto pero antes tengo una duda ¿Dejarías que te tocara ahora?

—Si eso quieres, debo dejarme señor.

—Así me gusta, muy obediente. 

Me fui acercando lentamente. se sonrojó y su piel se erizó, sostenía sus caderas con delicadeza, rocé mis dedos en su mejilla, la cual, siempre tiene ese rosado tenue que la caracteriza, di un pequeño beso cerca de su cuello y se le escapó un ligero gemido. Algo corto pero me bastaba.

—Espero que él te sepa complacer mejor que yo, aunque lo dudo, no te puede tocar. —Le susurré con una sonrisa en mi rostro. — Y nunca te tocará tenlo por seguro.

Me quede  mirándola, no dijo nada, a lo que volví a besarla y su mano acarició mi cara, a medida que me besaba y acariciaba yo  me  iba pegando mas a ella, ella cerró sus ojos y siguió correspondiendo a mis besos, pase mi lengua por sus labios, yo estaba caliente, desesperado por ella, sentía como me apretaba mi sobresaltada erección, las respiraciones se hacían cada vez mas fuertes, intensas, yo baje mis manos y le empecé a desabrochar su pantalón, le puse sus manos en mi verga que se notaba lo dura que ella me la ponía, mientras la acariciaba, ella quita las manos y las coloca en mi abdomen.

Bajé mis manos a sus piernas, la acorralé contra la pared impidiéndole así que saliera, su respiración se mezclaba con la mía y era un aire de tensión y a la vez excitación,  apenas si tomaba control para cargarla y hacerla mía justo ahora, justo aquí, tomé sus manos y las presioné contra la pared, ella volvió a soltar un gemido.

—Eres un idiota. —Habló con dificultad. —Sabes que no te impediré tocarme pero justo ahora no es el momento. 

Dejé un corto beso en sus labios.

—No me has dicho que me detenga. ¿Me detengo, SA-MI-RA?

Y no escuché respuesta, así que continúe tocando su cuerpo, si las cosas cambiarían y este acuerdo se tendría que romper prontamente, pues me aprovecharía de la situación, soy bueno y muy dedicado, y cuando prometo cumplo, que quizás a veces no lo haga no significa que lo olvide, si las cosas ahora serán mediante el acuerdo y quiero que se enamore, pues tendré que usar el acuerdo a mi favor.

—¿Que vas a hacer Sebástian?

—Tú tranquila, deja que yo me encargue o ¿Me detengo? 

Me fui arrodillando frente a ella, en un momento quizás pensó quesería para pedirle matrimonio pero no es así, comencé a besar su vientre plano, desabroche completamente su pantalón y luego la besé y tire de su braga con la boca, ella gimió me tomó del pelo y tiró fuerte.

—¿Me detengo? —Volví a preguntarle dejando caminos de besos hasta subir  a su pechos.

—¿Te detendrás? —Habló en voz baja.

Solté sus manos y agarré sus pechos, los masajeaba con delicadeza, son pequeños, pero son tan delicados y deliciosos para mí.

—Cuanto extrañaba tu cuerpo. Las extrañé chicas. —Dije masajeando sus pechos y esta soltó un par de carcajadas.

— Qué original Fantiny, — Continuó  riendo. — a pesar de ser como eres, eres tierno y muy romántico. Jamás  pensé  que cambiarías solo por una mujer. 

Acuerdos [Vol 2] [Trilogía Relaciones Toxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora