20. De corazón

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Te amo, sabes que lo hago, sabes que siempre te he amado y lo siento, lo siento, me tengo que ir ahora. Siento que estés aquí y yo no estar, pero te prometo que esperaré por ti. Esperaré por ti lo que sea necesario, vamos a ir juntos, porque no puedo imaginar otro paso sin ti, no puedo imaginarte no estando a mi lado. No es correcto tú y yo no estando juntos. Nada acerca de eso está bien,  por lo que no tardes mucho, ¿está bien? No tardes mucho porque no puedo soportar estar separados.
(T.J.Klune)

* * *

Las manitas de aquella pequeña niña regordeta recorrían las mejillas húmedas de Magnus.

-¡Isabelle! -Maryse Lightwood llegó corriendo, jadeando, hasta detener el repiqueteo de sus tacones frente a ellos-. Te he dicho que no hagas eso. No, Isabelle.

La niña hizo un puchero exagerado. Sus labios temblando y sus enormes ojos ya humedeciéndose.

Maryse negó y sonrió. -Eres una pequeña chantajista -entonces sonrió y miró a Magnus y a Alice-. Lo siento por eso, soy Maryse Lightwood y ella mi hija, Isabelle -extendió una mano que Alice tomó cuando se puso de pie, todavía con Magnus en brazos.

-Alice. Una de las encargadas de Pequeños Ángeles.

Maryse asintió y abrazó a Isabelle que empezó a tirar de su falda, la niña le susurró algo a su madre, entonces Maryse se inclinó hacia Magnus: -Y tú, pequeño, ¿cómo te llamas? ¿por qué lloras?

Magnus empezó a hacer pucheros antes de empezar a llorar otra vez, ocultándose en él hombro de Alice.

Alice le contó, en pocas palabras, la relación de Alec con Magnus, que habían tenido que separarse un momento y eso no les gustaba a ninguno de ellos.

La mirada de Maryse se ensombreció un momento antes de sonreír. -¿Te gustaría tener una casa con Alec, Magnus?

Todos la miraron, incluso Isabelle.

-¿Una casa? -Magnus limpió sus ojitos para intentar ver a la mujer-. ¿Con Aleg?

Ella asintió. -Tú y Alec no pueden separarse, ¿verdad? ¿Te gustaría que yo fuera mami de los dos?

Alice hizo una mueca, pero no dijo nada.

-...creo que puedo conseguir que Robert adopte dos en vez de un sólo niño. ¡Vengan!

Alice se quedó un momento ahí, hasta que Magnus le rogó moverse.

* * *

-Pero, Señor Lightwood -gimoteaba Cristie-, ¿no le gusta Alexander? Con esa piel blanca, los ojos azules...

-El niño es débil. En cambio, éste, éste es valiente desde ahora, ¿puede imaginarlo de grande? Y es rubio... Sé que los papeles tardan, pero sabe quién soy, ¿puedo llevármelo ya? Volveré y firmaré todo lo necesario. Y pagaré lo que haga falta. ¿Necesita donativos? Puedo hacerlo, pero quiero al niño ya.

Jace lo miraba confundido. Alec seguía llorando, había dado la mano a su mejor amigo.

Robert se agachó a la altura de los niños. -¿Quieres ser mi hijo? -le preguntó a Jace. Aunque su respuesta no iba a cambiar nada, estaba decidido, y él era sólo un niño sin opinión.

Los ojos de Jace se abrieron enormes. -¿Una familia? ¿Una mami también?

Cristie lloriqueó.

Robert asintió y le ofreció su mano. -Sí. Un padre y una madre. Ahora vámonos.

Jace tomó su mano sin dudar, él sí quería una familia, pero no soltó a Alec. Y cuando Robert notó a los dos niños, se detuvo. -Deja al niño, Jonathan.

Mi pequeño corazón (Malec)Where stories live. Discover now