12. Mi pequeño corazón

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Después de tres años, un abrazo se sentía insuficiente. No querían soltarse el uno del otro. No querían separarse.

-¿No vas a comerte el chocolate? -le preguntó Magnus-. Es de los que me dabas cuando éramos pequeños -Magnus sonrió aunque Alec no podía verlo.

-Al rato -Alec, así como Magnus no necesitaba una flor, no quería un chocolate, sólo permanecer abrazados.

-¿Todavía tienes a Mu y Presi?

Alec sonrió, un poco triste. No los tenía con él en Francia, se habían quedado en su casa, la vaquita y el gatito, pero sabía que Izzy los cuidaba bien.

-Sí. Y todavía tengo el traje de nuestra b-boda -Alec sintió su cara arder, ¿por qué era más difícil decirlo ahora? ¿Seguían siendo esposos?

-Sabía que ibas a volver, siempre lo supe -Magnus lo tomó de la mano, rompiendo el abrazo. Y Alec recordó su promesa, aquellas últimas palabras:

<<¡Te voy a rescatar porque soy tu pincipe! ¡Magus!>>

Los ojos de ambos estaban húmedos cuando se miraron. Sus dedos entrelazados. La mano libre de Alec aferraba el chocolate y la de Magnus fue a limpiar las lágrimas de su pequeño esposo. -Y volviste.

-Volví.

Se escucharon gritos que hicieron a Alec recordar que había entrado sin permiso. Sin pensarlo demasiado, tiró de Magnus hasta su vieja habitación. Cuando Magnus estaba triste o asustado se metía bajo su cama, ahí los llevó Alec. Apenas cabían, ya no tenían tres años, no estaban realmente ocultos, pero se sintió como su lugar, sólo ellos dos.

-Tengo las flores que me has dado -le dijo Magnus-, todas, y tus cartas, tengo todo en el libro favorito de mi mami.

Alec miró el cuello de Magnus, esperando encontrar el brillo collar, el dije Malec/Maleg. No estaba, pero él no preguntó. Tal vez también lo tenía con las flores y las cartas.

La verdad era que Magnus había llorado días cuando Alec se fue a Francia y él descubrió que no tenía el dije. Alice y Bianca se ofrecieron a comprarle otro, pero el no quiso.

Y ese seguía en el cofre de tesoros de la pequeña Izzy. Aunque supiera su verdadero valor.

-¿Y Jace?

Alec hizo una mueca. -Está con papá.

-¿No quiso venir a verme?

Magnus pensaba que ya eran amigos.

Alec sintió feo decirle la verdad, así que mintió. -Está enfermo y se quedó con papá.

-Oh. ¿Y qué tal Francia? Mami Bianca me enseño fotos... Se ve bonita y brillante...

Era mentira. Francia era fea porque los había separado.

-Es mejor estar aquí contigo -Alec se acurrucó más contra él mientras le contaba algunas cosas de Francia, de su escuela, de su casa...

Y Magnus le contó que Alice tenía ahora el puesto de Cristie, y ella no era una bruja, no los pellizcaba, además les daban clases, le contó del trabajo de Bianca en el hospital, de los niños que ella curaba, le dijo que le gustaba mucho hablar con él por teléfono, pero era mejor tenerlo cerca...

-¿Ya te vas a quedar conmigo? Los esposos deben estar juntos. Y el príncipe y la princesa viven felices por siempre después del rescate. Tú ya me rescataste.

Los párpados de Alec ya pesaban. No sabía si podía prometer quedarse. -Yo siempre estoy contigo. Mi corazón, ¿recuerdas? -recordó lo que la gente decía sobre no poder amar a esa edad, no entregar el corazón, así que susurró: -Mi pequeño corazón.

Ambos habían dado su pequeño corazón.

Cuando Maryse y Alice los encontraron, estaban dormidos bajo la antigua cama de Magnus. Abrazados y sin haberse soltado las manos. E, incluso dormidos, se veían en paz y felices.

-¿Van a quedarse? -preguntó Alice en un susurro-. ¿Es definitivo?

Maryse negó. -Sólo vienen por el cumpleaños de Izzy, pero voy a intentar convencer a Robert. Son mis hijos también.



CONTINUARÁ...

¿No aman ese momento en las historias en que aparece el título? *_*

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora