35. Extra: cumpleaños de Alec 🎉

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Hoy, por ser oficialmente el cumpleaños de Alec (12 de septiembre), haré especiales en algunas historias -algunos irán en la trama de la historia y otros serán extras-:

* * *

-Feliz cumpleaños, Alexander -murmuró Magnus.
-Gracias por recordarlo -le contestó Alec en un susurro.
(Las crónicas de Magnus Bane)

Alec estaba dormido, profunda y cómodamente dormido, envuelto en los brazos de su esposo.

Oficial y legalmente, esposo. Ante la ley y para todos, eran esposos por fin.

Nada era mejor que dormir abrazado a Magnus, su pequeño corazón, y sentir eso: su corazón. Sentir el latido contra el suyo, a un mismo ritmo, latir tranquilos ambos porque por fin estaban juntos.

Entonces un trueno despertó a Alec de golpe. Sobresaltado, se sentó al instante, sus ojos todavía adaptándose a la oscuridad de la habitación.

Se frotó los párpados, preguntándose qué lo había hecho despertarse exactamente. Se aseguró de que su esposo siguiera dormido y cómodo, que la tormenta no lo hubiera despertado. Dejó un beso en su hombro desnudo antes de cubrirlo mejor con la manta. No pudo evitar mirarlo largo rato, recordando su primer encuentro, el primer acercamiento.

Sus dedos recorrieron, apenas tocando, aquel mismo hombro, el cuello, la mejilla de Magnus. -Yo te cuido, mi amor -se inclinó para dejar un beso en esa misma mejilla-. Siempre, mi Magus.

Su sonrisa era de esas que dolían mientras salía de la habitación. Su Magus. Habían cumplido su sueño o algo así. No tenían la vaquita que Magnus le había prometido, pero...

Un suave maullido y un bulto de pelos frotándose en contra él, lo hizo agacharse. -Hola, Presi -Alec rascó tras las orejas del felino que le había regalado a Magnus-, ¿cómo están mis bebés? ¿los estás cuidando?

Presidente maulló de nuevo y siguió a Alec dentro de la habitación de Max y Rafa.

Sus hijos.

Él y Magnus los habían adoptado en cuanto estuvieron casados. Pequeños Ángeles había sido un hogar para ellos cuatro, pero ahora tenían uno mejor, uno propio, una familia.

Alec tenía esa costumbre de ir a revisar que los niños estuvieran bien durante la noche, que no tuvieran pesadillas, y en noches de tormenta con más razón. Tal vez eran los recuerdos de su pequeño corazón llorando, pero no podía evitarlo.

Miró dormir a ambos niños. Estaban profundamente dormidos, ni siquiera el sonido de la tormenta los molestaban. Hizo lo mismo que con Magnus, los cubrió mejor y besó sus mejillas y frentes.

Hubo un "Te quiero" para cada niño.

Max, su hermano, no vivía con ellos, pero pasaba muchos días y noches con ellos. Aunque esta no era una de esas ocasiones.

-Cuídalos -dijo a Presidente antes de volver a su habitación.

Magnus había despertado, había salido de la cama. Alec se asustó un momento, cuando entró y vio la cama vacía. Después miró a su esposo, vistiendo sólo ropa interior, frente a la ventana.

-Magnus, hace frío, ¿qué haces ahí? Ven -Alec caminó había él, abriendo sus brazos, listo para cuando Magnus se giró y entró en el abrazo. Ambos suspiraron y Alec llevó a su esposo de regreso a la cama-. ¿Estás bien? Me fui solo un momento, seguías dormido. Lo siento.

Magnus se apretó contra él, cuando estuvieron de nuevo bajo las mantas. -No te disculpes. Está bien, ¿están bien los niños?

Porque, sin necesidad de preguntar o seguirlo, sabía que Alec había estado verificando a Max y Rafa.

Alec comenzó a dejar besos por el rostro de Magnus, hablando entre ellos: -Muy... Bien... Dormidos... Presi... Los cuida...

-Mmm -Magnus lo detuvo, tomando su rostro entre sus manos, a punto de decir "Gracias por cuidarme tú, gracias por cumplir tu promesa, mi pequeño corazón", cuando recordó qué día era-, espera, ¿qué hora es?

Alec no esperaba esa pregunta, había parecido que Magnus iba a decir algo o a besarlo, tal vez ambas. Miró el reloj en el buró, marcaba las 2:25 am. -Las dos.

-Entonces ya es hoy -Magnus lo besó profundamente, sin necesidad de palabras diciéndole todo-. Feliz cumpleaños, mi amor -susurró al separarse.

Alec sonrió contra sus labios. -Gracias.

-No me agradezcas, todavía no amanece y no has visto tu regalo.

Los brazos de Alec se apretaron a su alrededor. -Mi regalo está justo aquí. Tú. Ellos. Todo esto, Magnus. Gracias. ¿Cómo está mi corazón?

Incluso en la oscuridad de la habitación, pudieron ver los ojos del otro. Ambos sabían la respuesta, era la misma: Completo por fin.


* * *

Los leo en el siguiente capítulo, volviendo a la historia 🙌💙 espero que les haya gustado el extra ❤
Y feliz cumpleaños a mi personaje favorito 😻

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora