Capítulo 3

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Casi no pude dormir en toda la noche, debido a que me quede toda la noche con los ojos abiertos y mirando hacia el techo, mientras por mi cabeza pasaban muchos pensamientos, recuerdos y sobre todo las preguntas que llevaron a la cumbre de mi insomnio. ¿Cómo sería todo en Corea?, ¿Qué sería de mi allá?

Me encontraba desayunando y aún le seguía dando vueltas, no era capaz a sacarme ese pensamiento de mi cabeza ni tan solo por un segundo, y sin darme cuenta tenía la mirada puesta en un punto fijo y estaba dándole vueltas a la cuchara. En ese mismo instante, mi madre se dio cuenta de que algo me pasaba y me preguntó que "Qué era lo que me pasaba" y lo único que alcance a decir fue: "No es nada, no tiene importancia". Y con eso me despedí de ellos, me puse los cascos y me fui a la universidad.

Pude darme cuenta de la cara que puso mi madre cuando le dije eso, pero preferí no hablar del tema y no preocupar a mi madre más de lo que ya debía de estar debido a mi marcha.

Me encontraba ya recogiendo las cosas de mi taquilla para irme a casa, ya que no volvería más a esta Universidad y además mañana mismo salía mi vuelo a Corea.

Cuando estaba cerrándola, alguien apareció de repente y la cerró con mucha fuerza y muy rápido que fue como si todo ese proceso transcurriera en una milésima de segundo y en ese entonces se colocó delante de mío. Esa persona no era nada más y nada menos que Jackson, la mano derecha de Alec y el que hacía todo lo que él le decía, sin exponer sus opiniones ni negarse a nada, tal cual como una marioneta, solo le falta colocarle unos cordones y que sea controlado por la mano de Alec. Asique con todo el despreció del mundo que aún sentía hacia todos ellos le dije:

-¿Qué coño haces aquí? , ¿Te mandó Alec advertirme algo?, debido a que debe tener miedo de que suelte algo que pueda hacer que cambie su imagen.

-Primeramente no vengo en nombre de nadie, sino que vine yo por mi propio pie y voluntad. Además ellos ya se fueron.

-Por una vez en la vida, te veo hacer algo que no te haya mandado Alec, parece que vas despertando y abriendo los ojos.-lo interrumpí cuando estaba hablando y aún no había acabado y estaba en proceso de decirme algo más antes de que yo le cortara.

-Eso ha dolido, y en verdad vine para preguntarte algo que me dejó preocupado de verdad.

-Woow que hasta tiene sentimientos y se preocupa por la gente, pensé que tus sentimientos estaban conectados con los de Alec y que solo importaba lo que el pensara.

-No es verdad, yo también tengo sentimientos y soy dueño de mi propio cuerpo.

-Pues no lo parece, pero no nos vayamos del tema y dime de una vez que es lo que quieres saber porque en verdad no quiero estar aquí por mucho tiempo más.

-Okay, ¿Es verdad lo que dijiste ayer sobre que te vas a Corea?

-Si es verdad, de verdad crees que jugaría con algo así, además para ser más específicos me marcho mañana y justo acabo de recoger todas mis cosas que en cierto modo me podrían tener unida a esta Universidad. Asique si no tienes nada más que decir me marcho. Pero cuando ya me había girado e iba a emprender mi camino hacia la salida, me cogió del brazo, hizo que lo mirara a la cara y en ese mismo entonces se acercó a mí y me besó. Y con esas se marchó y tan en shock quedé, que solo alcancé a escuchar lo último que dijo: "Es para que te acuerdes de mí y que yo siempre quise lo bueno para ti, que nunca quise hacerte daño y mucho menos que alguien te lo hiciera a ti y que desde el primer día que nos conocimos, desde ese momento me empezaste a gustar."

De camino a casa recordaba una y otra vez esas palabras que el dijera antes de marcharse y que no era capaz a encontrarles sentido alguno, fueron las que mantuvieron mi mente ocupada toda la tarde hasta que llegado un momento, mi madre vino a mi habitación para saber si necesitaba alguna ayuda para recoger las cosas, ya que sin darme cuenta ya eran las 9 de la noche y para mí fue como si solo habrían pasado un par de minutos. Cuando se dio cuenta de que tenía todo organizado y listo para mañana, ella me dijo que me fuera a cenar algo y que me fuera a cama que en pocas horas salía mi vuelo. Y eso fue lo que hice.

Tal y como mi madre había dicho, las horas pasaron muy rápido para mi parecer, ya que tenía la impresión de que aún me acababa de meter en cama, cuando mi alarma de teléfono ya estaba sonando. Me arreglé y baje para tomar el último desayuno con mi madre y mi hermano antes de irme. Ya que también mi hermano me acompañaría hasta el aeropuerto, ya que no entraba a clase hasta más tarde.

Terminado de desayunar y de recoger todo nos dirigimos al aeropuerto, yo sabía que llegado el momento de mi partida, mi madre y yo, acabaríamos llorando mucho. Y efectivamente así fue como ocurrió, en verdad mi madre lloró mucho y yo fui llorando todo el viaje, que a decir verdad se me hizo eterno, pero era normal debido a la distancia a la que estaba.

Ya en el aeropuerto de Corea y con mis maletas en mano, cuando me dirigía a la puerta de salida, encontré a un grupo de chicas con carteles y gritando, al principio me extraño un poco en verdad, pero al fin y al cabo no le di mucha importancia a decir verdad. Pero tan entretenida iba con mis cascos y con el teléfono que no me di cuenta que acabe en el medio de toda esa multitud hasta que un chico chocó conmigo haciendo que cayera al suelo, debido al fuerte golpe y a que mi equilibrio en aquel momento debió de ser inexistente.

Cuando comencé a levantarme, me di cuenta de que me estaba diciendo algo, pero a decir verdad yo no entendía nada de coreano y se me hacía muy difícil comprender lo que me intentaba decir.

-¿괜찮아? (Kwenchana)

-Sorry, I don't speak Korean.- dije un poco avergonzada.

-Oh! Don't worry, I try to explain you in English. What I said was, are you okay?

-Yes, I'm fine thanks.

En ese mismo momento vino una persona que se lo llevo y yo como pude salí de allí.

Como mismo conseguí salir de allí no sin llevar unos cuantos empujones y codazos, pude ver a mi padre que me estaba buscando con la mirada y le hice unas señas para indicarle que estaba allí y que ya había llegado, cuando me vio sonrió y tan pronto como llegue a su lado nos fuimos para su casa.

Cuando llegamos, me fije en el barrio y en cómo eran todos los edificios y a decir verdad era en cierto modo muy distinto a como son las calles en California, tiene otra distribución y otro estilo de arquitectura.

Ya dentro de la casa, mi padre me llevo a la habitación que a partir de ese entonces ocuparía durante mi estancia allí. Y tan pronto entre en ella mi padre me hablo, por primera vez desde que llegué ya que en todo el camino, ni yo ni él habíamos pronunciado palabra alguna, ya que por mi parte no sabía en verdad de que hablar con mi padre.

-Esta será tu habitación, sé que es más pequeña y muy distinta a la que estas acostumbrada, pero espero de verdad que llegues a sentirte ajusto.

-Gracias, no te preocupes está bien.-dije poniendo una sonrisa para que mi padre se sintiera más reconfortado.

-Te dejo para que deshagas tus maletas y tengas un momento a solas. Con respecto a la Universidad, ya deje todo listo para que puedas empezar este mismo lunes y este fin de semana te llevare a que conozcas un poco esto.

-Está bien, por cierto tendría que aprender coreano para poder entender y llegar a comunicarme con la gente de aquí, ¿cómo vamos a hacer?

-No te preocupes, de eso ya nos encargaremos más adelante, ahora instálate.

-Está bien.

En ese mismo instante cerró la puerta y se fue. Y con esa misma yo me puse a deshacer mis maletas y a decir verdad, recordando lo que hace un rato le había dicho a mi padre sobre aprender coreano, recordé lo que me dijo ese chico y sobre todo como era y a decir verdad llamo mucho mi atención y fue muy amable conmigo.

Pase toda la tarde colocando mis cosas en su sitio y dándole vueltas a mi mente como siempre hago, hasta que mi padre me llamó a cenar. Y eso mismo hice y luego me fui a la cama y me quede dormida escuchando música como de costumbre.

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