Capítulo 4

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Todo es diferente aquí, creo que me va a llevar unas semanas poder adaptarme, ya que es mucha la diferencia horaria que existe entre California y Corea.

Me levanté desconcertada, sin saber dónde estaba ni podía reconocer el sitio, hasta que cuando logré despertarme un poco más, logré acordarme de dónde estaba y ya me tranquilice un poco más ya que cuando me desperté y no sabía dónde estaba comencé a agobiarme un poco.

Ya vestida y ya arreglada, me dirigí hacia la cocina y allí me encontré con mi padre. Y este me dijo:

-Oh, ya estás despierta. En verdad no te quería despertar yo, pero son las 11 de la mañana.

-¿Qué?, ¿las 11 de la mañana? - dije totalmente sorprendida.

-Si hija, pero es normal, a mí también me costó adaptarme a la diferencia horaria al principio, pero poco a poco te irás acostumbrando y te será todo mucho más fácil.

-Oh, lo siento. Ayer no conecté la alarma del teléfono y tampoco pensé en que me pasaría esto.

-No te preocupes hija, es normal que te pasara esto. Por ser aún tu primer día aquí, ya que no vamos a contar ayer, porque fue más bien un día lleno de viajes. Por esta misma razón para que no extrañes tanto California, te hice un poco el desayuno al que estabas acostumbrada a tomar y ya poco a poco, te acostumbraras a la comida y todo aquí.

-Está bien, muchas gracias.

-Cuando termines, nos iremos a dar una vuelta y te enseñaré un poco esto, y sobre el tema de aprender coreano ya lo iremos hablando y ya miraremos como.

Cuando terminé de comer el desayuno que me había preparado mi padre, recogí todo de la mesa y lo lavé y luego fui hacia el baño para lavarme los dientes y terminar de prepararme para salir a la calle.

Ya en la calle, mi padre me dijo el primer destino al que iríamos, sería la plaza Gwanghwamun, una de las plazas más grandes de Seúl, frente a la puerta que lleva el mismo nombre y la entrada al museo Nacional del Palacio de Corea.

No solo fuimos a visitar ese lugar sino que estuvimos toda la tarde recorriendo varios, que a mí parecer eran todos hermosos, cada vez que llegaba a un lugar me sorprendía y comenzaba a sacar fotos a todos lados.

Hasta que mi padre me dijo: "Pareces tal cual una turista sacando tantas fotos, y además no necesitas sacar tantas ya que durante tu estancia aquí podemos venir las veces que quieras, aunque en verdad es un poco inútil que te diga esto, porque parece que al final cierta señorita está recordando todo lo que a ella le apasionaba, uno como es la fotografía, antes de cambiar su actitud".

En cierto modo mi padre tenía razón, no solo había cambiado mi actitud sino que en parte también habían sido mis aficiones menos una, que fue la de escuchar música todo el rato, eso creo que nunca cambiara.

Ya de vuelta en casa, después de todo un día fuera de aquí para allá visitando lugares, mi padre me dijo que comiera algo que fuera a descansar que mañana me llevaba a comer a un sitio y luego a visitar un lugar que él cree que me parecerá bonito.

Le hice caso y cuando terminé de comer me fui a mi habitación y me puse a ver todas las fotos que había sacado de distintos lugares como fueron el Arroyo Cheonggyecheon, el Mercado de Namdaemun, entre otros. Vi como en varias de las fotos salía mi padre y me recordó mucho a nuestros antiguos viajes en familia y en cierto modo me di cuenta de que también echaba un poco de menos a mí padre.

Creo que al fin y al cabo no será tan malo haber venido hasta aquí, por lo menos podré pasar un poco más de tiempo con él.

Cuando termine de ver las fotos, puse la alarma en mi teléfono para esta vez no quedarme dormida y además había quedado con mi madre para hablar mediante Skype.

Al día siguiente luego de hablar con mi madre, que en verdad fueron como casi dos horas de llamada, salí de la habitación y me dirigí al salón a ver un poco la tele antes de irme a comer con mi padre, aunque no fue muy buena idea ya que no conseguía entender nada de lo que decían.

Ya en el restaurante mi padre me estuvo aconsejando un poco como eran los platos, para que yo tuviera más idea de que plato escoger para comer.

Al final escogí comer ramen y en verdad estaba muy rico y mi padre comió kimchi.

Luego de la comida nos pusimos de camino a ir a ver el Santuario Jongmyo, lugar que me había comentado antes de empezar a comer, pero que en verdad no conocía para nada.

Ya allí en verdad me quedé con la boca abierta por un rato, porque en verdad es un lugar espectacular. Saque muchas fotos, estuvimos allí un rato viendo todo y también hablando un poco con mi padre que había mucho que no hablábamos y tuvimos un rato de padre e hija.

En el camino de vuelta a casa tenía un poco de nervios, porque no sabía cómo iba a ser todo mañana en la Universidad, cómo voy a hacer para comunicarme allí, todas esas preguntas que se me iban viniendo a la cabeza.

Cuando llegamos a casa, ya era hora de comer y en verdad no tenía ganas ningunas asique le dije a mi padre que no quería comer nada y que me iba a la cama. Al principio no estaba muy de acuerdo en que hiciera eso, pero al final comprendió un poco lo que me estaba pasando y la razón por la que no tenía apetito, asique no discutió más y me dejó marchar a mi habitación.

Con esas me fui y cuando estaba dirigiéndome a la habitación, escuché un buenas noches desde el salón, asique le respondí lo mismo deseándole también que pasara una buena noche y yo entré en mi cuarto.

Me cambie de ropa, me metí en cama y me puse los cascos con música para ver sí así lograba dormir un poco, ya que no quería parecer un zombi en mi primer día y quedar mal enfrente a todos, pero eso de dormir esta noche lo veía muy poco claro ya que con todos los nervios que estaban recorriendo todo mi cuerpo iba a ser un poco difícil de conseguir y creo que ni con música podría lograrlo.

Aunque estaba engañada, ya que aparte de todos los nervios que tenía también estaba cansada de todo el día de aquí para allá. Así es que al final poco a poco me fui quedando dormida.

Entrando en la Universidad me encuentro en que todas las miradas de los que allí estaban, están puestas en mí persona y no dejan de seguirme cada vez que doy un paso, como puedo e intentando esquivar las miradas llego a la clase que me pertenece, según avanzaba el tiempo todos empezaban a seguir mirándome extraño y con la mirada fija en mí y no solo eso sino que poco a poco comenzaron a meterse conmigo y a insultarme por el simple hecho de ser nueva y no ser coreana, tantos eran los insultos y tanto me dolían que casi comienzo a llorar.

Ya no aguantaba más y me dispuse a coger la puerta y salir de clase, fue en ese momento cuando me despierto de repente en la noche toda asustada, miro el reloj y veo que aún es temprano y me doy cuenta de que todo fue un sueño, aunque a decir verdad un sueño muy real.

Como aún no era hora de levantarme decido intentar dormir un poco más hasta que fuera hora de irme a mi primer día, que solo de pensarlo y luego de haber tenido esa pesadilla, me estremezco hasta el punto que se me ponen los pelos de punta temiendo que ese sueño pueda hacerse realidad mañana.

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