Swimming

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Henry pov.

Nada en el universo, te puede preparar, para enfrentar a tus hijos adolescentes... Y digo, nada, nada, nada

Hoy lo comprobé con Clare y ahora, lo hago con Randon.

- Randon Tristan Morrison, más te vale dejar esa lata de vuelta en su sitio o te voy a demostrar lo duro que puede ser una palmada con el trasero empapado.

Como un gato asustado, Randon dio un brinco de terror... Y el pánico lo llevó a dejar caer la cerveza que tenía en la mano al suelo, el sonido de la lata golpeando el piso de la cocina, lo llenó todo y pude ver como sus facciones reflejaban a cada mili segundo, su pavor

- ¡Papá!

Randon cerró la puerta refrigerador, que aún sostenía y se volteó a verme.

Yo sé que me veo enojado, pero para asustarlo más, me esforcé por parecer furioso... Vamos que se lo merece

- La regla número uno Randon... - Me acerqué lentamente, para infundirle aún más temor, lo vi hacerse chiquito y retroceder la misma cantidad de pasos que avancé yo - No Drogas - Levanté mi dedo índice, para enfatizar - No Alcohol - Levante otro más y me apresuré a sostenerlo del hombro, antes de que acabará de arrancar - Regla número dos, respetar - Nalgada - Esta - Nalgada- Casa - La última se la di aún más fuerte.

Se cuanto le dolió, mi hijo solo trae el traje de baño y está mojado

- Aoush, oww.. Ya, ya ya... ¡Entendí! ¡Entendí!

- Ve a tú cuarto, vístete y baja, vamos a hablar tú y yo, de lo que es "entender" - No se mueve... Pequeño mío - ¡Ahora o te llevo a paletazos! - Tomé una cuchara de madera de la cocina y se la alcé, para que supiera que si se los daba.

Es obvio para mí que no, que no le voy a dar una tunda con un objeto como ese... Pero Randon no lo sabe y por el miedo que veo en sus ojos, teme a que le cumpla la promesa.

Asi que me aproveché y le obligué a obedecer.

- En cinco minutos aquí - Lo vuelvo a retar

Y salió corriendo escaleras arriba, dejando un rastro húmedo por donde pasaba

- Se habrá visto, señor...

Tomé un trapero del closet de aseo y sequé por donde mi pequeño dejó su rastro, que era desde la puerta de la piscina, hasta las escaleras. Incluyendo la enorme poza bajo el refrigerador.

Afuera el viento va a doblar los árboles y él se gana delante del Refri, todo mojado y a beber cerveza...

Tardé bastante en ponerlo todo en orden de nuevo y para cuando terminé, la voz de mi pequeño me alertó que ya habían pasado los cinco minutos.

- Antes de que me mates... Escuchame, por favor... Solo escuchame

Me suplicó un segundo para darse a entender.

Yo se la voy a dar obvio, aunque no cambie en nada su castigo, siempre voy a escuchar a mi hijo.

Pero eso no fue lo que llamó realmente mi atención, lo que me dejó casi sin capacidad para pensar en algo más, fue su elección de ropa... Yo jamás habría bajado a hablar con mi furioso padre, en pijama de cebra.

Mi madre... Le ha comprado... Un pijama de cebra ¡de cebra! Tengo que hablar con ella al respecto de la clase de ataque de ternura del que me va a matar, si sigue vistiendo a mis pequeños de esta forma.

- Bien, dime...

Me senté, para darle espacio a él de relajarse y a mi de recobrar la compostura...

Todo Cambia (Spanking Parental) Where stories live. Discover now