El ser celestial.

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Con sus alas despego en vuelo, elevándose por los aires y viniendo en picada hacia el pelirrojo, él cual la esquivo rápidamente, el arcángel cambio rápidamente la dirección de su vuelo quedando cerca del suelo pero sin tocarlo. Una luz apareció desde la palmas de sus manos formando un arco y una flecha de energía, el cual apunto en dirección a su contrincante. Kurama llevo su mano detrás de su cabello sacando su reconocida rosa,  se movió hábilmente para acercarse y convirtió su rosa en un látigo, con el cual pudo capturar a Akari del cuello causando presión con leve fuerza, pudo hacer que ella se cayera al suelo.  El ser celestial, ahora en el suelo, hizo desaparecer su arco y flecha, llevo sus manos al cuello tocando sin miedo las espinas del látigo y se libro de él; se aparto a una corta distancia y volvió a sacar su arma, apuntando, lista para disparar.


  —  No puedo pelear contra ti. —  Afirmo el pelirrojo dándole la espalda. — Anda dispara. — Dijo confiando.

— Sabes que no dudare. 

— Muy bien, hazlo. — El tiempo parecía eterno, Akari no disparo, voló hasta delante de él,  fijo sus ojos azules en sus ojos verdes intensos. 

—  ¿Por que estas tan confiando? ¿Por que no puedes pelear contra mi?— El pelirrojo no contesto, siguió caminando. Ella lo tomo por la muñeca. — ¡RESPONDEME!

 —  Tienes la apariencia de una mujer, yo no peleo contra mujeres.

 — ¿Esa es tu excusa?

— No es una excusa. 

—  ¿Y si me viera como "hombre" lucharías contra mi?

— ¿Puedes cambiar de aspecto?

— No... Este el cuerpo que me dieron, no puedo modificarlo a mi antojo. — Kurama se libro del agarre de la muchacha. — Necesito tu alma... — Dijo en voz baja.

— Lo siento, no puedo dártela. — Los seres humanos que habían desaparecido habían vuelto a aparecer.

—  ¿A donde vas?

— ¿Quieres acompañarme? — La rubia corrió para caminar a su lado. 

Caminaron entre la multitud, se dirigieron a una negocio que se encontraba alejado del instituto.

  — Espérame aquí. — Dijo el pelirrojo mientras entraba a la tienda. Al volver tenia dos paletas, le dio uno a ella.

— ¿Que es?

— Pruebalo.—  La rubia desenvolvió la paleta y la llevo a su boca. —  ¡QUE RICO! — Exclamo de alegría. — En los cielos no hay de estos.

  — Por supuesto que no,  es un gusto terrestre. — El pelirrojo prosiguió a tomar asiento en una banca, su compañera lo siguió. 

  — ¿Kurama? ¿Eres tu? — Pregunto un hombre alto de cabellos anaranjados que venia acompañado con Yusuke. —  ¡Oh! ¡Si eres tu! — Dijo mientras se acercaba a la pareja. — ¡UNA CHICA! Ohhh~ Kurama estas en una cita.

— No seas tonto. — Dijo Urameshi mientras golpeo con un puño la cabeza de Kuwabara.  

— ¡ESO ME DOLIÓ! —  Exclamo Kazuma mientras se acariciaba la cabeza, pero recupero la compostura rápidamente y se dirigió a la rubia. —  ¡Mucho gusto! ¡Soy Kazuma Kuwabara!

 —  ¡Hola! — Respondió dulcemente con una leve sonrisa. —  Soy Akari Chōwa, voy al instituto con Minamino.

— Deja de fingir. — Dijo Yusuke.

Saga: Fallen AngelWhere stories live. Discover now