Mastema

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  —  Así que eso de robar tu alma era una trampa... —  Dijo Yuusuke, que estaba apoyado en una pared, en alguna parte de la ciudad.

—  Así es; lo que me explico Koenma es que ese Ángel tenia sus ojos puestos en mi desde que soy Yoko-Kurama, y esta prueba fue solo para verificar su devoción. 

  — Pero... ¿Desaprobó, no? Digo, prefirió no matarte...  — Agrego Kazuma. El pelirrojo asintió con la cabeza. — ¿Entonces que será de ella? 

  — Pasará por un juicio... 

—  Ya paso una semana — Urameshi llevo sus brazos detrás de su cabeza.

  —  Y dime Kurama... ¿La extrañas? —El pelirrojo se sorprendió por la pregunta de su amigo, lo había tomado desapercibido. 

  — Y-yo... — Se ruborizo levemente, llevo su mano derecha y tapo su boca. —  S-si...  

—  ¡¿QUE?! —  Dijeron al unisono Yusuke y Kuwabara.

—  Kurama... t-tu... t-tu... —  Tartamudeaba Urameshi mientras lo señalaba.

—  ¡KURAMA ESTAS ENAMORADO! —  Afirmo el pelinaranja. El pelirrojo se quito la mano y cambio su postura.

—  ¿Les sorprende? —  Se rió. —  Bueno chicos, yo también tengo sentimientos.

—  No, eso no lo discuto pero... —  Protesto el morocho.  

  —  ¡Estamos hablando de Amor! Yo creía que era el único que demostraba ese tipo de sentimiento.

—  ¡Exacto! Solo Kuwabara es tan tonto como para enamorarse.

  —  ¡¡OYE!! 

—  Yuusuke, no creo que haya nada de malo en eso... —Contesto Kurama.

  —  Eso, Eso. Yo estoy enamorado de la hermosa Yukina, un espíritu del Hielo. Kurama de un Angel, o lo que sea... el único que tiene un romance normal es Urameshi con Keiko. 

—  ¿EH? ¡YO NO TENGO NADA CON KEIKO!  

  — Oh, Hola Keiko. — Dijo suave Kuwabara, haciendo que Yuusuke reaccione rápido y vea hacia atrás. — Caíste. 

  — ¡Eres un idiota! —  El morocho tomo por la camisa a Kuwabara.

—  ¡Tu eres el idiota que no admite lo que siente!  —  El pelirrojo se rió por la escena y dirigió su mirada al los cielos

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—  ¡Tu eres el idiota que no admite lo que siente!  —  El pelirrojo se rió por la escena y dirigió su mirada al los cielos. —  Por cierto Kurama... — Solto a Kazuma. —  ¿Crees que el castigo sea severo? Traiciono a su Dios...

  — Koenma no me ha dicho mucho, pueden desterrarla y que baje al mundo del mal como un Ángel Caído... o ... Podrían matarla...  

  La conversación de los chicos termino ahí, Kurama no podría concentrarse en otra cosa que no sea saber el resultado del juicio por el cual pasaría Akari.  ¿Volvería a verla? No le importaba eso, le bastaba con saber con que estaba viva ¿Era su Dios tan bueno como para perdonar? 

Se encontraba en el aula, mirando por la ventana, deseando que el tiempo pasara más rápido y de pronto cree haber visto una pluma blanca caer... Sorprendido se levanto de golpe, y aunque el profesor le llamo la atención, él se salio corriendo ; su intuición lo llevo a subir hasta la terraza, abrió la puerta con tal desesperación... Y la vio, ahí sentada, con su mirada perdida, sus cabellos dorado volando al son del aire y cinco de sus alas a la vista. 

  — Eres tu... — Dijo el pelirrojo recuperando la respiración mientras caminaba hacia ella.

  —  Me encontraste. — Embozo una sonrisa, Kurama se sentó al lado de ella.

— Te dieron otra oportunidad.

— Algo así.

— ¿Que quieres decir? 

— Soy otro tipo de ser... Presiento que Koenma tuvo algo que ver.— Bajo su cabeza, se levanto y se puso delante de él.  —  Supongo que ya sabes, que nadie quería tu alma... que la prueba fue para mi, y a pesar de que deseaba mucho llegar a ser Ofani y estar más cerca de mi Dios... El amor que... — llevo su mano al pecho —  Siento por ti, es más grande. Los Arcángeles,  los Serafines ya lo sabían, al parecer yo era la única que no estaba consciente de eso... Antes que nada necesito saber ¿Como te diste cuenta?

  — Fácil, tu pudiste acabar conmigo el primer día que peleamos, tu poder es la luz... yo soy un Yokai... Me di cuenta cuando empezaste a disparar tus flechas, la dirección de ellas, hubieran fallado aunque no me moviera.  

  — Oh... Que observador... Bueno, el juicio fue bastante duro... Supongo que no sabes que pudiste haber muerto en varias ocasiones, y bueno, yo irrumpí en esas ocasiones extremas...No te imaginas la desesperación que me dio en el Torneo Oscuro, verte pelear contra el equipo Mashotsukai o ¡En la pelea contra Karasu!...  Así que el delito que lleve a cabo, fue bastante grande. 

 — ¿Entonces?

  — Entonces... —  Desplegó su otras 5 alas, las cuales no eran blancas, están eran alas demoníacas.  —  Ahora soy Mastema. Creyeron que desterrarme como Ángel Caído, seria mucho, solo mezclaron mi sangre celestial con demoníaca... Lo cierto es que amo a mi Dios, y jamás lucharía contra él, intentare ir con su voluntad. Debo tener un balance dentro mio entre una sangre y la otra, pues si la balanza se inclina para alguna de ella modificaría mi aspecto real. — El pelirrojo se vio aliviado.

  — ¿Y viniste hasta aquí para explicarme todo esto?

—  No, vine a dejar las cosas claras, y depende de lo que respondas... definirá mi decisión.  

  — Te escucho. — Ella volvió a sentarse a su lado.

— Así  como yo pude haberte matado esa primera vez, tu pudiste haberlo hecho la ultima vez. ¡Pero no lo hiciste! Sé muy bien que sabes que el método de acabar con un Ángel es arrancar sus alas, eres un tipo muy inteligente. Pero no lo hiciste, me dejaste ir... Y a pesar que cuando te pregunte si tu sentías algo por mi, solo me respondiste con silencio... Lo cierto es que... — Se empezó a ruborizar. — Si, sientes algo por mi... — El pelirrojo llevo su brazo derecho por detrás de la rubia y empujo su cuerpo contra el suyo.

  — Tardaste en deducir eso.

— ¡Oye! ¡No es asi! Es que... E-estaba asimilando todo... Y-y fué t-tan r-rápido...— Kurama solo rió al ver esta expresión.

—   Ya tienes tu respuesta, ¿Que harás ahora?

  — B-bueno yo... — Comenzó a susurrar. —  Me quedare aquí contigo...   ¡Claro si tu quieres! —El pelirrojo tomo el mentón de la muchacha y llevo sus labios, a los de ella.


  — Si, quiero. — La rubia atónita por la reacción, quedo petrificada. Kurama prosiguió a levantarse y caminar hasta la puerta. —  ¿Vamos a clases? — Akari despertó de su bobera y lo miro.

— Eh.. sii.... — Se levanto rápido y siguió sus pasos.


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Saga: Fallen AngelWhere stories live. Discover now