Capitulo 19

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Allison

La musica de fondo y las ventanas cerradas hacían parecer el lugar como la habitación de un hotel y, mientras Jayson continuaba sonriendo y hablando sobre un montón de cosas en relación a la clase de cocina y el partido que se aproximaba antes del receso de primavera, me centré en observar como su semblante cambiaba cada vez que hablaba de Normal, de Leo, e incluso las clases que todavía consideraba sencillas en comparación a St. Claire, su tono relajado, y la mirada entusiasmada, como si en verdad disfrutara el asistir a esa pseudo secundaría de segunda.

Cuando finalmente aterrizamos, las puertas del avión se abrieron y un lujoso BMW nos esperaba al bajar, justo al final de la pista. Miré a Jayson y él solo se limitó a encogerse de hombros con su mirada de "no debería sorprenderte".

Jayson se despidió del grupo, al igual que lo hice yo, sin perder detalle de como la morena continuaba viéndolo con ojos coquetos, y reprimí el impulso que me llevaba a pensar que, por supuesto, había dormido con ella.

—Yo conduciré.— Informó, inclinándose sobre la ventanilla del coche y el chofer lo miró un momento, titubeando un instante antes de bajarse y cederle el lugar del conductor.

Jayson se acomodó, abriendo la puerta del otro lado, esperando a que me montara y lo hice. Al instante pisó el acelerador, saliendo directamente hacía la autopista. Condujo durante un par de minutos y se detuvo, a un lado de la carretera.

—Toma esto.— Dijo mientras extendía un pañuelo azul frente a mí.

—¿Qué es esto?— Pregunte sorprendida, tomando la tela con desconfianza y él arqueó una ceja.

—Un pañuelo.— Respondió y puse los ojos en blanco. Soltó el volante, colocó la tela al rededor de mi cabeza y cubrió mis ojos con cuidado.

—¿No ves nada?

—En lo absoluto.

—Bien.

El auto se movió unos metros más y se detuvo nuevamente.

—Esperaba algo como una malteada en el parque o algo así, pero de haber sabido que terminaría con los ojos vendados en un lugar desconocido habría aceptado salir contigo al instante.

—¿No es eso lo que hace en las no citas?

—Esto no es una cita.

—Eso dije.

Después de un par de minutos el auto se detuvo, y sacudí la cabeza hacía ambos lados tratando de aguzar el oído.

—¿Llegamos?— Pregunté ansiosa.

—Casi.— Me tomó de los hombros mientras caminábamos hacia adelante. Pude escuchar múltiples sonidos mientras avanzábamos: niños riendo, música y algunos gritos. Definitivamente estábamos en un parque de diversiones.

Oí a Jayson saludar a un par de personas y finalmente nos detuvimos.

—Bien, faroles...— Dijo quitándome lentamente el pañuelo que me impedía la visión. —Llegamos.— Sonrió, señalando hacía la enorme entrada, mientras mis ojos poco a poco se acostumbraron a la luz nuevamente, miré sorprendida al rededor del lugar, debajo del cartel que ponía "Disneyland".

Por un minuto no supe que decir, hipnotiza por los colores y la multitud que se movía en todas las direcciones con la clásica música de fondo. Miré a Jayson, mientras me tomaba de la mano y caminaba hacía el puesto de información, sin siquiera haber esperado una respuesta, y continué atarantada otro momento, tratando de asimilar que me había llevado volando hasta otro estado.

Odio no poder odiarteWhere stories live. Discover now