Amiga (Camren G!p)

Epílogo

Camila Cabello despertó en su habitación después de la increíble noche que Lauren Jauregui le había regalado. Entró al cuarto de baño a hacer lo que le era necesario, y se metió en la ducha. Luego de salir, Camila eligió el atuendo que usaría ese día. Se dirigió escaleras abajo y desayunó al lado de sus padres y su hermana pequeña. Después de ello salió de casa, con pretexto de ir en busca de su mejor amiga, Dinah. La verdad, no había ido a otro sitio si no una farmacia. Camila se había aterrorizado la primera vez. Creyó que su vida cambiaría de una manera radical en esa ocasión. Había llorado. Había temido. Había creído estar embarazada. No se había protegido ni durante ni después de haber pasado la noche con Lauren. El momento que la chica había pasado no había sido de ninguna manera agradable. O bueno, no desde su asustado punto de vista. No quería arriesgarse. La primera vez, quizá fue suerte. Pero no creía ser tan suertuda como para arriesgar el pellejo una vez más. Entró en la farmacia y pidió al chico atendiendo, la famosa "pildora de emergencia". El chico le entregó su compra sin hacer preguntas y recibió el efectivo que Camila le tendía. Ella salió inmediatamente a casa de Normani, una gran amiga suya, que le apoyaría en todo. Cuando Normani la recibió, le dijo que el método era seguro según muchas personas. Camila no dudó en ingerir el medicamento y al momento se sintió más segura. Se despidió de la chica de tez oscura y se dirigió esta vez a su casa. Al llegar, subió a su cuarto inmediatamente. Al entrar a éste, en su mesita de noche vio una nota, pero no la leyó. Seguramente sería de Lauren, y en ese momento, no deseaba leer una nota de ella. Necesitaba hablar frente a frente con ella. Y esta vez, sería valiente, le diría lo mucho que le hacía sentir con sólo una mirada. Al fin Camila aceptaría sus sentimientos frente a Lauren Jauregui, y nada lo impediría. Volvió a salir de casa y se dirigió a la residencia de al lado. Cuando estaba a punto de tocar la puerta, el garaje era abierto, no dudó en asomar su cabeza, notó que la motocicleta de la ojiverde no se encontraba en su lugar. Por tanto lo más seguro es que hubiera ido a otro lugar, entonces se alejó y tomó rumbo al departamento en el que residía León, uno de los mejores amigos de la pelinegra. Al llegar pudo ver la motocicleta aparcada fuera del garaje. Tocó la puerta y el castaño le abrió frunciendo el ceño.

León: amm, Camila. Vaya, que sorpresa. Que... ¿Qué te trae por aquí?

Camila: vengo a hablar con Lauren.

León: lo siento, no está aquí. Se... Se suponía que dejó una nota para ti.

Camila: lo sé, no la leí, necesito hablar con ella de frente.

León: Camila, me hubiera gustado que ella misma te lo dijera. - suspiró - Lauren va a estar un tiempo lejos, no sé cuándo regresa.

Camila: claro, vi a los Jauregui salir en su auto. Seguramente iban de vacaciones. Bueno puedo esperar unas semanas...

León: no Camila. No lo entiendes. Para Lauren no... No son vacaciones. Es definitivo, se fue, no sé cuánto tiempo se demore en regresar, es más ni siquiera estoy seguro de si regresará.

Camila: crees... ¿Crees que pueda llegar antes de que se vaya?

León: Camila, no hagas esto más difícil...

Camila: te hice una pregunta.

León: - suspiró - no lo sé, llegamos hace unos cinco minutos, con Vero fuimos a despedirla al aeropuerto, estaban a punto de abordar. El aeropuerto no está muy lejos, pero no lo sé, es probable que se haya ido ya.

Camila: ¿me llevarías?

León: Camila...