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Me llevaba a algún lugar ¿Qué lugar seria? Uno en donde sentenciaria mi muerte ¿Quizás? No lo sé.
Una puerta delante nuestro nos hizo detener, Eddie la abrió ejerciendo un poco de fuerza y allí fue donde pude ver un pedazo de aquella clínica que nunca había visto. Todo estaba completamente ordenado, el color de esa habitación era diferente, no parecía que fuera parte de la clínica.
-Adelante cariño mío-dijo jalando apenas de la mano, lo seguí hasta que se detuvo y me soltó para ver ante mi un vestido blanco, era de una novia ¿Acaso él quería que...?
-Yo...-iba a hablar pero las pocas energías que tenía me lo impedían, apenas podía mantenerme en pie luego de todo lo que había pasado. Días sin comer, sin beber nada, no sabia como estaba de pie aún y tenía fuerzas para huir de todos esos psicópatas.
Caí pero unos fuertes brazos me sostuvieron, apenas ladee la cabeza para observar el rostro de aquel hombre que ni siquiera sabia su nombre.
-¡Darling!-oí su tono de voz desesperado.
Mis párpados pesados se cerraron y solo pensé en que debía salir de allí, no podía terminar en estas condiciones.
Habrán pasado segundos, minutos o horas ¿Quién sabe? Abrí los ojos al sentir un aroma a ¿Vela? Me incorporé apenas y observe que me hallaba en una cama y a mi lado durmiendo plácidamente aquel hombre. Podía ver las facciones varoniles y apuestas de este a pesar de llevar esas cicatrices a un lado ¿Por qué estaba aquí? ¿Cómo llego a este grado de locura?
No lo había notado pero llevaba puesto el vestido de novia, me asombré ¿Cuando me había cambiado? Acaso él... no no lo creo.
Quería aprovechar aquel momento para levantarme de la cama y salir de allí lo más rápido posible sin que me notara. Me moví apenas y fue en vano porque sus ojos se abrieron, al parecer estaba alerta. 
-Hola darling-saludó sonriente.
-Hola-saludé devolviendo la sonrisa.
No me dejaría en ningún momento sola. Por un momento vi sus mejillas de un hermoso carmesí y su mirada brillaba.
-Te ves tan hermosa con ese vestido-dijo como si viera la perfección ante sus ojos y sin creer lo que le estaba pasando ¿Tan así? Solo soy una simple mujer y se me hacia extraño que un hombre llegara a ser así, en parte me agradaba.
-Hoy es nuestro día.

¿Nuestro día? ¿De qué?

Y se me helo la sangre al notarlo ¿Iba a casarme con él?
-Hoy serás mía-sonrió de manera gigantesca como si fuera un niño que le daban sus regalos de navidad-¿Qué hago aquí? No debería de ver a la novia-agregó levantándose de inmediato de la cama.
Pero ¿Si él no había hecho el vestido?
-Nos vemos luego cariño mío, me prepararé para ti-sonrió,  se acercó para depositar un beso sobre mi frente y salió de la habitación cerrando la puerta detrás suyo.
¿Iba a quedarme allí? Claro que no, iba a salir y huir de ese psicópata.
Abrí la puerta lentamente, me asomé apenas y observé hacia los lados sin notar ninguna alerta.
Era mi oportunidad, sin pensarlo salí corriendo de allí por un largo pasillo rezando no cruzarlo en el camino, apresuré aún más el paso.
Por suerte no me había encontrado a nadie pero llegué a la sala de seguridad donde allí algo llamó mi atención, un caset que llevaba escrito "Paciente Eddie Gluskin" esto era algo que me serviría como prueba, tomé la cinta, la puse en el reproductor y le di play. Una pantalla se encendió y vi a un psicólogo que hablaba algo de un experimento el cual iba a ser sometido un hombre llamado Eddie Gluskin, de un momento a otro se sintieron golpes y ruidos fuertes.
-¡Contengan a ese paciente!-ordenó el psicólogo detrás de un vidrio y del otro lado de este se veían máquinas ¿Qué hacian? Eran extrañas y aterradoras.
-¡No! ¡Suéltenme!-gritó desesperado un hombre que se apegaba al vidrio, lo reconocí fácilmente era el psicópata que me había cruzado antes ¿Qué le hacian? ¿Por qué lo forzaban a algo que no quería? ¿Acaso eso fue el culpable de que sea así?
La cinta acabo y salió del reproductor, la tomé entre mis manos y la observé ¿Me entristecía esta situación? Verlo, él era normal antes de que ocurriera todo esto ¿Qué es este lugar? Me daba intriga averiguar de que se trataba y saber quien era Walrider, aquellos que aún mantenían la poca cordura que les quedaba hablaban de ese tal Walrider, que él vendría a por ellos y acabaría con todo esa pesadilla ¿Quién era?
Volví en si y deje caer la cinta de mis manos cuando una mano me tomó por la cintura y un cuerpo por detrás se apegó al mío.
-Oh darling, no deberías hacer esperar al novio-dijo Eddie, iba a hablar pero su otra mano libre la llevo a mi rostro con un pañuelo que tenía un aroma extraño, uno el cuál me hizo desvanecer en pocos segundos.

My Darling~ - Outlast.Onde histórias criam vida. Descubra agora