3

1.1K 25 2
                                    

¿Para qué más? Así estamos bien

¿En qué estás ocupando la mayor parte de tu tiempo?, ¿En lo que realmente es trascendente e importante o en aquellos detalles que te detienen y retrasan tus objetivos? ¿Cuáles son aquellas creencias que hoy todavía te frenan y no te permiten avanzar a tiempo récord? ¿Podrán ser el desanimo, el desengaño, la ausencia de un mentor en tu vida o en tus relaciones, el perfeccionismo, los falsos patrones culturales o la mediocridad en la que muchos viven inmersos?

La mediocridad, la chatura y el letargo son contagiosos, como cualquier otro de los síntomas de los que hemos hablado. Pereza, falta de estímulo, pérdida de sueños y de visión han llevado a muchos a conformarse con una vida monótona, pero claro, sin sobresaltos. Para ellos, lo importante es llegar a fin de mes, y eso no está mal, pero tengo que decirte que estás perdiéndote lo inesperado y lo extraordinario que puede alcanzarte.

Te levantas, cumples con la rutina diaria, vas al trabajo o a la universidad, cumples el horario laboral fijado, tomas el subteo el medio de transporte que
uses y vuelves a tu casa; si eres mujer, seguramente te ocupas de los niños, y si no, como la mayoría de los hombres, preguntas qué es lo que hay para comer, prendes la televisión, comes y...; a dormir. Y así pasan tus días, inmersos en
una red vacía donde el estimulo, los sueños, los éxitos y lo trascendental no tienen lugar.

En esa misma rutina y monotonía, nuestras relaciones se terminan o se
reducen y con ellas las posibilidades de abrirnos a un mundo lleno de desafíos y de riesgos, pero también de éxitos y benegicios que nos están esperando.

¿Quién no se encontró alguna vez con un compañero en el trabajo que le dijo?:

• ¿Para qué te vas a esforzar?, ¿por lo que te pagan?

• ¿No conoces el articulo 22? Te corresponden dos días por mudanza, tres por limpieza, dos por fumigación.

• ¿No te afiliaste al sindicato? Yo hago paro siempre, no sé si soy de tal
o cual gremio, pero yo paro igual.

• ¡No te esfuerces más! Total la plata se la llevan ellos.

• Tengo a alguien para presentarte, dile a tu mujer que tienes mucho trabajo. ¿Qué te va a pasar por una vez?

O un compañero en la universidad o en la escuela que te dijo:

• ¿Para qué vas a estudiar más?, si con 4 eximes.

• Conozco a alguien que nos puede conseguir el título.

• No te preocupes, yo sé de alguien, que apenas tengamos el título, nos hace entrar.

«Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance» .
Françoois Alexandre, duque de la Rochefoucauld-Liancourt.


Mediocridad, mediocridad, mediocridad. Todo esto hace referencia a relaciones interpersonales con calidad menos cero, a mandatos imperativos o explícitos que rigen nuestras conductas y nos hacen errar el blanco.

Vives en el eterno letargo, sin hacerle mal a nadie, sólo a ti mismo.

Nuestra mente graba todo lo que se nos dice, pero también todo lo que no se nos dice, se llena de vacíos; y así es como vivimos, o mejor dicho «sobrevivimos» , con creencias erróneas que asumimos e incorporarnos como verdaderas.

Limitarse es una manera de morir, de decrecer, de aplastarse y de sumergirse en una monotonía y en una rutina que no tiene desafíos ni éxito. Unirte a gente mediocre es unirte a gente tóxica, sin darte cuenta de que el aire enviciado entra por tus poros, por la dermis, y te enferma.

Tal vez muchas veces te preguntaste: «¿Por qué algunos alcanzan el éxito y su nombre es reconocido en las naciones y otros pasan desapercibidos aún dentro de sus propios límites?» .

« El milagro no es que hagamos un determinado trabajo, sino que estemos contentos de hacerlo» decía Teresa de Calcuta.

Mi respuesta es que mientras unos se conforman con lo que alcanzaron, los «exitosos» se dispusieron a correr la milla extra, a trabajar no para su jefe, sino para su propio aprendizaje, y se perfeccionaron para que, una vez preparados, pudieran ser promovidos a un nuevo nivel de liderazgo y de éxito.

«Los títulos diferencian a los mediocres, embarazan a los superiores y son desprestigiados por los inferiores» .
George Bernard Shaw

Thomas Watson, el fundador de IBM decía: « Si quiere usted alcanzar la excelencia, puede lograrlo hoy mismo. A partir de este segundo, no haga ningún trabajo que no sea excelente».

Gente tóxica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora