32. We got to keep this world together

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En el momento en que Alfred abrió los ojos, una vez más, Amaia estaba allí para recibirlo. Y esta vez no hubo dramas ni sobresaltos, solamente una sonrisa por parte de ella, brillo de emoción en los ojos por parte de él. Como quien vuelve a casa después de una aventura y es recibido con cariño y alivio.

-Bienvenido –le susurró Amaia, mirándolo muy cerca, y acariciándole la peca de la cara con delicadeza.

Alfred se quedó unos instantes en silencio, recorriendo su cara con la mirada. Luego dio cinco notas con la voz, las de su nombre. A Amaia se le llenaron los ojos de lágrimas. Se acercó lentamente a darle un beso y, aunque débilmente, él fue capaz de corresponder. Un escalofrío de alivio recorrió a Amaia de los pies a la cabeza. Era su Alfred.

-Um-um-um –dijo él, cuando se hubieron separado.

Amaia no pudo evitar lanzar un suspiro.

-Y yo también. Te amo mucho...

"Menos mal que ya estás de vuelta en casa. Conmigo", añadió, para sus adentros, tratando de reprimir las lágrimas.

Now's the time for stepping out of place. Get up on your feet and give account of your faith. Pray to God or something or whatever you do

Al día siguiente los médicos le siguieron haciendo pruebas. Parecía que las convulsiones no habían tenido mayores consecuencias y todo seguía como antes. Le darían el alta un día más tarde, después de la rehabilitación, si todo marchaba bien.

El médico también les alertó de que era posible que le volviera a ocurrir: mientras no duraran más de dos minutos y se despertara relativamente bien al rato, en principio no tenían de qué preocuparse.

Al principio, a Amaia le costó mirar a Alfred sin sentir un cierto desasosiego interior. Ella lo había notado raro el día que le ocurrió, y a menudo se encontraba tratando de buscar signos que la alertaran de que podía volver a ocurrir. Sin embargo, él pasó el día normal. Trató de interactuar con sus padres y con Mario, que fue a visitarlo. Amaia también lo vio moviendo el dedo índice derecho mientras la miraba: echaba de menos su teclado; quería comunicarse de nuevo con ella.

Y, aunque estuvo relativamente tranquilo, de vez en cuando seguía sufriendo los movimientos espasmódicos a los que ya estaban acostumbrados. Todo parecía en orden, pensó Amaia para sus adentros. Y eso significaba que al día siguiente estarían en casa...

We got to keep this world together, got to keep it moving straight, love like we mean forever, so that people can relate

Pero Alfred no volvió dispuesto a seguir su rutina. 

Nada más llegar a casa, junto antes de comer, pidió ir al teclado con Amaia. Ella sonrió para sus adentros, sintiéndose un tanto ansiosa por lo que él quisiera decirle.

Vamos a OT, tocó Alfred con las notas.

El ansia se transformó de repente en desconcierto, porque Amaia no llegaba a entender del todo. Lo miró, casi sin comprender.

Alfred volvió a tocar, pero esta vez formó Operación Triunfo de forma completa, por si acaso a Amaia no le había quedado claro. Ella siguió mirándolo de manera insondable. ¿Qué quería exactamente con todo esto?

Alfred se movió hacia adelante, demostrándole a las claras que quería una respuesta.

-No entiendo, Alfred... ¿Ir a OT? ¿Por qué? ¿Quieres ir... tú? –pronunció la última palabra tratando de ser delicada, para que no se diera por ofendido.

Yeah, thinking of the troubles of today, is it easier to put that gun away, or is it difficult to stop the world and show that you care

Él hizo un gesto con la cara, como si arrugara el ceño, la nariz, o todo a la vez... A Amaia le causó ternura, pero él claramente no estaba en broma.

Te presto mi vozOnde histórias criam vida. Descubra agora