Viviendo con los Donson (Editando)

"Alcohólicos, locos y enfermos"-Ariel.

-Bien, ¡Todos a sus lugares! –Exclame mientras me colocaba al lado de Nathan.

Ambos tomamos los picaportes y abrimos las puertas dejando entrar la luz que fue cubierta por la sombra de mi madre que estaba bellísima. Llevaba un vestido a las rodillas, blanco y sencillo, estaba perfecta. Mi padre, que se encontraba en el altar con su traje, tenía una gran sonrisa en su rostro, una sonrisa de enamorado. Mi madre camino hacia el altar rápidamente, como si estuviera ansiosa. Mi padre rio.

Camine junto a Nathan hacia los primeros asientos y nos acomodamos. La boda comenzó y todo fue hermoso, mis padres se veían fijamente, como si fueran los únicos.

-Digan sus palabras –Dijo el Padre con una gran sonrisa.

-Julia Mary Donson. Mi amor, yo pensé en escribir todo lo que te diré pero me pondría nervioso y comenzaría a tartamudear por lo que te reirías y no me dejarías hablar –Me madre rio- Desde que nos conocimos supe que tú eras especial, que no eras como las otras chicas que conocía y no lo supe por el hecho de que no te llevabas con ninguna, lo supe porque te reías de ellas –Todos reímos- Al principio eras un gran grano en el culo –El Padre carraspeo la garganta- Lo siento Padre –Volvió a mirar a mi mama- No te soportaba, me molestabas, te detestaba… Pero también amaba, hacías que mi corazón se acelerara con solo sonreír, me volvías loco. –Los ojos de mi madre estaban llenos de lágrimas de felicidad-  Estuviste siempre para mí. Recuerdo que una vez me robaste la motocicleta y te fuiste, me dejaste solo en el desierto –Todos reímos fuertemente- Pero volviste, cuando creí que no lo harías lo hiciste. Siempre lo haces, siempre vuelves. –Miro sus pies y luego a mi madre- Por eso no te prometo volver –Todos nos confundimos- Te prometo no irme nunca, nunca abandonarte, nunca dañarte. –Nathan me abrazo y note que yo estaba llorando- Siempre te fui fiel, nunca dude en no serlo, nunca pude, nunca podre… Solo existes tú en mi vida. Llegaste a mi vida en un momento… Malo. Y no solo convertiste lo malo en bueno, sino que me cambiaste, me mostraste el amor, el verdadero amor… Por eso y más cosas te quiero a mi lado para todo el resto de mi vida –Beso la mano de mi madre- Te amo, te amare, te adoro, te adorare. Eres mi todo, Julia.

Mire a mi alrededor y todos estábamos conmocionados.

-Creo que ahora me toca a mí –Dijo mi madre con voz entrecortada- Me has hecho llorar, sabes que odio llorar –Todos reímos- Walden Donson, creo que los papeles se invirtieron y has dicho todo lo romántico, por lo que a mí me toca decir lo gracioso.  –Mi padre sonrió- Llegamos hasta aquí luego de haber pasado millones de cosas, pobreza, niños, problemas, entre otras cosas. Con la edad que tenemos hemos pasado más cosas que Thelma&Louis –Todos reímos- Y hablando de ellos, recuerdo que en nuestra adolescencia éramos como ellos, éramos terribles por separado y juntos éramos peor, si es que se puede. No hablaremos de ello porque si no nuestros hijos tendrán un mal ejemplo a seguir, así que solo quedémonos en que no éramos los jóvenes más buenos –Todos volvimos a reír- Recuerdo cuando quede embarazada de Ariel, casi morimos. Tú que te sorprendiste tanto que te desmayabas… -Mi padre la interrumpió.

-¡Julia!

Tomos reímos.

-Lo siento… Tú que te caías al piso dormido –Las carcajadas sonoras de todos resonaron en la Iglesia-  También recuerdo cuando ella nació, ese fue el momento más complicado en nuestra relación. Éramos jóvenes, tontos y no sabíamos lo que queríamos, todo era complicado y con la llegada de Ariel todo fue de mal en peor…

-¡Auch! –Exclame divertida

-Lo siento, mi amor…

-Pedir perdón no arregla que nos estés dejando mal –Hablo mi padre.

-Bueno –Exclamo mi madre- ¿Qué tal si me dejan hablar? –Silencio- Gracias… Como venía diciendo, hemos vivido muchos momentos, buenos y malos y nunca nos hemos separado. Por eso te agradezco… Te agradezco haber estado a mi lado, no haberte ido aunque tenías la oportunidad, no haberme abandonado. –Sus ojos se volvieron a llenar de lagrimas-  Te amo, siempre te ame. Cuando estábamos enfadados, nos amábamos, cuando estábamos tristes también nos amábamos… Siempre nos amamos. Gracias.  Gracias por todos los recuerdos y momentos que me has dado… Gracias, Walden. Eres mi todo.