Poesía

Tormenta

Tormenta.
Y ya no se siente,
no se escucha,
no se producen esas cosquillas en el estómago,
sólo hay remolinos de vientos.
Ya no se siente el miedo a las tormentas,
ni a los relámpagos, ni rayos.
Ya ni existe ese miedo.
Existe otro peor,
el de perderte.
Miedo a no sentir la magia en tus labios,
en cada caricia,
en cada abrazo.
La tormenta de hoy me inunda todo mi ser de tristeza y amargura.
Y se pone grande,
tan grande que me muero de miedo de ahogarse.
Las gotas que tocan mi piel,
queman y arden,
como nunca ardieron.
El sol y la luna ya no salen,
sólo hay nubes grises,
no aparece color alguno,
sólo hay gris.
Un gris que penetra hasta el último recoveco de mi corazón.
Busco un arcoiris que me de paz y esperanzas,
un pedasito pequeño de salvación.
No quiero una olla con oro al final del arcoiris,
si no salvación.