CAPÍTULO 5

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El campamento dirigido por el comandante Kim Junmyeon definitivamente se habían quedado sin provisiones, ya ni siquiera quedaban los infernales guisantes, no había nada, absolutamente nada.

Esos días habían sido movidos para Do KyungSoo, pues tenía que atender quince casos de acidez estomacal, eso se debía a la alteración del ácido estomacal ya que al no tener alimentos en el estómago que digerir, creaban una quemazón fastidiosa en la boca del esófago. El bicarbonato de sodio se le había agotado con los primeros cuatro pacientes, por lo que un grupo de soldados tuvieron que buscar jengibre en la selva bajo la voz de Junmyeon para poder medicar a los otros, pese a que KyungSoo les advirtió que no encontrarían dicho comestible en esas tierras, por lo general ahí había solo habían frutos dulces, pero... como si de un porrazo se tratara recordó las funciones de cierta fruta que en Gondhae nunca se avizoraba pero que estaba seguro que ahí sí habría, la mirada se le iluminó.
Salió corriendo de la carpa de enfermería y detuvo a los soldados que ya estaban armados hasta las suelas de los zapatos por sí se cruzaban con algún indígena.

— ¡Casi me olvido de la enzima digestiva conocida como papaína, la cual interviene en diferentes procesos digestivos y ayuda a disminuir el ardor! — sus compatriotas lo quedaron mirando sin comprender absolutamente nada de lo que había proferido a la velocidad de la caída de una cascada. El médico se avergonzó por ser el centro de atención en ese momento, hasta su primo había parado de lidiar con los caballos para observarlo con el ceño fruncido —Solo... Tráiganme una papaya.

Las murmuraciones entre los uniformados persistieron, pero el comandante los calló con un solo vistazo y gruñido.

— ¿Una papaya? ¿Qué es eso?

El pelinegro tubo muchas ganas de tumbarse en el suelo y hacerse una bolita listo para lloriquear. Sin embargo, no se exasperó, respiró profundamente y trató de buscar las palabras exactas para describir dicha fruta, ya que lamentablemente no poseía en sus manos ese libro de recetas naturales que había adquirido de su padre.

—Es una fruta grande y ovalada — hizo trazos de un óvalo en el aire con ayuda de sus manos —. Es de color anaranjada y es un poco pesada - eso decía en el libro-. Crece en árboles altos, así que no miren en los arbustos, perderán el tiempo.

Junmyeon lo examinó un corto periodo, con su misma expresión neutra, era como si fuera un retrato pintado a mano que nunca cambiaba de semblante. El hombre se dirigió a sus hombres:

—Ya lo oyeron, una fruta naranja y ovalada que crece en lo alto de árboles. Andando.

Conforme se fueron metiendo de par en par en la selva, KyungSoo tuvo ademán de advertirles que tuvieran cuidado con los salvajes, porque ellos ya tenían conocimiento de la invasión y hasta ya sabían sus paraderos, y por lo que le había dicho ese moreno con cabello trenzado, su gente no estaba nada contenta, iban a actuar. No obstante, oyó una leve agitación en las ramas de ese mismo árbol que había visto hacía unos días atrás, y se tranquilizó levemente. Sentía que ese hombre que lo había salvado haría lo mismo con su pueblo, o al menos evitaría una masacre.

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⏰ Last updated: Apr 24, 2018 ⏰

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