Casi Angeles 5- VOLVER A DESCUBRIRSE

CAPITULO 23

-¡Está muerto!

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-Con Teo pensamos en todo.

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-¡Ni se les ocurra moverse porque les juro que le vuelo la cabeza !

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-¿Que habrá pasado con los demás?

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-¡Un tiro, escuché un tiro!

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-Me preocupa Mar...

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-¡No puedo seguir!

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-¡Se la van a llevar, la ví en la camioneta!

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-No podemos hacer nada...

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-Primero me presento. Soy Bárbara, y por fín después de largos meses de búsqueda los encuentro.

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-Jazmín, ¿como estas? ¿Nos escuchas?

-Si... ¿Que me pasó?

-Te desmayaste, ¿Segura que estás bien? Volvió a preguntarle Thiago.

-¡No! ¡Hay que irnos de aquí! ¡Ahora!

-¿Pero porque? ¿Que pasa?

-¡Algo muy malo va pasar!

-Primero tranquilízate y respira hondo.

-¡No, no puedo! ¡Es horrible!

Todos los demás estaban al rededor de ella y se miraban con cara de preocupación. No sabían que decirle para que se tranquilice.

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Nacho, Teo, Tacho y Lleca volvían del mercado con las bolsas llenas. Habían comprado muchas provisiones con lo poco de dinero que les quedaban.

Nacho le seguía preguntando a Lleca sobre él y como era antes hasta que distinguieron desde lejos, dos camionetas negras aparcadas delante de la guarida. Se miraron todos a la vez, soltaron sus bolsas en el medio del camino y fueron corriendo a ver qué pasaba. Eran cinco. Cuatro hombres vestidos de traje negro con corbata, y una mujer usando un vertido negro, largo hasta los tobillos, tacos también negros al igual de sus gafas.

Se escondieron y pudieron escuchar la conversación.

-No se muevan. Al mínimo movimiento, mis hombres que están armado harán su trabajo.

-¿¡Quienes son!? ¿¡Que es lo que nos quieren!? ¿¡Tefi, donde carajo se la llevaron!? Gritó Thiago.

-Primero me presento. soy Bárbara, y por fín después de largos meses de búsqueda los encuentro.

Jazmín se acordó de su visión y de lo que había visto y oído. La presentacion de Bárbara había realmente pasado y esto no era para nada bueno.

En esto, Luca entró en acción y le pegó un puñetazo a un hombre que cayó al piso mientras que Tacho y Teo, cada un, se abalanzó sobre otro hombre armado. El último hombre que quedaba, agarró a Mar y colocó su pistola al lado de su cabeza gritando:

-¡Ni se les ocurra moverse porque les juro que le vuelo la cabeza!

Pero a nadie le importó su amenaza, ya que estaban jugados. Así que Luca que había recuperado un arma, le lanzó un tiro en la mano. Para vengarse de eso, Bárbara le disparo a su turno a Luca en el hombro izquiedo y alejándose un poco de la guarida, aplastó un botón en su reloj que seguramente servía para llamar refuerzos porque gritó: -¡Ayudaa!