Parte LXXVIII: Enamorado de Adam

256 17 28
                                    

Sigo intentando mantener la calma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sigo intentando mantener la calma. Ese momento ha sido muy difícil. Estuve a tan poco de caer otra vez, pero no puedo hacerlo. Él se había acostado con otra chica y entonces comienza a insinuarme..., sería estúpido si lo hubiera permitido. Por más que lo deseara.

Mi respiración está algo agitada. Desde el lugar donde me encuentro alcanzo a escuchar como algo de cristal se rompe desde adentro del departamento de Adam. ¿Su enfado lo hizo arrojar cosas? Pero, ¿enfado de qué? ¿Conmigo porque no accedí a él? Vaya infantil.

Debo de estarme volviendo loca. Necesito un psicólogo.

Oprimo el botón del elevador varias veces ya que no responde. Por fin, las puertas se abren y cuando estoy a punto de entrar, alguien jala mi brazo. Me obligo a retroceder. ¿Quién demonios...? Ah...

-Hola, linda.

-Creí que te habías ido, Marie.

Sus labios forman una línea recta. Agita la cabeza en forma de desaprobación.

-Oh, no, linda... estaré aquí siempre que vengas, no quiero que te acerques más a Adam.

Alzo una ceja.

-De acuerdo. Adam no me interesa más.

Por supuesto que me interesa. Lo amo.

-Sé lo que en verdad sientes, linda. Y también sé lo que Adam siente... Fue frustrante haber hecho el amor con él y que no se concentrara lo suficiente.

-Adam... él no hace el amor. -Sólo conmigo.

-Uhmm... lo que sea que haya sido... fue increíble... Adam es un experto. Me fascina.

Contengo mi mano temblorosa por querer estrellarse en el rostro de esta mujer estúpida.

-No estoy aquí para saber como follaste con él. No me interesa. Me largo.

Comienzo a avanzar al elevador de nuevo. Frunzo los labios al darme cuenta que tendré que esperar a que se abra otra vez.

-Espero que te haya quedado claro. Ahora Adam me pertenece.

Pongo los ojos en blanco y la ignoro. Oprimo el botón y el elevador no tarda demasiado en abrirse. Adentro hay una anciana y un niño. Me resultan adorables. Ellos salen y yo entro.

El elevador huele diferente. Como a humedad. Ahora está más caliente. Desabrocho un poco los botones de mi blusa para refrescarme un poco. La ventaja de mi nuevo corte es que ya no es demasiado largo, me gusta más así.

Me miro en el espejo que hay dentro de elevador. Mi rostro se nota triste, demasiado triste. Mi corazón está muy roto, fue demasiado por este día. No volveré a ver a Adam.

El elevador por fin llega abajo. Saco el aire por la boca y salgo de él. Esto parece como un lobby. Hay un hombre rubio que abre las puertas a las personas que entran y salen. Cuando estoy a punto de llegar hasta él, escucho como alguien me llama. ¿Es a mí?

-¿Qué estás haciendo aquí?

Me giro rápidamente y busco a la persona que me está hablando. Lo veo frente a mí. Viste unos vaqueros y una camisa negra. Se ve algo desconcertado.

-Oh... John.

-Creí que te habías alejado de Adam por completo.

Frunzo los labios.

-Así es. Sólo he venido para preguntarle unas cuantas cosas.

Ve mi blusa desabrochada y frunce el ceño. Comienzo a abrochar los botones de nuevo.

-No es lo que crees -digo rápidamente- El elevador estaba algo... caliente.

-¿Por qué simplemente no te alejas para siempre?

Suspiro. ¿Cuál es su problema?

-Creo que me odias mucho.

-No es eso. Adam... él era muy feliz antes de conocerte. Le has arruinado todo.

-¿Tú cómo lo sabes?

-Porque lo conozco.

Por un momento me siento algo estúpida. Seguro que lo conoce... Umm... empiezo a pensar en algo.

-No tengo demasiado tiempo. Tengo que volver para estudiar.

-Sería algo increíble que te fueras y que no volvieras jamás. Todo era mejor antes de que Adam entrara a esa mierda de infiltrado y te conociera.

-¿Cuál es tu problema, John?

Se nota demasiado frustrado. Me encojo de hombros. Sospecho que...

-Tú. Joder, tú eres un maldito problema. Estoy harto de que Adam siempre hable de ti. ¡Jamás para! Y más harto estoy de que esté enamorado de ti. ¡Lo detesto! -exclama, furioso.

Examino su rostro. ¿Cuántos años puede tener? ¿Quizás dos o tres mayor que Adam? Quizás tiene 26. No es viejo, y es atractivo... Quizás... ¿Por qué no sale con alguna chica?

-John... estoy segura de que tú alguna vez te has enamorado de alguien. Y sé perfectamente de quién.

El rostro de John se pone pálido.

-No... quiero decir sí.

-Me odias a mí porque Adam me ama. Y tú -pongo mi dedo índice en su pecho- Tú estás enamorado de Adam.

Está más blanco aún. ¡Por supuesto! Ama a Adam. Noté algo raro desde ese enfrentamiento.

-Estás... estás loca -balbucea.

Toma mi brazo derecho y lo aprieta con fuerzas. Casi puedo sentir que lo fracturará.

-¿Cómo puedes decir eso?

-Suéltame -me quejo.

El hombre que abre las puertas se acerca a nosotros y mira a John con confusión.

-¿Está todo bien? -pregunta.

-Sí -asiento y miro a John- No hay ningún problema.

El hombre asiente y se aleja de nosotros. Vuelvo a mirar a John.

-Te descubrí, ¿ah?

Aprieta su madibula. Creo que estoy provocando su enfado.

-Escúchame bien; si llegas a decirle a Adam esto... te juro.... te juro que te mataré, maldita ramera. Aunque Adam me odie para toda su vida. Cierra tu maldita boca.

Muerdo mi labio y me alejo de él. Ahora sí comienza a darme miedo.

-Cállate -dice por último.

El amable hombre rubio me abre la puerta. Le doy una sonrisa de gratitud y salgo del lugar. Así que mi suposición era cierta...

Negocios Miserables {Adam Driver}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora