1.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)

Necesito que me perdonen 1/3

Colgó el celular y volvió a hacerme sentir mal, yo sabía, sabía que mi madre no iba a quedarse de manos cruzadas.
Volví a entregarle el celular a Michael, él lo tomó y no dijo absolutamente nada, tampoco quería obligarlo a que dijera algo. Pero me dolía que estuviera molesto.
Caí en la arena sobre mis rodillas, doble mi torso y volví a llorar, ahora aún más porque estaba segura de que mi madre me separaría de él.

-Levantate Valentina.- escuché que Michael habló.

Intenté ignorar eso, ahora sí que mi cara estaba hecha mierda, había llorado demasiado. Como antes lo hacia cuando mi madre lloraba por mi padre biológico.

-Ven.- tocó mi espalda.

Limpié mi rostro con mis manos, y lo vi por un momento. Me estiró su mano ofreciéndole ayuda para levantarme.

-Vamos, levantate Valentina.- volvió a decir.

Limpié mis moquillos y tomé su mano, él me ayudó a levantarme.
Me sonrió cuando ya estaba frente a él. Más bien, fue una sonrisa un poco fingida.

-No me gusta que llores.- acarició mi mejilla ladeando ligeramente la cabeza.

-¿Cómo no hacerlo Michael?- sollozaba- las cosas están peor, y aún más si tú estas molesto contigo. - cuando me percaté de que iba a hablar, no dejé que lo hiciera.- Y sí, está bien. No voy a reprocharte nada, porque estas en todo tu derecho.

-Me dolió mucho que me dijeras eso, porque por un momento pensé que lo decías en serio. Y creeme que no me gustó para nada escucharlo, también me costó sólo un poco entenderte. Porque sé que es lo que sientes, esto también está perjudicándome.

-Entonces ¿Me perdonas?- hice un ligero puchero, él asintió tierno. Suspiré y junté su frente con la mía.

-Enfrentaremos esto juntos pequeña, te juro que lo haremos. Y saldremos juntos.- tenía entre sus manos mis mejillas, las acariciaba con sus dedos pulgares.

-Te amo, te amo.- le dije asintiendo y depositando pequeños besos sobre su boca y mejillas.

-Te amo más. -me abrazó y me presionó, para poner su barbilla en mi cabeza y acariciar mi espalda. Eso me tranquilizaba, al igual que los abrazos de Jorgito

Pero ahora hay más de doce horas por delante que debemos disfrutar ambos, y olvidar por un momento todo lo que está ocurriendo, que eso de verdad, está mal.

-Aprovechando que ambos están juntos...- escuché cerca de nosotros, nos separamos y entrelazamos muestras manos.

-¿Qué es lo que quieres Karol?- retrocedí un poco.

-Hablar con ustedes ¿No es obvio?- preguntó arqueando una ceja.

-Pierdes el tiempo Karol.- le dije.

-Mis intenciones son buenas.- intentó convencernos.

-Tus intenciones nunca son buenas, así que alejate mi. Y de Michael- advertí señalándola con el dedo índice.

-Mike, por favor.- le habló ahora a él.

-¿Por favor qué?

-Mike, quiero hablar con ustedes.- ignoró lo que dije y seguía hablándole a él.

-Me parece que ya estás hablando.- le contestó él.

-Quiero que le pidas que me deje hablar.- lo miraba como si yo no estuviera ahí. Después él me miró, yo negué con la cabeza. Esto no es así de sencillo: la cagas y luego vuelves como si nada pidiendo perdón.

-Sí quieres tú escuchala, yo no voy a hacerlo.- le dije.

-Sí ella no lo hace, yo tampoco voy a hacerlo.- le contestó él encogiéndose de hombros.