Un sol cegador, una calidez en el ambiente gracias a la estación del año en que nos encontramos y una vista de frondosos árboles verdes, todo tenía un toque alegre, sin embargo, nuestros rostros no mostraban precisamente felicidad.
Arena, gradas y el perímetro siendo remarcado por grandes cercas de acero.
El escenario frente a nosotros no era el que muchos deseaban en aquel momento, sin embargo, una persona de cabello anaranjado no lo veía de esa manera.
- Bien chicos, es hora de hacer equipos – la energía que desprendía aquella maestra llegaba a ser terrorífica en varias ocasiones.
- ¿Equipos? – pensé por mera inercia.
Todos estábamos acomodados en filas de hombres y mujeres, Chisa pasaba por cada uno de nosotros y nos observaba con detenimiento, como si al vernos inspeccionara nuestra habilidad física o mental para un juego mortal.
Pasaron unos minutos de desconcierto hasta que los equipos fueron armados.
Éramos dos equipos.
A y B.
Yo pertenecía al equipo A, mis compañeros eran:
Mikan, Nagito, Teruteru, Fuyuhiko, Peko, Akane y Kazuichi.
En el equipo B estaba:
Chiaki, Mahiru, Hiyoko Nidai, Gundham, Sonia, Ibuki y Ryota.
Solté un suspiro desganado, Chisa debió de haber notado que conversaba mucho con Nanami, por lo que nos separó en los equipos o simplemente era un golpe desafortunado de suerte que me obligaba a separarme de una de las pocas personas a las cuales le dirigía bien mi palabra, sin embargo, el lado bueno de las cosas era estar en el mismo equipo de Komaeda, por lo menos no todo estaba perdido.
Nos observamos una vez cruzando nuestras miradas confundidas, al vernos no estábamos muy seguros de lo que tramaba nuestra profesora.
- Y bien ¿Qué se supone que haremos? – con un toque de arrogancia y fastidio en su voz, Kuzuryuu alzó su tono por encima del silencio que gobernaba a cada uno de nosotros.
La sonrisa de Yukisome se llenó de malicia y travesura.
De nuevo aquel ambiente espeluznante caminó entre nosotros, cada vez que Yukizome sonreía de esa forma era una mala pero, muy mala señal.
- ¿No es obvio? ¡Jugaremos! ¡Es hora de avivar el fuego de su juventud! –
En ese instante sacó de un pequeño almacén unas cuantas herramientas para jugar, entre ellas un bate.
- ¡Vamos estudiantes míos! ¡Es hora de jugar! –
Chisa hizo una improvisada demostración de bateadora, dirigiendo su ataque Kuzuryuu quien le observó desganado, como si su energía hubiera sido robada por la pelinaranja.
ESTÁS LEYENDO
Danganronpa 3 "La oscuridad de la desesperación" Nagito x Reader
FanfictionSiempre tan cerca y silenciosa, una sensación tan extraña que le ponía curioso, tenía el poder de abrir y cerrar sus heridas, incluso para hacerle feliz, sin embargo, en medio de esa luz tan cálida como la esperanza, una oscuridad se avecina para ma...