Far from Sugar➳Suga; BTS

[06] Guerra

— ¿Puedes, por favor, dejar de verme así?—comenté luego de un rato, incómoda, mirando a la nada tratando de obviar la intensa mirada de Yoongi.

— ¿"Así" cómo?

—No lo sé, de esa forma tan ruda...como si trataras de decirme algo como que perdí el auto.

—Pues, permíteme decirte, niña... ¡Qué eso fue exactamente lo que pasó!—alzó por primera vez la voz en todo lo que iba de noche.

Yoongi no era una persona gritona ni exasperante, siempre trataba de analizar toda la situación antes de empezar a moverse. Siempre guardaba la compostura, y rara vez gritaba, solo (que yo sepa) cuando estaba conmigo. Estaba, por decir, acostumbrada a que me hablara con una voz potente cada vez que mi torpeza se ponía en juego. Estaba acostumbrada a su mal carácter, y a veces este me hacía tener escalofríos; pero que se quedara totalmente en silencio ante mi desastre...joder, eso sí que me asustaba. Casi por una hora completa se dedicó a penetrar mi alma con sus pupilas negras, recriminándome en total mutismo. ¡Ni siquiera sabía si estaba respirando! ¡Era totalmente aterrador! Así que, una vez decidió gritarme, en parte, me alivié de una manera alucinante...Y, por otra parte...

— ¡Ya lo sé! Solo... No tienes que recordármelo—susurré lo último, achicándome en mi lugar.

Me abracé a mí misma en un intento de alejar el frío.

¿Es que nunca me iban a dejar de pasar cosas malas? ¿Iba a pasar lo mismo que ayer? Por cosas como mi mera presencia Yoongi ya no podía estarse tranquilo.

— ¡Es que no lo comprendo! ¿Dónde fue que comenzó este problema?—volvía a preguntar Yoongi, una y otra vez desde que estamos en la gasolinera.

—Mira, todo comenzó cuando nací...o, bueno, desde hace veinte años y nueve meses atrás donde mis papás estuvieron dándole sin...

— ¿Puedes, por favor, callarte? No hables. No lo hagas. No vuelvas a abrir la boca.

—Pero...—me cortó.

—No. Detente. Estoy pensando en una solución—dio fin a mi argumento totalmente inválido, colocando sus codos sobre sus rodillas y sus dedos apoyados sobre sus mejillas, adoptando una pose pensativa—. ¡Agh, maldición! ¡Lo tenía en la punta de la lengua!

Apreté mis labios en una línea y lo contemplé perder la calma por unos segundos. ¿Es que siempre iba a ser así? ¿Cuándo podría hacer algo por mi misma sin dejar, a la larga siquiera, a nadie afectado? Una persona totalmente cuerda, en esta posición, trataría de ser básica, digo, empezar con lo explícito de la situación, ¿no? Pero seguramente Yoongi ya lo habría pensado.

—Quizás estabas pensando en recorrer la zona, ¿no? El tipo de la tienda dijo que hay otra gasolinera no muy lejos de aquí, al otro lado de la carretera—comenté suave, esperando que la idea de Yoongi volviera a su mente.

Él pareció totalmente sorprendido, abriendo los ojos como platos y dejando caer su mandíbula.

— ¿Q...Qué ocurre? ¿Hice algo...?—me achiqué en mi lugar, tartamudeando.

¡Fantástico de tu parte! Está claro que probablemente se le fue de nuevo la idea por mi culpa, ¡aplausos! Dios, seguramente va a golpearme, ¿no? Su mirada estaba siendo lo demasiado intensa como para no hacer algo al respecto.

— ¡Eso es!—se levantó de su lugar eufórico, extendiendo sus brazos hacia adelante. Por inercia me levanté a su lado, retrocediendo unos pasos, tratando de evitar que el supuesto sarcasmo de recién terminara en un coscorrón, pero, inesperadamente y al contrario, corrió a mi encuentro y me abrazó, aprisionando mis brazos y mi torso, haciéndome despegar del piso y sacudiéndome. — ¡¿Por qué no se me ocurrió antes?! ¡Es cierto! ¡Estaba pensando en cómo avisarle a tu padre!