[22] Recuentos

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—Voy a pedir unos macarrones con queso, con extra queso, una ensalada cesar con tomates cherry y queso fresco, una gaseosa de vainilla, un té helado con menta y jengibre y unas papas fritas—cerré con vigor el menú y le otorgué una sonrisa sincera a la camarera, quien no hizo más que asentir despacio, y después retirase con una creciente confusión.

Mi madre me pateó suavemente por debajo de la mesa.

Se acercó hacia mi— ¿Es que acaso Yoongi no te dio de comer?

Le sonreí cínicamente.

—Si lo hizo.

Continué haciendo lo mío, ignorando su presencia aun prácticamente sobre mí.

— ¿Y entonces?—volvió a preguntar.

— ¿Y entonces qué?—me hice la tonta.

— ¿Por qué tienes tanta hambre?

— ¿Disculpa?

—Pediste demasiadas cosas.

— ¿Tú dices?

— ¿Por qué...?—la corté de golpe.

— ¡Como cuando estoy ansiosa! ¿Bien? Eres mi madre, tu deberías saberlo...—formé un puchero, mientras jugaba con el salero.

Apretó los labios.

— ¿Qué pasó?

—Nada—respondí sin mirarla. Si la miraba de reojo aunque fuera, soltaría toda la verdad, y eso incluía terminar llorando frente a Rachel, mi padre y todo el restaurante. No gracias, prefería guardármelo.

Recapitulemos (pues le ha pasado bastante a mi yo interno desde hace una hora, donde abandoné la morada de Yoongi definitivamente): Como primer punto Yoongi me gustaba. Podía estar o no enamorada, pero de que me gustaba, me gustaba. ¿Por qué? Ni idea. Quizás era una evolución o una rama del síndrome de Estocolmo. Digo, él no me había secuestrado, pero yo estaba a su poder así que... ¿podría considerársele?

Segundo punto: mi castidad en aquel momento poco me importó. ¿Cómo lo digo para que no suene demasiado explicito? Mmm, digamos que estaba a punto de darle mi flor, y sin nada, sin ninguna queja, comentario u pensamiento coherente que cruzara mi mente o mis labios.

Tercer y último punto: él me había rechazado. Esto no solo había pasado una, sino dos veces ya... ¡Mentira, son tres! La primera vez fue cuando nos besamos en el vestuario y después de reconocerme, se alejo. La segunda fue cuando rocé la vergüenza máxima en alegrarme por su ruptura y él explicarme con manzanas y peras que no estaba interesado en mi. Y la última vez fue hace una hora, cuando luego de un acalorado besuqueo, simplemente recordó algo y se fue tan rápido como jamás lo había hecho.

¿Por qué lo había hecho? Reitero: no tengo idea. ¿Acaso no seré lo suficientemente atractiva para él? Pues en ese caso, no lo sería para nadie. ¿Se habrá dado cuenta que besarse conmigo era prácticamente incesto, puesto que me habría presentado ante su ex novia como su hermana pequeña? Nah, si lo hubiera hecho, me habría cortado antes el rollo.

La conclusión era básicamente que no sabía qué demonios ocurría en la mente de Yoongi. Quizás era como en aquella película de dibujos animados y él estaba pasando por un momento difícil en donde su alegría se iba de viaje. No sabía si yo de verdad le interesaba o si estaba interesado en un polvo. Aunque, quizás lo sabía desde rompió mis ilusiones y no había querido verlo.

Claro, no hay peor ciego que el que no quiere ver, y yo estuve tan ciega. ¡Yo no le importaba, carajo! ¿¡Y entonces por qué tanto escándalo!? Si tanto quería remojar la nutria, lo hubiera dicho directamente. No lo hubiera aceptado, pero al menos habría admirado su sinceridad.

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⏰ Última actualización: May 28, 2019 ⏰

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Far from Sugar➳Suga; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora