Probablemente (kontim)

Análisis de los Resultados

Cuando las probabilidades dejan de serlo y se vuelven una realidad, se analizan los resultados obtenidos y se verifica la efectividad de las probabilidades.

Se estimaba que la relación de Tim y Kon tendría un 55% de efectividad, dentro de esas posibilidades positivas se estima que una relación con menos del 70% de afectividad durará apenas un año, pero sobrestimando las variables se obtiene como resultado que su relación ha durado ya cinco años.

Dentro de un cuadro investigativo correspondiente a las relaciones personales se dieron los siguientes datos:            

             El romance o amor en una relación de pareja dura hasta 7 años, si sobrepasa ese tiempo y no hay un tratamiento adecuado y esta continua significa que se ha vuelto costumbre y se les da un tiempo de continuidad de otros 4 a 6 años hasta que se presente una separación o divorcio.   

Conner Kent tiene 26 años, es el Gerente de BioTech, que es una empresa anexa a Lex Tecnology, tiene una maestría en Comercio Exterior, otra maestría en Sistemas e Informática y una ingeniería en Biotecnología, actualmente vive en Metrópolis, pero viaja constantemente.

Timothy Wayne tiene 27 años, es Gerente del Área de Investigación de Wayne Tech, tiene un doctorado en Sistemas e Informática, también fue parte del proyecto de investigación de las mejoras en la Biotecnología, actualmente vive en Metrópolis, pero viaja constantemente.

Conner y Tim viven juntos en un pequeño departamento desde hace dos años, cuando sus áreas de trabajo se volvieron estables y sus padres les dieron la potestad de manejarse como estuviesen a gusto.

Su hogar es un lugar pequeño de dos habitaciones, un baño con bañera, una cocina pequeña y una sala comedor, tienen una pequeña habitación a la cual adecuaron como biblioteca; el lugar les pareció lo más hermoso desde hace 4 años, cuando se daban sus escapadas y terminaban juntos enredados entre las sábanas sin que nadie pudiera saber en dónde estaban. Las habitaciones estaban llenas de recuerdos y esperaban seguir creando más.

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En la cama se pudo apreciar un cuerpo pequeño extendido por todo lo ancho, dormía plácidamente, la alarma sonó pero fue acallada de inmediato, aunque el usuario de la cama no fue quien la apagó. Conner recién llegaba de un viaje de negocios que le tomó toda la semana en Londres, así que el llegar y ver a su pareja profundamente dormido y usando su camisa se le antojaba sensual, no es que no se hubieran visto o hablado, pero le hacía falta sentir esa piel tan tersa contra la suya y escuchar su voz cada mañana y cada noche.

Se desvistió con parsimonia, Tim no trabajaba ese día, él se lo había dicho, así que era perfecto para poder disfrutarlo entre los dos; la ropa fue descendiendo de su cuerpo y cuando estuvo desnudo gateó con cuidado por la cama hasta situarse sobre el bello durmiente.

Acercó su nariz hasta el cuello y aspiró su aroma, cuanto falta le había hecho, le dejó un beso ahí y continuó besando la mandíbula, la mejilla y dejó uno pequeño sobre esos finos labios, sonrió al ver que no despertaba, se metió entre las sábanas y se apegó a ese menudo cuerpo, que ni con el pasar de los años dejaría de amar, lo acercó a su pecho y lo abrazó, con una mano le acariciaba el cabello y se deleitaba con las pestañas que se posaban en sus mejillas, tan largas y oscuras, perfiló su rostro con un dedo y Tim solo se apegó más a él por las cosquillas.

--Dormilón, ¿no me vas a saludar? Quiero mi beso de bienvenida--susurró en el oído del joven, pero este siguió en sus sueños