Capítulo 15
—Toma —me entregó Niall un cuenco con tres bolas de helado y se sentó a mi lado con el suyo en sus piernas.
—oh, gracias —le sonreí.
— ¿Y el mío? —pregunto Zayn cuando llegó con nosotros a la sala.
—Hay en el cocina, sírvete tú mismo
—Ya no hay caballeros, que triste —se quejó Zayn bromeando mientras iba por su helado.
Niall tomó el control y empezó la película, después se recargó contra mí. Zayn se sentó a mi otro lado en el sillón, quedando yo en medio de los dos chicos mas sexys y británicos que había visto en toda mi vida. Fue una tarde realmente divertida. Cuando terminamos de ver la película pedimos pizza y nos quedamos platicando los tres de cualquier cosa.
Zayn era un chico lindo, sencillo, divertido y tierno, era justamente como Niall, siempre haciendo bromas, siempre riéndose de todo. Perfecto. Ver su relación me hizo acordar a Ana y me sentí un poco culpable de no haberla extrañado mucho por estar pensando siempre en Niall, aunque bueno, en realidad si la extrañaba y a mi hermano también y sabía que ambos estarían preocupados por mí y yo allí de lo mejor con Niall.
— ¿Ya tienes sueño? —preguntó Niall cuando me vio levantarme del suelo.
—no, solo iré por mi celular —El cual ha estado apagado desde que me escapé.
Conforme caminaba a la habitación empecé a cuestionarme como hubiera sido todo esto si nunca hubiera ido al doctor ese día por “mareos ocasionales”, como hubiera sido si simplemente no le hubiera contado a Nico que me mareé un poco. Supongo que nunca me habría hecho esos análisis y nunca me hubiera enterado de mi enfermedad, entonces nunca hubiera ido al parque con Ana y nunca hubiera conocido a Niall, por lo tanto mi vida seguiría siendo tan monótona y aburrida como siempre.
Entonces me detuve un segundo en el pasillo a razonar un poco y pensar inteligentemente –como casi nunca lo hago– y me di cuenta, a pesar de lo tonto y repetido que sonara, de que todas las cosas pasan por una razón, me di cuenta de cómo una pequeña e “insignificante” decisión puede cambiar tu vida.
Me di cuenta también de lo mucho que alguien puede impactar en ti, como Niall, se convirtió en una de las personas más importantes de mi vida y aunque él no me amara de la manera en la que yo lo amaba a él, estaba feliz, muy feliz de tenerlo conmigo.
Saqué de mi pequeña maleta mi celular y sonreí al ver todas las bolsas en la cama de Niall, definitivamente le iba a heredar toda esa ropa hermosa a Ana cuando muriera.
—Demonios —murmuré al ver 70 llamadas perdidas y 16 mensajes de texto.
50 llamadas eran de mi hermano, las demás de Ans y una que otra de otros cuantos amigos. Puse las bolsas en el suelo y me senté en la cama para leer los mensajes.
“¿Dónde diablos estás _____? Vuelve a casa” -Nico
“nunca creí que fueras tan tonta e inmadura, tienes que volver a casa, por dios ______ es una estupidez lo que estás haciendo” -Nico
“no estoy bromeando, me estoy volviendo loco” -Nico
“tu hermano está desesperado, confío en ti y sé que esto es lo que querías, lo único que quiero es saber dónde estás y si estás bien, te quiero mucho” -Ana
“¿Por qué no has ido al colegio? Te estás perdiendo de muchas cosas, Anabela y Pedro el chico feo están saliendo ¡¿Puedes creerlo?! “-Lauren
“no puedo creer que me estés haciendo esto, eres la persona que más amo y solo te quiero proteger, tienes que volver enana, sé que no hice bien en llevarte a tantos hospitales y no pensar tanto en tus sentimientos, lo siento mucho” –Nico.