°CAPÍTULO 6: Error 6... Destinos cruzados

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Cuando recién entras a la escuela tienes emoción no de ir, sino de poder estrenar tus útiles nuevos y hacer relajo y ese día vas bien vestido, pero todos los demás días del año te arreglas como puedes o como despiertas.

Tanto Irene como Chanyeol estaban concentrados intentando entender que les decían, la única diferencia era que ella estaba en clase de matemáticas y él estaba en una práctica de coreografía en la misma preparatoria. Aquella mañana a Exo le habían dicho que iba a promocionar su nuevo álbum por esa simple razón estaban en la preparatoria.

Se supone que su nuevo álbum tiene un tema que habla sobre estudiantes por lo cual todos estaban vestidos como uno para la sección de fotos mientras los alumnos estaban en clase, todos ya estaba planeado a excepción de que nadie sabía que pocos metros la chica con la que había estado hablando Chanyeol por Facebook estaba ahí y para rematar la posibilidad de que se encontraran iba en asenso debido a que el fotógrafo había tenido un percance por lo cual los miembros estaban paseando por toda la preparatoria sin que nadie lo notara.

[...]

Irene estaba cansada de estar en esa horrible clase de matemáticas, su mente estaba completamente segura que el profesor quería invocar a satanás con ese dodecágono del mal. Ya no podía mas estar en aquella clase por lo cual pidió permiso para ir al baño a lo cual el maestro le concedió sabiendo claramente que ella necesitaba despejar su mente antes de regresar.

Sus pies se movían sin rumbo, su mirada estaba en el suelo y sus ojos le ardían. Caminaba a "algún" lado según ella solo que no sabia donde, su mirada se plasmo en una puerta que decía Música. No muy convencida entro y se dio cuenta que era un auditorio con un piano en el escenario. La sonrisa se hizo presente en su rostro sin notarlo y no espero para poder ir a tocar aquel hermoso piano que estabas más afinado que sus cuerdas bucales.

Su mano derecha se posaba en el teclado mientras su mano izquierda veía las partituras de atril. La canción era la misma que su madre tocaba con ella todas las noches antes de dormir "Nuvole bianche" de Ludovico Einaudi.

La canción no era nada fácil pero su madre la amaba tanto con ella. Amaba tocarla con ella, pero desde la muerte de su madre el piano se había vuelto un martirio de tan solo escuchar; la ultima vez que lo había tocado sentía que cada tecla que tocaba esta desafinada y llegaba hasta un punto donde no podía escuchar lo que tocaba.

Las manos le temblaban, pero aun así decidió tocar aquella mágica canción que su madre le había enseñado al derecho y al revés. Su cuerpo se concentraba en cada parte de la canción olvidándose de todos y concentrándose solo en la melodía más armónica que había escuchado desde aquella perdida familiar.

[...]

Un descuido de Chanyeol lo había llevado a que lo descubrieran unas chicas que habían ido al baño a platicar. Como si fuera Forrest Gump corrió por su vida sin rumbo, noto que había una pequeña ventana donde no dudo y se metió como si su virginidad la cual no tenia ya estuviera en juego.

La caída había sido un poco dura pero muy silenciosa por lo cual la chica que tocaba el piano no noto cuando le había entrado. La melodía estaba en su mejor punto por lo cual el sintió la necesidad de no interrumpir aquella armonía que se había logrado crear en esas cuatro paredes. Entre más tocaba el se acercaba mas hasta tomar asiento en la primera fila del auditorio para poderla ver mejor.

Por más que intentara mirar su rostro solo la tenia de perfil así que lo único que alcanzaba a mirar era ese hermoso cabello negro caoba que debido a los rayos del sol se ponía mas claro dando la sensación de ser café claro, la belleza de su piel clara que delineaba cada parte de ese fino rostro que tiene y la silueta de sus curvas que se notaban más finas que la seda recién pulida.

No era hermosa, tampoco era sexy y muchísimo menos bella. Para Chanyeol ella era magnifica de pies a cabeza.

Irene se encontraba tan concentrada que la presencia del mayor era inaudita ante sus ojos y sentidos. Por mas que intentaba tocar la ultima parte de la canción sus dedos no se lo permitían, sus manos comenzaron a temblar y su mente le jugaba con la realidad porque según ella las teclas del piano se alzaba y el sonido se distorsionaba.

Golpeo las teclas del piano y suspiro pesadamente para sí misma sin pensar en que hubiera alguien hay. La privacidad era de lo mejor para ella y en ese salón no habría nadie en un buen tiempo, o al menos eso esperaba. Volteo a ver el auditorio notando por primera vez la presencia de un chico con cabello plateado, labios rojos, ojos cafés oscuro con un toque asiático pero seductor y sobre todo orejas de Dumbo.

Ambos creían haberse visto antes, pero ninguno sabía dónde. No era incomodo su presencia, pero tampoco era como si no tuvieran intriga hacia la otra persona. Yeol se paró de su asiento con dirección al piano, su andar era lento para no molestar a la presente. Aunque Irene intentaba no ver a ese ser con orejas de Dumbo como seductor no podía evitarlo, el simplemente era seductor más había algo en el que hacia que su cuerpo respondiera tan sumiso.

_¿Me permites tocar?_ EL había comenzado una platica que sin darse cuenta iba a ser la primera de muchas. Era el comienzo de algo doloroso, seductor y romántico; ella lo observaba de forma indecisa, pero se limitó a asentir y permitir que se sentara a su lado.

Su voz era tan fascinante con una mezcla de tentadora y hechizante. La canción que tocaba era de John Lennon pero no reconocía cual era; sus ojos se cerraban para poder sentir las emociones con las que tocaba. El instinto de ambos los acercaba cada vez más hasta que terminaron tan cerca, la cabeza de la chica de cabello azabache estaba en el hombro de el chico orejas de Dumbo.

Era fascinante ver como ambos estaban tan cerca sin llegar a la incomodidad.

_Nada mal... Me gustan tus manos se parecen a las de ella_Hablo Irene mientras miraba las manos del ahora bautizado "Orejas de Dumbo". Cualquier hombre se sentiría indignado de que lo compararan con una mujer, pero por alguna extraña sensación el sabia que era mejor no opinar nada.

_¿Desde cuándo tocas el piano?

_Desde los desde los 3 años ¿Y tú?

_Igual

El silencio se hizo presente entre ambos, pero en su situación las palabras sobraban. Para aquella pareja con solo sentir su compañía era suficiente; dos personas rotas por dentro se entienden mas que una que no y ese era el extraño cosa de ellos.

¿Podría ser que así comience una extraña relación que solo los va a acabar de destruir?

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