2.

4.8K 345 86
                                    

~Hermione~

—Ha venido Harry, ¿Lo recuerdas? — preguntó Luna mientras me cortaba con tranquilidad las uñas. La dulce rubia tarareaba alegre, mirando mis dedos con detenimiento.

—No. —respondí sinceramente, mi momento de lucidez comenzaba y estaba nerviosa por saber cuánto duraría. Últimamente era poco lo que aguantaba. —¿Le he hecho algo malo?

—Le arañaste los brazos, pero no te preocupes, él está muy bien y no se molestó. Creo que se debía a los torposoplos que traía en el cabello, eran demasiados, seguramente los sentiste como amenaza. —afirmó sonriéndome.

—Lo siento.

—Todo está bien.

—¿Ron también ha venido?— pregunté casual, esperaba que después de todo este tiempo dejará de tenerme miedo y viniera a visitarme.

La última vez que lo ví me pesqué de su cuello mientras intentaba sacarle los ojos con la cuchara de mi almuerzo. El trance me había confundido y creí que era un mortífago.

—Vino hace un par de días, pero estabas descansando y prefirió dejarte dormir. Esas flores son de él. — comentó señalando un florero de plástico con tres rosas que ya habían perdido su frescura. Los pétalos sueltos habían caído sobre la mesita.

—No me gustan las rosas. —Luna solo asintió.

Quería preguntar más cosas. El día, la hora, quien más me había visitado, pero en ese momento llamaron a la puerta. Dí un pequeño brinco al pensar que podía ser Harry de nuevo, quería que me viera en mi momento de normalidad y pedirle una disculpa por el momento amargo que seguramente le había hecho pasar.

Luna se levantó con calma, guardándose el cortaúñas en el pantalón, y dejando entrar al visitante.

—Hola. No te esperaba de nuevo, adelante. —Luna salió dando paso a la persona que entraba. —Por favor, avísame antes de irte.

Malfoy simplemente asintió, quedándose quieto hasta que Luna cerró la puerta tras de ella. Lentamente se giró y me observó por unos segundos antes de hablar.

—Hola. —saludo con timidez. Me pareció una broma de mal gusto, él no era así, odiaba que los que me visitaban se comportaran como gatitos asustados por mi presencia.

No le respondí. Lo ví acercarse un poco más como si desease comprobar mi estado mental del momento.

—¿Como te sientes? —preguntó con calma mientras hacia un ademán de quitarse el saco, pero solo lo abrió un poco

—Cuerda.

No entendía que quería Malfoy conmigo, recordaba que sus disculpas me habían sacado del trance hacía dos días y que las había aceptado e incluso le agradecí por las cosas que hizo por nosotros en su momento, pero era extraño verlo de nuevo.

Sabía que por mucho que se arrepintiera de sus actos, seguiría considerándome una persona desagradable. ¿Quería burlarse de mí estado mental?

En cuanto escuchó mi respuesta pareció entristecer, como si le hubiera dicho lo contrario. ¿Entonces quería verme en mi estado más deplorable?, ¿Que podía ganar?

—¿Querías que estuviera mal?  — pregunté directamente, pero él no respondió. Llevaba consigo un portafolios, de él extrajo un libro grueso y nuevo.

—No se si aún leas. —Extendió el libro, pero no lo tomé. Ya me habían llevado libros antes y todos terminaron hechos pedazos. Ese libro no iba a tener un final diferente. —Es sobre... enfermedades mentales.

MedicateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora