Recuerdos

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~ Recuerdos~

Era un día maravilloso, el sol estaba radiante el cielo despejado y un enorme ramo de rosas rojas le daban la bienvenida a la CEO de Industrias Futuro a su oficina, ya hacia justamente un mes que su padre le dejó a cargo la empresa totalmente a ella y todos estaban muy contentos con los enormes cambios que ésta trajo.

La joven ojiverde sonrió grandemente al ver las enormes rosas y rápidamente buscó quien se había tomado tan enorme molestia de darle ese obsequio –. Para la chica más encantadora de todo el mundo, con cariño yo – Su sonrisa se hizo más grande al saber de quien se trataba. Luego de colocarlas en un florero que le había regalado su madre comenzó con su tarea, revisar cómo iban las ventas de vehículos era bastante trabajo, pero se alegraba que desde que tomó el cargo estas aumentarán enormemente los buenos comentarios de los productos y las felicitaciones de sus más allegados la hacían muy feliz, por fin nuevamente su vida estaba tomando un nuevo rumbo y le agradaba.

Pasada la mañana recibió a varios empresarios interesados en hacer tratos con ella, deslumbrados por la belleza enorme que acompañaba a la nueva cara de la empresa, su inteligencia y la buena oferta que lograron acordar la mayoría de ellos se fue con una enorme sonrisa en sus labios. La chica de cabello negro estaba más que exhausta, pero valía la pena estarlo por el increíble éxito que obtuvo durante esa mañana.

Señorita Sato Escuchó la voz de su asistente.

– Dime Olga ¿En qué puedo ayudarte? Respondió mientras veía unos informes contables.

– Me preguntan en la recepción si pueden dejar pasar a... Hizo una pausa con algo de pena ya que sabía el tipo de relación que tenía con quien buscaba urgentemente a la CEO.

– Entiendo, dile que pase por favor Olga Ordenó con una pequeña sonrisa en sus labios rojos . Y por favor, que no me moleste nadie, gracias.

– Entendido señorita – Diciendo esto giró sobre sus talones cerrando delicadamente la puerta y hablando por el audífono que comunicaba a la recepción, dio paso a la visita de su jefa.

Con elegancia, aclarando su garganta y escondiendo muy bien tras su espalda la sorpresa que llevaba para la chica que siempre estaba en su mente, tocó tres veces las imponentes puertas de madera fina para dar aviso que ya se encontraba ahí.

– Adelante – Escuchó la dulce voz y abriendo la puerta su boca dibujo una sonrisa enorme y sus ojos se deslumbraron al ver a tan hermosa dama detrás del enorme escritorio de caoba sentada en una silla ejecutiva de cuero, su corazón se aceleró y adentrándose más a la gran oficina de la chica ojiverde se dirigió hacia ella.

– Asami estás preciosa – Piropeó a la chica que también estaba sonriente.

– Muchas gracias – Dijo sonrojándose por el halago –. Y tú te ves tan apuesto como siempre Iroh Dijo mientras se levantaba de su asiento para saludar cómo era debido al ojiámbar.

Los labios de ambos jóvenes chocaron lentamente, la chica rodeando el cuello del joven y éste rodeó la diminuta cintura de su chica y bajando un poco su mano dio un pequeño apretón al glúteo bien formado de la pelinegra.

– Iroh, noooo – Dijo sonrojada . Aquí no por favor.

– Vamos bebé, tengo tres días de no verte Suplicó el joven quien acorraló a la chica en el escritorio.

– Iroh, pueden venir a buscarme Dijo mientras se acomodaba en el escritorio.

– Por favor Asami di que sí por favor Suplicó.

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