~ Nunca Cambiarás ~

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Estaba de lo más felíz, al fin había llegado el día en que su estadía en el hospital había terminado, era tanta la felicidad que despertó con una enorme sonrisa en su rostro, le encantaba la idea de empezar a ejecutar su agenda, ya que para los próximos días tenía muchas salidas con sus familiares y amigos. Un sonido de la puerta la alertó.

—Buenos días Korra —abrió la puerta—, ¿estás lista?

—Buenos días doctora, si estoy más que lista —alzó sus manos—, gracias por venir a pesar de que trabajas en la tarde.

—Me alegro mucho y no es problema Korra, sabes que te tengo en gran estima.

—Gracias doc, eres tan linda —le sonrió—. ¿Me darás mi último baño?

—Emm… claro —sonrió, pero estaba nerviosa—, sí… sí claro.

Se dirigieron al baño en dónde la morena se deshizo de su ropa de dormir quedándose solamente en bikini.

Ya la había visto desnuda muchas veces, pero ese momento era bastante raro, se habían dado un beso y sus sentimientos estaban fuera de control, nunca sintió nada por una chica y peor aún, sentía que había aprovechado la situación, Korra no estaba del todo bien, pero ahí estaba, accediendo a lo que la morena le pedía sin objetar nada. De igual manera no podía decir que tenía algo que hacer porque solo había llegado a ver a la morena porque esa tarde ya no estaría ahí.

Dejó que el agua se calentara para poder bañarse y aprovechó para poder hablar con una Kuvira muy callada.

—Te he visto diferente en estos días doc, ¿qué pasa?

—Emm… no no no, estoy normal —empezó a sentirse más nerviosa.

—No, estás así desde aquella vez —sintió decepción—, creo que cometí un error ¿verdad?

—No para nada —negó esa idea—, es que yo, solo estoy… nunca había besado a una chica y eso ha estado dando vueltas en mi mente.

—Ah es eso entonces… pero no pienses tanto doctora —se dió cuenta de algo—, ¿yo te gusto?

Su pulso se aceleró al escuchar la pregunta.

—Korra yo… —quedó repitiendo la última palabra.

—¿Tú…?

—Yo si siento que me gustas un poco, pero creo que me he aprovechado de ti —dijo con pesar.

—Para nada doctora —le sonrió—, a mí también me gustas y no pienso que te hayas aprovechado de mí, es más has sido muy atenta conmigo.

—A-Así… pues no es nada —se sintió un poco mejor al saber que Korra no pensaba que se había aprovechado de ella.

—El agua ya está lista —rio y se sentó en la silla.

Sintió como el agua caía sobre su cuerpo y mojaba cada poro de este, era algo que disfrutaba tanto. Pensaba que en su vida pasada quizá había sido algún tipo de pez ya que le encantaba el agua.

—¿Te lavó el cabello?

—Sí, por favor —le sonrió.

No te alejes másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora