Dura realidad

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Salieron del hospital y rápidamente Asami busco dentro de su bolso la cajetilla de cigarrillos, tomó uno, lo dirigió a su boca y lo encendió.

—¿Gustas de uno? —ofreció por compromiso.

—No gracias, no fumo —hizo una pausa—. Perdón por lo que dije hace un rato, me refería a que ella es...

No terminó lo que había comenzado a balbucear cuando fue interrumpida.

—Sé todas las razones, no tienes porque decirmelas —rio con tristeza mientras exhalaba el humo del cigarrillo—. Conozco a Korra desde hace ya bastante tiempo y sé porqué te gusta.

—Pero es tu novia... —dijo en voz baja.

—Yo estoy segura que Korra va a volver a mí —dijo con total seguridad

El corazón de la doctora se aceleró por el enojo que ahora la invadía, sabía muy bien todo lo que había estado haciendo la CEO cuando decidió alejarse de la morena y eso la enojaba aún más porque ella no se merecía eso.

—Será como tenga que ser —afirmó en tono serio —, y mejor preocuparte por cumplir estar con ella en su recuperación.

—Tú no eres nadie para juzgarme —la vió furiosa—, procurate mejor por hacer tu trabajo y deja de entrometerte entre Korra y yo.

—Eres una sin vergüenza —respondió con todas las agallas que tenía—. Después de abandonarla y refugiarte en las piernas de muchos hombres y mujeres pretendes ahora parecer la novia buena gente que no hace más que preocuparse por su amada.

Los ojos de Asami se abrieron como platos ante tal verdad, pero no permitiría que una empleada del hospital que ella pagaba le hablara de esa manera. Se acercó a la joven del lunar y alzando su mano la amenazó.

—Adelante golpeame —insistió a la agresora—, golpeame todo lo que quieras Asami, pero déjame decirte algo, eso no cambiará el que hayas abandonado a Korra cuando más te necesitaba.

Bajó la mano y con lágrimas en los ojos dió la vuelta para ya no verle la cara a la doctora.

—¡Maldita! —gritó mientras se dirigía a su automóvil.

Las manos le temblaban, su corazón latía con rapidez y su frente sudaba. No podía creer que le había hablado así a la CEO de Industrias Futuro, eso era lo más estúpido que había hecho porque sabía la gran cantidad de influencias que esta tenía en toda la cuidad, pero no pudo controlarse, no podía evitar defender a la morena de la falta de vergüenza de su novia, si es que aún se consideraban pareja.

Tomó un largo respiro y se dirigió a la motocicleta, iría a su apartamento a darse un merecido baño y a cenar algo ya que tenía mucha hambre.

—¿Estás loca Kuvira? —dijo asombrada—, ¿cómo te atreves a tratar así a Asami? Sabes muy bien que puedes perder tu empleo si ella llegará a desearlo.

—Lo sé Opal, lo sé perfectamente, pero me molestó bastante la actitud de ella —hizo una pausa mientras su frente se arrugaba aún más—, cree que por tener dinero va a comprar las faltas que cometió con Korra y todos actuaremos como que nada pasó.

—Pero es entre ellas dos, tú no tienes nada que ver ahí —intervino nuevamente—, acaso ¿te gusta Korra?

Las mejillas de la doctora se encendieron grandemente y la protesta no se hizo esperar.

No te alejes másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora