Yo... ¿En Hogwarts?

53: La selección.

Riley lo miró con los ojos como platos.

- Eres tú... - fue lo único que atinó a decir.

Levi me agarró del brazo clavándome las uñas.

- No me quiero ir... - comencé a sollozar.

- No siempre estará Dumbledore para salvarte. - murmuró el sonriendo a la vez que me miraba.

- Pero yo sí. - una voz salió de entre la espesura de los árboles. - ¡Expelliarmus!

Hagrid. Su paraguas brillante apuntaba a Levi, quien había salido disparado, de forma amenazante. Intercambiaron una mirada llena de sentimientos contradictorios. Ambos sabían quienes eran. La mano del medio gigante tembló un poco. Riley me desató y cogí mi varita. No necesité que Hagrid lanzara ningún hechizo. Lo hice yo misma.

- ¡Sectumsempra!

El mortífago cayó al suelo. Hagrid lo miraba. Una lucha en su interior se estaba llevando a cabo. Quizá Riley tuviera razón. Quizá las decisiones más difíciles no son entre el bien y el mal. Finalmente el medio gigante nos rodeó a mí y Riley con el mismo brazo y apuntó a su hijo amenazador.

- No vuelvas a acercarte a ellas. Nunca más.

Volvimos a su cabaña y nos llevó derechitas al castillo. Nos ordenó que subiesemos a nuestra habitación mientras él hablaba de lo sucedido con McGonagall. Genial. Bastó con entrar por la puerta para que Riley comenzara a sollozar y a disculparse de que todo lo malo que me había pasado hasta entonces había sido por su culpa. Yo le dije que estaba siendo estúpida. Ella me dijo que estaba siendo realista. No pasó mucho tiempo hasta que Harry se presentara en nuestra habitación y nos hiciera bajar al despacho de la directora a contar todo lo ocurrido. Tras escuchar nuestra versión McGonagall repiqueteó con los dedos en la mesa.

- Está claro que estamos defendiendo la escuela de una manera errónea. Y más si usted y la señorita Hagrid no dejan de salir a escondidas.

- Lo... Lo siento mucho... De verdad...

En aquel momento me di cuenta de lo irresponsable que había sido. Los mortífagos no querían atacar la escuela. Me querían a mí, y únicamente a mí. Saliendo a escondidas sólo empeoraba la situación. Además Levi tenía razón. No siempre habría alguien que me salvase. 

- No saldré más de la escuela - continué.

- Como he dicho antes, señorita Dumbledore, la manera de defender la escuela está siendo la equivocada.

En aquel momento los ojos comenzaron a brillarle de un modo que jamás había visto. Era como si volviera muchísimos años atrás. A su juventud. Sus palabras fueron claras y quedaron flotando en el aire.

- Debemos atacar.

- ¿Cómo? - Riley abrió la boca por primera vez desde que estábamos allí.

- Se hará una selección. Todos los miembros de la Nueva Orden mayores de quince años podrán participar. Los mejores magos saldrán a una búsqueda. Una búsqueda para destruir los horrocruxes.