Epílogo.

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Epílogo.

Seis años y medio después...

Hermione suspiró y miró a su padre y su novio con los ojos entrecerrados. Los dos hombres discutían a pocos pasos de ella, berreando cosas que llegaban a ser incomprensibles mientras movían las manos de forma exagerada.

Bajó la mirada hasta el pequeño bebé que dormía plácidamente contra su pecho mientras su padre y su abuelo discutían. Hermione agradecía mentalmente que su hijo no se despertase ante el espectáculo que los dos hombres de su vida montaban a pocos metros de ella.

—¿Podéis parar ya? Vais a despertarlo. —No se molestó en alzar la voz, pero sí que utilizó su tono más frío para llamar la atención de ambos—. Yo he tenido al bebé, yo elijo su nombre.

Ambos hombres abrieron la boca para protestar, completamente ofendidos al ver su intención de ponerle nombre al bebé arrebatado de ellos. Hermione rodó los ojos y movió sus brazos de un lado a otro mientras tatareaba una vieja canción de cuna. Escuchó a su padre volver a discutir con Draco y se mordió el labio al oír las cosas que se decían.

—¿Scorpius para un niño? ¿Scorpius? ¿Qué clase de nombre de mierda es ese para un niño? ¿Vivimos en el siglo catorce y no me he enterado o qué pasa? —Draco soltó un grito ofendido y apuntó con el dedo a Allan.

—Porque Cormac es mucho mejor, claro que sí —replicó y Hermione rodó los ojos—. ¡No pienso ponerle el nombre del exnovio de Hermione a mi hijo!

—¡Al menos él era una persona respetable y se merecía a mi hija!

—Pues para ser tan digno de su hija soy yo el que se casa con ella, ¡con el que ha tenido un hijo! —replicó Draco y Hermione soltó una pequeña risa—. ¡Acéptelo y cállese la boca!

—¿De qué vas, niñato? ¿Crees que porque Hermione haya aceptado anclarse contigo ya tienes derecho de elegir el nombre de mi nieto? Quizá mi hija está ciega y no vea que eres un desecho de la humanidad, pero no dejaré que Cormac pase por lo mismo.

—¡Que no se va a llamar Cormac! —Draco estaba completamente indignado. Ambos hombres se giraron en dirección a Hermione.

—¡Dile que no se llamará como él quiere! —exclamaron a la vez, y Hermione se sorprendió al ver la coordinación que tuvieron.

Tantos años trabajando juntos los había afectado. Quizá no se llevaban bien, pero que pensaban igual era algo innegable.

—El bebé ya tiene nombre, y no es Scorpius, tampoco Cormac. —La castaña rodó los ojos ante la desilusión en sus rostros—. Se llama Avery.

—¿Avery Malfoy Granger? —Draco parecía algo reticente con el nombre y su padre tampoco estaba mucho mejor.

—¿Avery? ¿De verdad? —Hermione asintió y su padre suspiró—. Está bien, pero mi próximo nieto se llamará Cormac.

—No le pondría ese nombre ni a una pelusa —replicó Draco y Hermione se echó a reír—. Avery está bien, es muy bonito.

Hermione sonrió, sintiéndose la ganadora una vez más. Draco cogió al bebé y lo colocó en la cuna para que ella pudiese acomodarse y dormir un poco, después de todo no habían pasado ni dos días desde que había dado a luz. Estaba a punto de quedarse dormida cuando escuchó la voz de su padre sonar completamente ofendida y la respuesta borde de Draco.

—Espera un momento, ¿por qué Malfoy Granger y no Granger Malfoy? ¿Quién eres tú para colocar tu apellido antes que el mío?

—El padre, además que Hermione está de acuerdo con esto —replicó el rubio con sequedad—. ¿Y tú quién eres para opinar? ¿Matusalén?

—¿Cómo me has llamado?

Hermione suspiró, apretó los labios y volvió a cerrar los ojos. En momentos como esos se cuestionaba por qué había dejado que Draco la enredase en sus juegos de seducción y por qué le había seguido el rollo desde el primer día. Luego se acordaba del «mi bella morenita» y su sonrisa perfecta y se le pasaba.

Porque no podía quejarse de la vida que tenía, después de todo era como vivir en el paraíso.

Uno oscuro, lleno de traficantes, armas, guardaespaldas, drogas y mafia por todas partes. Pero paraíso.

FIN.

Dark paradise [Dramione]Where stories live. Discover now